
El foquismo y la guerrilla de Playa Caracoles
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El fracaso de la guerrilla de Manolo Tavárez Justo y el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), no disuadió a los foquistas de continuar con este método de lucha revolucionaria.
Y a nivel internacional, el mayor fracaso del foquismo lo constituyó la caída del Che Guevara en Bolivia. Por lo visto, el éxito de Fidel Castro en Sierra Maestra sirvió para que el mismo régimen cubano impulsara la vía foquista como principal estrategia para la toma del poder de la izquierda en América Latina.
No obstante, la realidad sociopolítica latinoamericana era muy diversa, y el llamado imperialismo aprendió rápidamente la lección de la revolución acaecida en la isla más grande del Caribe. De manera que el proyecto foquista del héroe de la «Revolución de Abril» de 1965, estaría condenado al fracaso.
Empero, hay informaciones en el sentido de que el coronel Caamaño no pensó que el pueblo por el cual luchaba, se quedaría pasivo al conocer de su llegada a territorio dominicano, y que las organizaciones de izquierda que abogaban por la lucha armada, no actuaran ante su presencia en el país.
Es que era fácil lanzar en el campus de la UASD las consignas: «El poder nace del fusil», y «guerra popular contra Balaguer y el imperialismo». Sin embargo, al llegar el momento esperado, faltó coraje o no había la preparación necesaria a fin de emprender la lucha militar.
Pero también hay que reconocer que el régimen balaguerista no se durmió «en los laureles», y de inmediato emprendió una represión generalizada contra la oposición.
Por lo pronto, es bastante probable que si el desembarco guerrilleros encabezado por el jefe militar de la revolución de 1965 se hubiera producido en 1970 o 1971, las posibilidades de un levantamiento popular serían mayores. Así pues, el momento político escogido por el puñado de guerrilleros guiados por el «Comandante Román», fue el menos favorable para alcanzar el éxito buscado.
Al final de cuentas, el «Comandante Román» o se sobreestimó o no sospechó de que hasta se dudaría de su presencia en «las escarpadas montañas de Quisqueya».