
Oferta: Abel
Comparte Este Artículo
El candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Abel Martínez, debe buscarse un asesor urgente. Carece de discurso comunicativo, alcance y carisma. Parece un robot que ejecuta mecánicamente sus movimientos y la eterna perorata que siempre dice. Populista. Repetitivo.
Es ese mismo personaje lleno de cuestionamientos por parte de la ciudadanía que presidió por mucho tiempo la Cámara de Diputados. Legislatura tras legislatura llena de claroscuros en cuanto a su proceder, donde solo se escuchaba «voten honorables, vote». Aprobaciones de centenares de préstamos, regalos de miles de millones de pesos desde su posición que aún no se saben dónde fueron a caer y un sinnúmero de interrogantes pendientes por responder. Nunca ha sido cuestionado por todo ese lodo. Sí, ese mismo que «regaló» RD$7,000 millones en «donaciones» y propaganda. Obvio, sabemos qué tipo de propaganda se gastó este dirigente que antes fue fiscal y se hizo de oro durante ese tiempo. Nadie lo interroga ni le pregunta al respecto. Hay seres privilegiados.
Recientemente, en un periódico de circulación nacional el candidato Martínez dijo «sin banderías políticas la corrupción debe combatirse a todos los niveles». Cuando uno lee este tipo de titulares altisonantes, la carcajada se escapa, aunque uno no quiera. ¿Con qué mora habla Abel Martínez de corrupción? ¿Qué tiene Abel como ejemplo de moralidad y transparencia en todos sus años como político? Ninguna.
Este candidato, actual alcalde de la ciudad de Santiago opinó en dicha entrevista que un pacto puede ser probable en una segunda vuelta electoral. Su intención es hacer un bloque fuerte y unido que frene al PRM en su camino de una inminente reelección presidencial de Luis Abinader, que aún no lo ha dicho formalmente pero que se intuye que va. Sí, así son los políticos del patio, marean la perdiz hasta el último minuto de anunciar si van o no van. Siempre van, repiten. El poder es bueno si se sabe usar debidamente.
Para Martínez, el partido de oposición que clasifique en la primera vuelta en las elecciones presidenciales de 2024 debe ser apoyado en la segunda ronda por las otras formaciones de la oposición, aunque entiende que ese pacto puede surgir desde las elecciones municipales. El también alcalde de Santiago manifestó que el PLD está en conversaciones con los partidos Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y se les planteará su idea, la cual espera acojan.
Desde que el actual sindico de Santiago llegó a es alcaldía se esmeró en hacer un trabajo de saneamiento y limpieza en esa ciudad. Eso es lo único que ha vendido este candidato a la presidencia por un partido desgastado y prostituido de corrupción hasta el tuétano. Complicada situación a lo interno del PLD con un candidato timorato salvo cuando sucedió aquel suceso, que todos recordamos, de posesión de armas en su residencia.
El PLD no supo escoger un buen candidato a lo interno de su partido. Un grupo político que debería hacer silencio por varios años y rectificar internamente sobre los errores cometidos por sus principales dirigentes y expresidentes. No, en nuestro patio político no existe la «rectificación», meditación en cuanto a lo sucedido, como tampoco la renuncia a tiempo para salvar la «moral» de todos.
Así las cosas, Abel Martínez, otrora presidente de la Cámara de Diputados y actual alcalde de Santiago es el candidato que oferta el PLD a una ciudadanía cansada de la política obsoleta atiborrada de frases populistas y actividades de las décadas de los 80. Un candidato de cuestionada trayectoria y posturas en extremo nacionalistas. Un candidato que debería ser llamado y cuestionado por la Justicia, no solo por el asunto de las «donaciones» sino por todo lo ejecutado durante sus años de ejercicio antes del Congreso, durante y luego.