
El documental recompone la historia política
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El cine ha recurrido a los personajes y episodios históricos para alimentar su insaciable maquinaria de producción que, en este caso desde el género del documental, introducirse en el epicentro político de Washington. Pero los principales actores del espectro nacional también echan mano de este recurso como medio de propaganda electoral, para defender su legado cuando van de salida camino al retiro o, simplemente para incrementar sus ingresos con la venta de los derechos a las cadenas de televisión que en los últimos años se han decantado por este tipo de contenidos.
La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, cuyo carisma, popularidad y encanto empezó a interesar a la industria cinematográfica desde febrero del 2007 cuando el senador de Chicago anunció su sorpresiva candidatura, generó una inusitada inclinación de guionistas y realizadores inspirados por la entrada en escena de quien en el 2008 se convertiría en el primer presidente negro de los Estados Unidos.
Y quién podría ser un personaje más atractivo que Obama. Inmediatamente Barack oficializó sus aspiraciones a la presidencia, la cineasta Alicia Sams junto a Amy Rice se convirtieron en las dos sombras del candidato para documentar en video la extenuante y fascinante campaña que desarrolló por todo el país, primero en el proceso de las primarias y posteriormente aquella que llevó a cabo hasta ganarle al contendiente republicano, John McCain.
El trabajo de estas dos realizadores se convirtió en By the People: The Election of Barack Obama, el documental que estrenó HBO en el 2009. «Esa es nuestra esperanza, que aporte algo para la historia», decía en esa ocasión Sams a propósito del estreno. Ellas contaron con el valiosísimo apoyo del actor Edward Norton, que al final se convirtió en su productor, debido a las trabas que enfrentaron al inicio debido a que el equipo de campaña de Barack ni siquiera les devolvía la llamada. El suyo es un filme estupendo, material de estudio para entender cómo se mueve la maquinaria electoral de un candidato de este nivel.
Al estreno de By the People seguiría un filón de documentales centrados en su persona, dentro y fuera de la Casa Blanca. Valioso es el aporte del director Greg Barker que en el 2017 estrena The Final Year, producido también por HBO. En una hora y media recorre cronológicamente la política de Estado que implementó el equipo de la administración Obama en el último año de su gestión. Una mirada como pocas veces ha tenido la oportunidad el público de tener acceso, gracias a la bendición dada por el propio presidente para que esto fuera posible.

En el mismo 2017 entra a la escena CNN Films con The END: Inside the Last Days of the Obama White House, dirigido por Toby Oppenheimer, testigo de excepción que documentó los últimos meses de Obama en la Oficina Oval, mientras su equipo trabajaba de la mano de sus homólogos que participaron en la transición y el cambio de mando. Tiene una duración de 2 horas y 17 minutos.
Uno de los últimos contenidos producidos en torno al carismático líder estadounidense se estrenó en el 2021, Obama: In Pursuit of a More Perfect Union, un inquietante, reflexivo y crítico planteamiento de lo que supuso la asunción al poder del primer presidente negro con relación a la lucha contra el racismo y la discriminalidad en los Estados Unidos. Un enfoque interesante que no podía obviar el poderoso matrimonio de los Obama.
En cada una de estas producciones, inevitablemente, emerge la figura del senador John McCain, el candidato republicano que perdió en las elecciones del 2008. En él se fija el director George, que junto a sus hijos Peter W. y Teddy Kunhardt, realiza For Whom the Bell Tolls (Por quién doblan las campanas), un benevolente audiovisual de una hora y 44 minutos. El poderoso estamento político de Washington se pone a las órdenes de los productores para testimoniar admiración y condecendencia con McCain: participan Joe Biden, George W. Bush, Bill Clinton, Barack Obama y Hillary Clinton.
Hillary Clinton, indudablemente desde que Bill juró el cargo en enero de 1993, la mujer más poderosa y de mayor influencia dentro y fuera de la Casa Blanca hasta que perdió las elecciones de Donald Trump en el 2016, es el eje de Hillary, una miniserie documental de cuatro capítulos que estrenó Hulu en el 2020. Primera dama, senadora y secretaria de Estado de EE.UU. y candidata presidencial por el Partido Demócrata, decide ponerse al frente de las cámaras a las órdenes de la cineasta Nanette Burstein y contar su versión de los episodios más importantes y polémicos en los cuales ella tuvo un rol protagónico.
Los poderosos estudios de servicios streaming participan de una férrea competencia por alzarse con los costosos derechos para inmortalizar la mejor imagen del liderazgo político de los Estados Unidos. Un subgénero cinematográfico que ha experimentado un crecimiento inimaginable en los años antes de que surgieran Netflix, Hulu, Apple TV o Disney Plus, con excepción de HBO, que viene de la televisión pagada y que es uno de los mayores productores de estos contenidos. El documental es quizás el recurso más idóneo para diseccionar el ecosistema político que tiene a la Casa Blanca como generadora de contenidos.