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Los partidos políticos luego de las elecciones tienden a recorrer dos caminos en la República Dominicana, los que se ponen a hibernar y los que comienzan a trabajar. En el país abundan los primeros, que durante los próximos 4 años no los escucharán en ningún lado ni harán propuestas o promoverán ideas sobre lo que pasa en el debate público nacional sean del campo opositor u oficialista.
Para los partidos que quieran trabajar para transformar la República Dominicana como es el caso de Opción Democrática (OD) ahora viene el mejor momento, el momento gris, el cotidiano, el momento que está lejos de los fuegos artificiales que nacen de manera natural de la luminosidad que se desprenden de las campañas electorales que dejan ciegas a las personas.
Ahora lo primero es reflexionar los resultados, ver los números en frío y en contraste con la estrategia y partir de ahí entonces tomar rumbo hacia un terreno mejor, ver que herramientas humanas y materiales hicieron falta, cuáles se pueden lograr y cuáles son necesarias construir desde cero para la próxima batalla. Toca además conectar y crecer junto a las personas que mostraron confianza en la organización con su voto y colaboración.
Las organizaciones políticas que tienen futuro son aquellas puede sobrevivir sin sobresaltos los momentos grises, que pueden organizarse y darse a sí mismas métodos de trabajo y rituales acordes al momento social que se vive. Para Opción Democrática supone tres retos inmediatos.
El primero es llevar a cabo una reflexión interna profunda y honesta sobre los resultados electorales obtenidos, anotar los aciertos y los errores, consolidar la estructura organizativa de un espacio que busca innovar en la forma en las personas participan de la política y se involucra en los espacios de debate público.
Segundo es consolidar la base social que sustenta el proyecto político que supone OD.
Según se puede apreciar en los números que arroja la votación recibida por el partido, hay un potencial enorme de crecimiento en los centros urbanos más importantes del país. La organización tiene ahora que salir a hablar y vincularse con esas personas, y construir ahí un tejido fuerte que permitan multiplicar los resultados obtenidos en este año.
Por último y no menos importante, Opción Democrática (OD) no puede dejar el espacio vacío. Hoy más que nunca tiene que mirar hacia el fondo de sí misma, como organización, para continuar en el debate público con ideas claras sobre la República Dominicana que quiere construir para el bienestar de las personas, y eso significa que no puede haber una acción de gobierno que no tenga una lectura por parte de OD, que no puede haber una discusión en el Congreso Nacional sin que el partido presente una posición sobre la misma con la vocación pedagógica que ha demostrado.
Hibernar no es la opción ni el camino de Opción Democrática.
