Noboa
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Cara fresca y apellido conocido. Daniel Noboa es el nuevo presidente de Ecuador elegido recientemente. Se convierte así en el mandatario más joven de la historia del país andino, luego de que su padre, Álvaro Noboa, el hombre más rico de la nación intentara varias veces llegar a la presidencia. Un hombre de apenas 35 años es el nuevo inquilino del Palacio de Carondelet por un año y medio.
La sociedad ecuatoriana, tal como ocurre en el resto del mundo, muestra su hartazgo, ese cansancio colectivo de la clase política y de regímenes tradicionales de representación, que pocos resultados han dado a la sociedad bajo el paraguas de promesas inservibles. Ecuador es un país que desde hace unos años vive bajo el crimen organizado y la violencia callejera. No es el simple raterismo que existe en cualquier lugar, no. Aquí el crimen se adueña cada día de las calles y las personas. Es válido recordar como hace unos meses fue asesinado al salir de una reunión política al candidato a la presidencia Fernando Villavicencio, ex diputado y periodista e investigación dedicado a temas de corrupción. Sus asesinos fueron ahorcados en las cárceles donde estaban presos.
Al momento de saberse ganador en segunda vuelta, Daniel Noboa dijo en la red social X que «hoy hemos hecho historia, las familias ecuatorianas eligieron el Nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo. «Vamos por un país de realidades donde las promesas no se queden en campaña y la corrupción se castigue». Y a su vez, los internautas como si de una orquesta se tratará le pedían con fervor «por favor no copies a Lasso», en referencia al actual presidente Guillermo Lasso.
En conversación con el estratega político ecuatoriano, Héctor Céspedes, quien vivió de lleno todo este proceso electoral desde el inicio, dijo en el podcast «Cuarto de ensayo»: «Estas elecciones estuvieron marcadas por la figura no de Noboa, sino por Rafael Correa, exiliado en Bélgica. El país estuvo polarizado. Noboa se montó en la ola del anti correísmo.
Aquí no hay un multipartidismo como en otras naciones y aunque no nos guste o nos guste Correa, él marcó todo el proceso electoral. Una segunda vuelta a mi parecer aburrida para el electorado, sin temas, solo: empleo y seguridad ciudadana y en el que la figura de Correa fue el protagonista. Los correístas ganaron las tres prefecturas más grandes del país, las ciudades más importantes del Ecuador».
También añadió, «Noboa solo gobernará 18 meses hasta que entregue el poder ya sea que se reelija o entregue a otro, porque completará el período faltante de Guillermo Lasso, ya que él desprendió parte de su período al invocar la figura constitucional de la muerte cruzada que le recortó a Lasso año y medio de gobierno. En febrero del 2025 habrá elecciones ordinarias y si Noboa hace buen desempeño de su trabajo puede elegirse como presidente en 18 meses a partir de diciembre y reelegirse en el 2029 y gobernar hasta mayo del 2034. Tiene que hacer su mejor esfuerzo».
En ese sentido, el presidente Noboa tiene grandes retos como cualquier mandatario latinoamericano como, por ejemplo: generar confianza internacional, levantar el turismo, seguridad ciudadana, seguridad interna, reducir la tasa de muertes violentas y dar tranquilidad a la población. Además, de la eterna corrupción y la inversión extranjera. Muchos desafíos para este breve tiempo de mandato, pero urge la dura situación del crimen organizado. La sociedad urge soluciones ya en ese aspecto. El tiempo apremia.
Mientras la sociedad ecuatoriana esperanzada en un cambio, en el que la corrupción y el crimen organizado pueda ser atajado de lleno, también agradece y todo debe ser señalado, que el presidente Lasso ha podido mantener una política de equilibrio económico que evita todo tipo de inflación que sí se vive en otros países del hemisferio. Mientras todo esto sucede, algunos diarios internacionales dicen que el correísmo peligra en regresar al poder.