Atentado en Moscú
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Como si no faltara otro pelo en la sopa de conflictos armados y situaciones difíciles en la guerra entre Rusia y Ucrania, que ya cumplió dos años, sucede un atentado de dimensiones catastróficas que solo empeoraran la situación actual. El atentado del pasado viernes en el Crocus City Hall en Moscú se llevó 137 vidas de un plumazo a cargo de cuatro supuestos terroristas que ya capturaron las autoridades pero que el gobierno de Vladimir Putin se niega a declarar sobre este asunto a la prensa.
Tampoco fue el único susto para Rusia. Luego de ese atentado de la semana pasada, saltó la alarma en San Petesburgo, la segunda capital del país, donde la policía rusa desalojó un centro comercial tras recibir un aviso de bomba, informó el medio local Fontanka ru. Aunque al final el aviso resultó ser falso, se evacuó el centro comercial después de la detención de un hombre, por razones desconocidas, que al ser interrogado por las autoridades afirmó haber colocado un artefacto explosivo en el recinto de London Mall.
Este hecho sucedió mientras el presidente ruso declaró luto nacional en honor a todas las víctimas del atentado en el Crocus City Hall, con 137 fallecidos y 180 heridos de distinta consideración. Desde diferentes representantes del poder ruso se ha buscado activamente relacionar a Ucrania con el atentado. Por su parte, Volodímir Zelenski respondió a las acusaciones rusas a través de sus redes sociales y acusó a Putin de permanecer en silencio durante un día, pensando como inculpar a Ucrania en lugar de dirigirse a sus ciudadanos. Además, añadió que el ejército ruso comete «acciones terroristas» contra Ucrania y su población.
Es importante recordar, que el Estado Islámico, ISIS reivindicó el ataque desde el mismo día en que sucedió desde su canal de Telegram. Las autoridades rusas intentan por todos los medios vincular a Ucrania con esta barbarie, algo que Kiev negó por activa y pasiva. El pasado domingo el canal de televisión del Estado Islámico Amak compartió un vídeo del atentando en el que los atacantes recitan lemas islámicos y donde se puede ver como los terroristas decapitan y rematan a civiles heridos. Una salvajada.
Por su parte, los medios de comunicación estatales rusos han compartido vídeos donde algunos de los sospechosos admiten con un ruso poco fluido, haber recibido pagos de medio millón de rublos (al cambio cerca de 5,000 dólares) para asesinar a civiles en Crocus City Hall. En las primeras informaciones de Rusia se decía que algunos de los sospechosos tienen nacionalidad tayika, algo que se ha negado desde Tayikistán, pero algunos medios insisten en que son de ese país, situado en Asia Central, una región en la que el grupo islámico recluta nuevos miembros.
El periodista español Rafael Vilasanjuan, en su más reciente columna del diario El Periódico, dijo que «el atentado responde a otras dinámicas conocidas. Demasiadas cuentas pendientes como para pensar que Rusia esté a salvo de la amenaza terrorista islámica. Por un lado, el apoyo al gobierno sirio para derrotar al ISIS juega un papel determinante, por otro, la limpieza en Chechenia controlando a la población mediante la tortura y el miedo y con mercenarios de Wagner actuando contra las milicias islámicas en África, Rusia está en el punto de mira. Putin, que siempre ha utilizado el terrorismo para fortalecerse, quiere vincularlo a Ucrania, al igual que Aznar se aferró a ETA en el 11M».
Lo que sí es cierto, es que con este atentado Putin decida incrementar su ataque en Ucrania, donde tiene ya dos años masacrando aún más a la población, y se pueda reabrir o abrir nuevos frentes bélicos por su respuesta a este terrible atentado contra Moscú. En definitiva, ¿pudieron fallar sus servicios de inteligencia que no se percataron de esta posible situación?, un gobierno que controla todo en Rusia: inteligencia, medios, ciudadanos. ¿Qué pudo fallar en esta ocasión?