
Xavier Domínguez: «Hay demasiados incapaces en la política»
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El consultor político español, Xavier Domínguez, uno de los estrategas de comunicación de mayor reconocimiento internacional, sostiene que no toca a los políticos sino a los jueces perseguir a los corruptos. Es de los que extraña la generación de líderes que gobernó entre los 80 y los 90, y asegura que a los actores de estos tiempos les falta liderazgo social, no tienen capacidad para llegar a acuerdos con la oposición, a la que persiguen por su voluntad férrea de venganza. «Son muy pequeñitos mentalmente, son débiles», concluye.
Domínguez ha trabajado campañas en América Latina para presidentes, gobernadores, alcaldes, diputados y senadores en alrededor de doce países. Nació en Catalunya, estudió derecho y marketing en la Universidad Autónoma de Barcelona y en República Dominicana trabajó en la campaña de Hipólito Mejía del 2000, proceso en el que abrazó el popular eslogan «Llegó Papá» que surgió espontáneamente en las actividades proselitistas.
País Político conversó con él, a propósito de su participación en el XV Congreso Iberoamericano de Comunicación Política que se celebró en la Universidad Autónoma de Santo Domingo los días 3 y 4 de agosto pasado.

¿En cuántas campañas ha trabajado en Santo Domingo?
Una, la del presidente Hipólito Mejía. La recuerdo con mucho cariño, a él, a doña Rosa, en paz descanse, a Carolina, una familia increíble que me hicieron sentir como en casa.
¿Es cierto que es suyo el popular eslogan «Llegó Papá», del ex presidente Hipólito Mejía?
Primero fue un grito en la calle que convertimos en un eslogan de campaña, donde fueras la gente le gritaba «Llegó Papá» y lo incorporamos oficialmente como eslogan a la imagen de la campaña. Fue un éxito, sin duda; a veces la creatividad consiste en escuchar la calle, y ahí estaban. Nosotros le dimos manejo a una idea genial, la dotamos de contenido, fue increíble y es recordado aún hoy, tantos años después.
Usted habla de una incapacidad generalizada para gobernar, de una clase política que no está preparada para ello. ¿Qué sugiere usted hacer para disminuir el acceso de políticos incapaces a puestos de poder?
No se trata de disminuir a nada ni a nadie, se trata de animar a los que no se atreven y sí son capaces, a que den la cara, se trata de abrir los partidos a lo que deben ser, representantes de la ciudadanía, no espacio de creación laboral para aquellos que no tienen otra salida en la empresa privada y aquí se desenvuelven y permanecen por amistades, influencias, pactos; se trata de incrementar las facilidades para que los capaces lleguen y no sean tapados por los que sobreviven en un mundo que creen de su propiedad.
Además, el pueblo debe hacer su trabajo, pedir políticos que gobiernen bien, no que hablen bien, políticos de resultados, políticos que lleguen a gobernar, no a vengarse de quien estaba. O los ciudadanos entienden que deben volver a votar para poner gobiernos y no para sacar políticos o seguiremos en esta situación de mediocridad.
Usted es un duro crítico de los políticos de estos tiempos. ¿Considera que ha perdido la actividad política actual la esencia, el carácter de ciencia al servicio del pueblo?
Por supuesto, se sirven ellos, no al pueblo, permanecen en el puesto no con vocación de servicio sino con vocación salarial. Se preocupan por la siguiente elección no por la siguiente generación. Muchos de ellos serían incapaces de ganar el dinero que ganan en la iniciativa privada. No son todos, claro está, pero hay demasiados incapaces en la política, demasiados y eso ha hecho que el descrédito, la desmovilización, el desinterés crezca, y cuando un político no es observado por desinterés es como abrirle la puerta a los excesos.
¿Por qué cada día el futbol tiene más adeptos? Porque cada día los futbolistas son mejores. ¿Por qué cada día la iglesia tiene menos adeptos? Porque las traiciones a sus valores han sido llevadas a cabo por más gente. ¿Por qué la política cada día interesa menos? Pues eso, la respuesta es clara.
Ha dicho que extraña la práctica política de los años 80-90. ¿Cuáles aspectos diferencian a los políticos de aquellos años a los de ahora?
Muchos. Liderazgo social, no liderazgo de partido; proyecto más allá de su mandato, pensaban más allá; capacidad para llegar a acuerdos con la diferencia, hoy la diferencia es perseguida; voluntad de consenso, hoy les puede la voluntad de venganza; falta de carisma intelectual; falta de proyecto común más allá de su país o ciudad, son muy pequeñitos mentalmente; son débiles, un político fuerte no encarcela ni persigue a sus adversarios; negocia, pacta, cede, exige, etcétera. Un político de los 80 enfrentaba los problemas, hoy los esquivan diciendo que es culpa del pasado. Son tantas las diferencias que explican perfectamente porqué estamos como estamos.
Hoy el otro partido es tu enemigo, antes tu adversario, eso puede resumir la diferencia entre los políticos de los 80 y la mediocridad de hoy, donde en lugar de un acuerdo por la Europa de las Regiones, por la creación del puerto económico del Caribe y centro América, se hacen selfies, suben una foto con el caso del Cid Campeador como VOX, o suben una foto con su perro para demostrar empatía, empatía que no tienen por su pueblo.
Hemos pasado de la política del conocimiento a la de la notoriedad. Son los Justin Bieber de la política, guapos (va a gustos) pero no cantan nada.

Existe la idea de que las dictaduras, apoyadas por EEUU, hicieron todo para meternos en la cabeza que involucrarnos en política es algo malo. ¿No cree que en democracia, parece que en el fondo la idea ha sido la misma?
América Latina deja de culpar a Estados Unidos de todos sus males o seguirá siendo lo que es. Ya estuvo bien de llorar, hay que ponerse a trabajar y ver lo que se está haciendo mal. Estados Unidos es un aliado que todos quieren tener, y cuando las cosas van mal es culpa de los americanos. No lo creo la verdad. Asumir responsabilidades y dejar de culpar a otros, eso debe hacer América Latina.
«Las ideologías están en crisis». ¿Hace falta ideología a este liderazgo que hoy gobierna en los diferentes países?
Las ideologías no están en crisis, los que las desarrollan sí. Todo el mundo critica el socialismo de Maduro y alaba el de Olof Palme. ¿Cuál es la diferencia? La prostitución que ha hecho la clase política de las ideologías. ¿Acaso es lo mismo Pinochet que Angela Merkel? Ambos son de derechas pero uno de los dos prostituyó y abusó del concepto derecha y conservadurismo.
Hace falta volver a los orígenes y hace falta revisarlos. Hoy temas como el respeto al medio ambiente, los derechos de los animales, el respeto y la igualdad de oportunidades a la mujer deberían ser temas que defienda todo el mundo, luego, ya habrá otras cosas que nos diferencien, pero hay que incorporar temas a derecha e izquierda en la que todos estemos de acuerdo. No puede ser que las ideologías sean la antítesis la una de la otra, deben tener elementos en común que marquen la regla de la democracia, luego, tener diferencias, porque eso es la democracia, la diferencia es hija de la democracia, la opinión única de la dictadura, pero eso nos obliga a tener cosas que ambas deban aceptar.
La democracia está por encima de las ideologías, y si eso no se entiende, esa ideología, no es democrática. Hoy la clase política manosea la democracia, prostituye las ideologías.
El votante que elige al político pillo, incluso a sabiendas que los bienes de algunos de ellos proceden del narco y la corrupción, ¿no resulta tan culpable como el político mismo?
Es una afirmación muy contundente como para estar de acuerdo con ella. No creo que la gente elija narcotraficantes y corruptos para gobernar, lo siento, no puedo estar de acuerdo así sin precisar. Malos políticos traerán malas prácticas, pero no creo que todos los sean. Los incapaces son capaces de las peores cosas, pero esos están identificados en algunos casos. Si es público, y la gente vota por ellos, es democrático pero sin duda te inhabilita para quejarte. Casarte con un maltratador tiene consecuencias claras, la decisión es tuya, no puede ser que seas cómplice de tu maltrato, pero si podemos decir que lo que te pase te lo has buscado. Insisto, una afirmación demasiado genérica. Lo que sí he dicho en muchas ocasiones es que el primer ejercicio de corrupción es la aceptación de un cargo para el que no estás preparado, de ahí a lo que usted dice, todos roban, no.
Manifestaciones ciudadanas cada vez más multitudinarias, pero los gobernantes no hacen caso, como pasó aquí con Marcha Verde. ¿Son más efectivas las violentas, como las que se han sucedido en Francia y en EE.UU. en 2020?
No confundamos enojo con violencia. Hay que entender lo que miles de ciudadanos sienten y viven a diario. Insisto, generalizar lleva a errores. Soy un partidario de la contundencia, cuando los derechos no se respetan, la violencia no es el camino, el abuso y la sumisión tampoco. La violencia física es una reacción a otro tipo de violencia, económica, mental, psicológica; cuidado, analicemos el origen de la violencia en algunos casos. Injustificada siempre, pero si le das patadas a la colmena… Otra cosa son políticos llamando a la violencia, eso es irresponsable.
¿Debía «tumbarse», echar a un gobierno que no funciona ni escucha a nadie?
No hay que votarlos, para que no lleguen. Si usted elige gobernantes para sacar a los que hay, no esperes buenos gobernantes, espera vengadores.
El problema está en el origen, en la exigencia ciudadana y expectativa ciudadana. Voten por los buenos, no por los que hacen daño a los que odio. Por castigar a los que están, te acabas castigando tú. Si existen mecanismos legales para sacar gobiernos, y se respetan los requisitos para mociones de censura o suspensión de gobiernos, adelante. Todo por la ley. Por caprichos, presiones, chantajes, no.
El tiempo cambia más de prisa de lo que los políticos reaccionan, y los sistemas de partidos son cada vez más inestables. ¿Está en peligro la democracia en América Latina?
Eso es mucho decir, pero sí pasa por un mal momento. A la democracia la fortalece las altas cuotas de educación, el empleo que les da libertad de elección y la independencia económica de la población que no los hace cautivos de las ayudas del gobierno. El respeto a la diversidad, el acuerdo entre diferencias, eso hace democracia y eso hoy no pasa por su mejor momento en LATAM.
El discurso de odio, especialmente relacionado a los derechos de las minorías y la xenofobia ha ido ganando espacio, sobre todo como sostén y catapulta de políticos de poca monta. ¿Cómo encarar este problema que atenta contra la armonía y la unidad de la ciudadanía?
No entender que los tiempos son otros es una desgracia de la clase política, perseguir gente por su manera de pensar, por su preferencia sexual, no respetar el medio ambiente, no entender que la mujer merece los mismos derechos de libertad que el hombre, o que a los animales hay que respetarlos sin generar sufrimiento son cosas que si siguen a debate es porque tenemos políticos que piensan en ellos, no en todos. Generar odio es de todas la peor práctica política, divide, rompe, atrasa, enfrenta y así no hay sociedad de crezca. Si no se entiende el problema es mayor del que pensamos.
«Necesario alguna vez mandar a la mierda al cliente». ¿Es tan fácil para un consultor político?
No es necesario, pero a veces se debe hacer. Ser cliente y dueño no es lo mismo, además si el cliente no cumple con su parte no quedan más opciones. Veo que es una entrevista de frases llevadas al máximo, si no te respetan, no debes estar ahí, a eso me refiero. No siempre es posible, pero si es necesario, se debe hacer.
«Pasamos del ejercicio del poder al ejercicio del joder», proclama usted. ¿No es correcto perseguir a ex gobernantes que se robaron los dineros de las mayorías? ¿No esperan los votantes que un nuevo gobierno «le joda la vida» a los que se la jodieron a ellos?
¿Es tarea de los políticos o del sistema judicial? Ahí radica el problema, los políticos a gobernar, los jueces a juzgar, no confunda a los poderes porque ahí radica la idea de hacer del poder judicial una herramienta política para perseguir adversarios, y eso es muy peligroso.
¿Nos puede describir su perspectiva de la situación política actual en Latinoamérica?
Hacía una broma, cambiarte de país en América Latina a veces es como cambiarte de camarote en el Titanic. Lo que más me preocupa es que no veo una cara nueva, un proyecto nuevo, quizá es el momento de renovar la política desde fuera, porque desde dentro ha quedado claro que no es posible, políticos profesionales con carreras de más de 20 o 30 años no se dejan renovar.
El «fantasma» de la izquierda latinoamericana avanza, conquistando el poder en gran parte de sus países. ¿Hasta dónde cree llegará la ola?
Una cosa es la izquierda y otra algunos que dicen que son de izquierda y gobiernan con abusos. Estigmatizar una ideología porque sí, es una locura, ni toda la derecha es pinochetista ni toda la izquierda es Maduro. Es más, el pinochetismo no es de derechas es una ideología anti democrática, en el caso de Maduro proclamarse de izquierdas es un insulto a la inteligencia. La izquierda es democrática y algunos que se autodenominan así no lo son. Confundir nos lleva a generalizar, y eso, seguirá siendo siempre un error.
Algunos pronostican que la política se hará desde el metaverso. Ya se habla de candidatos robots. ¿Tiene futuro esto? ¿No estamos ante la deshumanización absoluta de la política?
Yo sigo pensando que la gente no llega a fin de mes aquí, se enferma aquí, sufre aquí, y es aquí donde debemos solucionar y mejorar la vida de la gente, eso no implica explorar nuevas vías de mejora de la democracia y la participación, pero no olvidemos el bien mayor, que la gente no sufra, se desarrolle, crezca, coma, se eduque y sane cuando enferma. Seguramente para todo eso la ciencia es primordial, las nuevas tecnologías también, pero cuidado, aquí, hoy y ahora la gente sufre, y aquí los debemos atender.
«El populismo está ahí, y nos gobierna»
En su ponencia en el XV Congreso Iberoamericano de Comunicación Política, usted se refiriere al populismo como una peste de este tiempo. Su colega Ángel Beccassino dice que no lo es, y Antonio Sola dice que es cosa del pasado.
Más que una peste, literal, hablo de ella como la consecuencia de la revolución de los olvidados, esa gente a los que la clase política no ha atendido en años y hoy acuden a formas populistas, ya sean de derecha o de izquierda, para vengarse de los malos políticos.
Respeto mucho la opinión de mis colegas, más aún a Toño con quien comparto una amistad de muchos años, pero sigo pensando lo mismo, el populismo está ahí y nos gobierna, pero también creo que no todo lo llamado populista lo es.
Lo malo que veo en ellos es que prima la venganza, que buscan culpables y no soluciones, que para cada problema tienen una excusa o un culpable del pasado, que se preparan para ganar elecciones, pero no para gobernar, que su programa electoral se basa en los errores de los otros no en las soluciones que se necesitan, que generan odio en la sociedad, que dividen, que pretenden permanecer, que permiten mantener gente en la pobreza para seguir permaneciendo en el poder porque a más población empobrecida más votos cautivos, porque atentan contra la clase media que es a la que no pueden controlar, que atentan contra instituciones que no les permiten crecer en su ansia de poder, que frivolizan la política, que viven de la imagen no de las ideas, por todo eso, los considero un problema, pero insisto, no todo a lo que llaman populista lo es.
Cuidado con la oposición en general, no todo gobierno al que no le ganan es populista.

Perfil
El exitoso consultor y estratega político se autodefine como «Catalán, español, europeo y estadounidense. Estratega, publicista y speaker. Hago más de lo que saben y menos de lo que dicen. Wish&Win CEO». Cuenta con estudios de derecho y marketing en la Universidad Autónoma de Barcelona. En su haber tiene el haber trabajado para presidentes, gobernadores, alcaldes, diputados y senadores en al menos 12 países. Ha publicado los libros «El manual del príncipe», 2006; «Mienta, pero no engañe», 2012 y «Dilo bien o calla para siempre», 2018.