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Se repite nuevamente aquel triste capítulo del 1973 en Israel. En pleno Yom Kipur, la fiesta más sagrada del calendario para los judíos, también conocida como el «Día de la Expiación», los ejércitos árabes atacaron Israel. Ahora, desde hace tan solo varios días, la sangre, innumerables muertos, secuestros, raptos se han sucedido de manera atroz en un ataque sorpresivo perpetrado por las milicias terroristas de Hamás, Yihad Islmáica y otros grupos armados palestinos que penetraron en plena madrugada en un Israel desprevenido y aparentemente ciego. Un nuevo capítulo de sangre entre israelíes y palestinos.
Un eterno conflicto con más de 50 años.
Un sanguinario ataque por sorpresa revive el terror es Israel. Un país que se ufana de su seguridad nacional pero que ha sido pillado desprevenido en pleno sábado festivo del Simjat Torah, el día que se termina de leer en las sinagogas el último rollo de la Torah. Un país «cogido fuera de base» en tiempos de altísima tecnología e internet muy distinto al Israel del Yom Kipur.
Las milicias terroristas de Hamás y Yihad Islámica, lanzaron miles de cohetes desde la Franja de Gaza, al mismo tiempo que decenas de terroristas entraron por la frontera sur del país. Arrasaron aldeas, se metieron en las casas, asesinaron y secuestraron civiles israelíes que se llevaron del otro lado de la franja. Se desconoce la cantidad exacta de ciudadanos secuestrados. Obvio, falló garrafales de la unidad de inteligencia de Israel. El objetivo claro de la invasión no era el ejército israelí sino las familias, la sociedad, el pueblo.
Desde ese momento hacia ahora que usted lee este artículo, los muertos se cuentan por centenares largos, cohetes lanzados, la sangre derramada de ambos bandos recorre las calles como un río desbordado que se abre paso entre la maledicencia, el odio histórico de dos pueblos, la ocupación y desocupación de terrenos de esas dos naciones llamados los «pueblos de Dios»….pero ¿dónde está ese Dios que no detiene esta locura abominable?
Mientras, los vuelos de ida y vuelta a Tel Aviv han sido cancelados desde casi todos los países cercanos y de Europa. El ejército israelí ha podido retomar el control de la frontera sur del país, pero los combatientes de Hamás continúan el asedio. Presidentes de casi todas las naciones del mundo han condenado este ataque inmisericorde de Hamás, otros gobernantes se mantienen al margen.
En ese sentido, a raíz de este ataque a Israel ciertas situaciones de orden socio-políticas pueden llevarse a cabo con relación a otros países de comprometida situación en el mundo. Según el periódico The Wall Street Journal, Irán ayudó a los terroristas de Hamás durante varias semanas a este ataque a Israel. Los planes se gestaban desde agosto e incluirían las inclusiones aéreas, marítimas y terrestres de Hamás en Israel. Si esta «exclusiva» llega a confirmase el asunto cambiaría de tónica con respecto a Irán, grandes enemigos históricos de Jerusalén.
Según este medio de comunicación en un artículo publicado, funcionarios de seguridad iraníes ayudaron a planificar el ataque sorpresa de Hamas y dieron luz verde para el ataque en una reunión en Beirut. En esas reuniones habría participado oficiales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaría Islámica de Irán junto a representantes de los grupos armados palestinos. Por su parte, los funcionarios norteamericanos dicen que no han encontrado pruebas de la participación de Teherán. Así lo confirmó el mismo secretario de Estado Anthony Blinken a la cadena CNN.
De lo que sí estamos seguros es que ya se abrió un nuevo capítulo terrible entre la eterna lucha sin fin de israelíes y palestinos. Un conflicto de largas décadas que ha pasado por distintas etapas de posible «entendimiento». Las demás naciones que han podido apoyar a Hamas, de confirmarse ese supuesto, solo empeorará la situación ya de por sí, terrible para ambos pueblos. Los pueblos de ¿Dios? ¿dónde?
