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POPULARIDAD.– Dentro de las múltiples lecturas disponibles, las recién pasadas elecciones municipales fueron un referéndum que evaluó el desempeño y la aprobación de la gestión del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y organizaciones aliadas, liderada por el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona. El éxito rotundo logrado por el oficialismo fue un portavoz de los altos niveles de popularidad de un mandatario y candidato presidencial que desde lo nacional ofertó «un solo gobierno», que fue acogido en lo municipal.
Luego, y como si se tratara de las «dos rayitas azules», los electores no hicieron más que confirmarlo en la Gallup. …Y dentro de ese caudal de satisfacción ciudadana y favorabilidad político-electoral, el presidente Abinader manifestó que participaría en el debate propuesto y organizado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), pautado para el próximo 24 de abril, y en el que también se presentarán los candidatos presidenciales de la Fuerza del Pueblo (FP) y del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), expresidente Leonel Fernández Reina y el alcalde actual por la provincia de Santiago, Abel Martínez. El prime time que promete ser un «juego de Grandes Ligas», ha causado muchas expectativas y tiene a más de dos o tres pensando…
LA HISTORIA.– Como si no bastaran los más de 60 puntos porcentuales que cantan merengue del bueno a favor del presidente, el anuncio de su entrada en debate parió entre propios y ajenos una espiral de elogios y afirmaciones positivas que le habrían granjeado reconocimientos y puntos adicionales. Aparte de cumplir su palabra y demostrar coherencia en tiempo y circunstancia en cosas del buen hacer político, sienta el cambio de una (in)cultura tan arraigada como democráticamente improductiva: «El que está arriba no debate».
A su vez, el presidente y candidato oficialista da muestras de transparencia, seguridad, confianza y gallardía. ¡Y las proyecta! La reelección da la cara. ¿Y quién más que el responsable final de las ejecutorias? ¡Ciertamente es algo histórico! Para deleite contemporáneo, pero también para fruición y meta de las nuevas generaciones políticas, tanto en ánimo como en edad. Esta columna saluda la voluntad política de un presidente en ejercicio que se postula para un segundo período y que decidió someter sus ideas y realizaciones al escrutinio de sus pares aspirantes y, sobre todo, al de la nación. Poco a poco, pero a largos pasos, vamos cambiando…
META DEBATE.– En mis «Códigos Políticos» del 5 de marzo esbocé brevemente algunas estrategias concernientes a la preparación para un debate político-electoral. Hoy quiero tratar algo que, si bien no es tan fundamental como el debate en sí, no deja de serlo en cuanto a sus resultados: el «meta debate». Algunas personas ven los debates «en vivo». Tradicionalmente, los que no, se servían de las notas o reseñas de los medios (radio, periódicos, televisión…). Sin embargo, en la actualidad, quien no tiene tiempo de observar un debate completo, o no desea verlo, utiliza las redes sociales (RRSS) para informarse (y hasta algunas veces sin proponérselo), lo que torna a sus usuarios en potenciales dirigentes o activistas políticos.
Estos, a su vez, contribuyen a la creación de la opinión pública (o publicada), que bien articuladamente produce narrativas, que generan votos. Así las cosas, es ducho que en este ámbito las campañas cuenten con colaboradores que accionen o reaccionen conforme a sus estrategias comunicacionales tomando los insumos obtenidos del debate. Las RRSS constituyen un sub mundo (o mundo) dentro de la comunicación política, con diversos targets, «códigos», «jergas» y características propias. Una cosa es lo que se observa, contextualiza y entiende; otra son los cortes, ediciones, humor… en forma de cápsulas de segundos. Y todo comunica, todo cuenta…
