
Gobierno y deterioro de los servicios públicos
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El gobierno del Presidente Luis Abinader ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica y ha estado haciendo ingentes esfuerzos por controlar los altos niveles inflacionarios, que afectan a la sociedad dominicana en los últimos meses. Sin embargo, ese gran esfuerzo por mantener estable la economía, no se ve con los mismos niveles de eficacia en cuanto a los servicios públicos se refiere.
En los últimos meses se está produciendo un acelerado deterioro en una gran cantidad de servicios que el gobierno debe garantizar para el bienestar de la población. Uno de los que más ha llamado la atención y donde se muestra una total ineficacia del gobierno, ha sido lo que concierne a la emisión de nuevos pasaportes. Es increíble constatar que no hay libretas para la renovación de los pasaportes, lo que evidencia una falta de planificación sin precedentes.
El sistema 9-11 es otra muestra de la falta de planificación y de la ineficacia del gobierno. Este sistema de ayuda a la población que logró excelentes resultados en el gobierno anterior, hoy está en una situación crítica. El 9-11 está en emergencia. No funciona, no resuelve y prácticamente ha desaparecido. Los apagones, que ya no eran parte de la cotidianidad de los dominicanos, han vuelto por sus fueros y están creando serios trastornos a la población. El sector eléctrico del gobierno ha mostrado una falta de eficacia y de planificación que lo tienen en un punto de descalabro e inoperancia que preocupa.
El Metro de Santo Domingo, que había sido un modelo de manejo desde su fundación, hoy está atravesando por graves problemas de funcionamiento y por serios conflictos laborales que ponen en riesgo hasta su accionar diario. A todo eso se une los problemas de escasez agua, el desorden en el tránsito, la falta de políticas eficaces para enfrentar los altos niveles de delincuencia y violencia, las limitaciones y fraudes en los programas de ayuda, la falta de una política eficaz para enfrentar los feminicidios, en fin, son muchas las áreas del gobierno donde se destacan la ineficacia y la falta de planificación.
El gobierno debe emplearse a fondo para enfrentar todas estas situaciones que afectan de forma directa a toda la población y les rebaja su calidad de vida. El Presidente Luis Abinader dijo hace poco en una entrevista televisiva que él no es Dios para resolver todos los problemas de una vez. Eso es cierto, pero también es cierto que muchos servicios que antes funcionaban con eficacia hoy se han deteriorado porque el Gobierno no le pone la atención ni los correctivos de lugar.
El Gobierno debe cumplir con eficacia el papel para el que fue elegido. No es posible que tres años después, tantos servicios públicos estén funcionando con muchas deficiencias sin que se vea un esfuerzo real y decidido para enfrentar esa situación. Un buen gobierno tiene como meta principal hacer que los servicios que brinda el Estado sean los más efectivos, los más eficaces y los de mejor funcionamiento, para bien de la población y de toda la sociedad. De no ser así, hay que cambiar el rumbo.