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Si a muchos dominicanos no les importó ir a votar, porque no les preocupa quién gobierne, lo van a empezar a lamentar porque no tendrán defensa en el Congreso respecto de la próxima reforma fiscal, esto viene como consecuencia de que la mayoría de los legisladores (146 diputados y 29 senadores) son del Partido Revolucionario Moderno (PRM), al que pertenece el Presidente de la República, por tanto, todo lo que envíe en ese sentido el Poder Ejecutivo los congresistas aprobarán sin cuestionar.
La apatía que los políticos han sembrado en la ciudadanía no es beneficiosa para la democracia ni para la institucionalidad, eso daña la forma sana en que deben elegirse los perfiles de los que estarán administrando el Estado, y por eso, ahora en el Congreso Nacional no prima la existencia de esas personalidades que deberían enorgullecer a los dominicanos, asimismo, la clase media no tendrá defensa ni vocería, y será quien llevará sobre sus hombros el pago de tasas e impuestos que grabe un nuevo proyecto fiscal.
Como suele suceder, el sector empresarial está empoderado y es proactivo analizando y viendo cuáles aspectos pueden resultar en amenaza para la subsistencia de su negocio o para la multiplicación de sus rentabilidades, sin embargo, la clase media está distraida y no tiene representantes que la defienda como lo han logrado los maestros, médicos o los empresarios.
Como la clase media no tiene vocería para que abogue por ella, ni el Gobierno ni los legisladores lo harán, porque los congresistas, en su mayoría oficialistas levantarán sus manos para decir que sí a lo que su jefe partidario le encomiende aprobar, que no será defendiendo a la clase formalizada y ubicable para cobrarle, ella saldrá desfavorecida como resultado de la elección política que hizo el 19 de mayo pasado.
Entonces, como no hay un contrapeso político que gestione los intereses de los que tributan, la clase social que labora, tiene un salario o dos, que lleva préstamos o que trata de ahorrar, saldrá perjudicada por no hacer bien su jugada en las elecciones congresuales y presidenciales, ahora todo cuanto el Poder Ejecutivo someta en cuanto a Reforma Eléctrica, Reforma Fiscal o desmonte de leyes, beneficios o conquistas, tendrá que aceptarlo sin defensa con fuerza legislativa para presionar.
