
Gobierno, oposición y ley de fideicomisos
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La acostumbrada tregua política navideña en el país presentó una ruptura en esta ocasión, por la amplia discusión que se produjo sobre la pretensión del gobierno de hacer pasar la Ley de Fideicomiso Públicos en este período de baja actividad política. Si bien es cierto que esa ley fue aprobada por el Senado de la República en el mes de mayo, llamó mucho la atención que, de manera casi subrepticia, la Cámara de Diputados asumiera la discusión de esa legislación en un momento como el de Navidad.
Lo que aparenta es que el gobierno del Presidente Luis Abinader quiso nuevamente sorprender a la nación, aprobando una ley que afectaba de manera sensible aspectos como la venta y administración de bienes públicos, sin tener en cuenta las normas de la ley 340 de contrataciones públicas. Y es mayor la sorpresa en esta actuación del gobierno, pues hace unos meses tuvo que retirar la propuesta de un fideicomiso para Punta Catalina, precisamente porque muchos de los elementos contenidos en esa propuesta pasaban los límites de la transparencia y todo apuntaba que era una forma sinuosa de entregar esa importante planta de producción energética al sector privado.
La pretendida aprobación de la Ley de Fideicomisos Públicos a un ritmo tan acelerado fue frenada por denuncias de puntos oscuros en la misma y la firme actitud de rechazo de los dos principales partidos de oposición, el PLD y la Fuerza del Pueblo. Ambos partidos, ejerciendo su papel opositor, expresaron que, si bien comparten los fideicomisos, en la ley se presentan varios elementos que muestran falta de transparencia y una intención de la actual administración crear una especie de «gobierno paralelo» dirigido por el sector privado.
El gobierno ha acusado a los sectores de oposición de tratar de impedir que las autoridades puedan desarrollar algunas áreas del país, a través de los fideicomisos públicos. En un encuentro que el Presidente Abinader realizó con los líderes de opinión la pasada semana, fue muy enfático al expresar que tanto el PLD como la Fuerza del Pueblo estaban jugando a ser opositores y de manera irracional estaban impidiendo que el gobierno pudiera impulsar planes de desarrollo para la nación.
Lo cierto es que en este enfrentamiento por la aprobación de la Ley de Fideicomisos, tanto la oposición como el gobierno han jugado su papel de manera clara y precisa. La oposición ha mostrado sus garras, y se ha mostrado firme en no permitir que el gobierno tome el Congreso como un sello gomígrafo para aprobar leyes que no sean debidamente discutidas y consensuadas. El gobierno, después de fracasar en su intento por pasar la ley en momentos de receso político, ha desarrollado una amplia y efectiva campaña de concientización en torno a los beneficios y la conveniencia de la referida legislación. Algo que debió haber hecho antes de que se produjera este enfrentamiento. De lo que no hay dudas es que, en esta situación, la que sale fortalecida es nuestra democracia y la separación de poderes.