Dos años
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Ya inició la cuenta regresiva para el tercer año de la guerra entre Rusia y Ucrania a poco de cumplirse dos años de esta guerra que ha dejado un saldo de 31,000 soldados ucranianos muertos, centenares de civiles y miles de heridos en el que su presidente Zelensky admitió en un encuentro con la prensa, que su país se encuentra en un momento muy delicado. Ucrania, como saben, necesita la ayuda de Estados Unidos, ahora más que nunca, y advirtió que Rusia prepara una ofensiva en unos meses.
Funcionarios del gobierno estadounidense aseguraron en agosto que los muertos del lado ruso alcanzaban en ese momento la cifra de 120,000 y entre 170,000 y 180,000 la de heridos. Mientras Ucrania habría perdido 70,000, es decir, que los soldados caídos rusos, pese a ser muy superiores a los ucranios, ni siquiera sumaban el doble, según publicó The New York Times.
Los primeros meses de esta invasión de Rusia a Ucrania, según ciertos entendidos, fueron los de la resistencia para prevalecer. Luego llegó el tiempo de la liberación de los territorios ocupados por el autócrata Vladimir Putin con el apoyo financiero y del armamento enviado por los aliados occidentales, y una ansiada y paleada contraofensiva que dio resultado. Ahora toca iniciar un tercer año de guerra que tiene como objetivo la supervivencia.
Actualmente la guerra está «estancada». La invasión a Ucrania ordenada desde el Kremlin produce ya cansancio, fatiga y estancamiento. El «enemigo» a Putin le ha resultado duro de roer y en realidad, tampoco ha obtenido lo que esperaba de esta locura invasión.
En esa citada rueda de prensa, llevada a cabo recientemente, el presidente ucranio Volodímir Zelensky, ofreció una parte de estos datos tras el Fórum Ucrania 2024, un evento diseñado por Kiev para insuflar optimismo a una sociedad que empieza a mostrar signos de fatiga con un frente estancado y con su ejército en retroceso debido a la falta de munición y de rotaciones. Pese al parón de la inyección económica y militar vital para Ucrania por parte de Estados Unidos, en esta rueda de prensa Zelensky se mostró optimista respecto a este flujo necesario, pero aseguró que esta debe producirse en el plazo de «un mes». Dijo textualmente que «no solo es dinero, necesitamos armas».
Por su parte, en una columna publicada por el periodista Andrea Rizzi, en el periódico El País, dijo: «Europa afronta un reto existencial. Ucrania está en dificultad por escasez de suministros de armas. No está claro que Estados Unidos siga siendo un respaldo para Kiev. Tampoco está claro que Washington siga siendo en el futuro el garante de la seguridad europea. Mientras, Putin, bien respaldado por Corea del Norte e Irán y económicamente por China, va a por todas». «Europa debe por tanto cambiar de mentalidad para garantizar su seguridad».
Mientras todo esto acontece en Ucrania y su necesidad de continuar recibiendo la ayuda esencial de Estados Unidos para resistir toda la embestida de Rusia, es importante recordar que el país anglosajón celebra elecciones este año y ese asunto puede incidir en el estancamiento de los recursos. De hecho, un alto miembro del capitolio que desde hace mucho tiempo es un vocero de la política rusa está bajo investigación por sus frecuentes viajes a zonas de guerra en Ucrania y por proporcionar RD$30,000 en equipo francotirador a su ejército, según documentos. Ese miembro es Kyle Parker, asesor principal del Senado para la Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa.
Y a propósito de Rusia y la reciente muerte en su penal del ártico del líder opositor Alexéi Navalny, se supo que el opositor ruso estaba a punto de ser liberado gracias a un acuerdo de intercambio de prisioneros con Estados Unidos y Alemania, aseguró una de sus colaboradoras, la que fuera su mano derecha María Pévchij, en un vídeo publicado en YouTube.