Diez álbumes de merengue que cumplen 40 años en 2024

Está concertado que el merengue tuvo el pico más alto de popularidad en los 80, además de la más grande representación creativa y representativa de la música dominicana. El 1984 fue un año vital en la definición conceptual de este decenio, pues los anteriores, aún mostraban vestigios de colores de los 70. 

El merengue ochentero presentó un despliegue de propuestas en la que figuraban personajes que exhibían categoría de leyendas y nóveles que venían de diferentes ámbitos de la música, desde la academia, hasta el talento y los recursos proporcionados por los barrios. 

A continuación, una representación de 10 álbumes que en 2024 cumplen 40 años. No son todos los que están, pero los seleccionados aportaron en el mencionado boom, hito de la historia de la música y las grabaciones en nuestro país. 

Primer álbum del cantautor Juan Luis Guerra. En principio, poco entendido por el gran público, hoy altamente valorado. No es completamente de merengue; sin embargo, presenta cuatro temas erigidos como referentes en la fusión del género dominicano con el jazz. Estos son Feliciana, de la autoría de José Lázaro Sosa; Juana Mecho, popularizado por la orquesta de Rafael Solano en el decenio anterior; Loreta, del ingenio del gran Luis Alberti y Jardinera (título original A Jardinera), samba canción del flautista y compositor brasileño Benedito Lacerda, llevada al merengue en 1964 en una grabación de Joseíto Mateo acompañado de la Orquesta San José. 

Los merengues incluidos en Soplando presentan el patrón rítmico del pambiche que, combinados con las armonías del jazz, tanto en la instrumentación como en las voces, los convierten en obras de alto nivel estético y musicalmente grandiosas.

Tras el éxito del álbum Bachata rosa de Juan Luis Guerra y 4-40, Soplando se reeditó en 1991, en formato disco compacto y con el título El Original 4-40, lo que generó reconocimiento internacional de esta producción.

De Luis Días y el merengue se conocía un vínculo que tocaba su lado de compositor, con temas como La Pringamosa, grabado por Wilfrido Vargas y Sus Beduinos y El guardia del arsenal, registrado por primera vez por Dioni Fernández y El Equipo, cantando Sandy Reyes. Como intérprete, el artista de Bonao presentó este larga duración en 1984, el cual recoge muchas de sus influencias de folk, rock y música tradicional dominicana, todo enmarcado con la base rítmica creada por la güira y la tambora. 

Todos los temas son de su autoría, con arreglos de Johnny Tulanga y Robert Jeandor, con experiencia en el merengue, y Manuel Tejada, quien se iniciaba en los arreglos para el género y que aportaba elementos que más adelante definirían el merengue de esta década. 

Aunque todos los temas son conocidos, el señalado para la promoción fue Ay ombe que, de manera equilibrada, muestra aires de merengue citadino y merengue del campo. 

Aunque Dioni ya había alcanzado éxito con álbumes anteriores, el mencionado representa su afianzamiento en el gusto popular.La construcción del mismo se da en un momento de transición de la banda, entre la salida de Charlie Rodríguez, su más aplaudido cantante hasta ese momento, y la entrada de Sergio Vargas, procedente Los Hijos del Rey, y Carlos David, de la orquesta de Bonny Cepeda.

Este hecho, palpable en la exposición televisiva, contribuyó al posicionamiento de este material, sin obviar su calidad en los arreglos musicales y el nivel de interpretación de los cantantes: Charlie Rodríguez, Sergio Vargas, Carlos David y Willy González.

Aunque todos los temas fueron exitosos, Los diseñadores, de la autoría del cubano Willy Chirino, así como Cal y arena y Oye muchacha, fueron los sencillos de mayor impacto. 

Es el segundo álbum de esta agrupación que ha sido la referencia indiscutible de las orquestas merengueras femeninas. Las primeras tiradas traen en su portada el título Belkis Concepción y las Chicas del Can. Con Wilfrido Vargas y sus Beduinos, endoso que ayudó a la proyección de la banda dentro y fuera de la República Dominicana. Además, de los 10 cortes que incluye, dos son grabaciones invitadas del grupo de Vargas, con Peter Cruz en la voz: Ron pa´to el mundo y El añoñaíto.

Se advierte una sección de metales inusual en las orquestas de merengue, combinación de dos trompetas y dos trombones, esquema que se repitió en otras agrupaciones integradas por mujeres que llegaron después. La ausencia de voz líder o preponderancia de un canto en coro, es otro aspecto notable; por ejemplo, en temas como La media María, El higuerón y Mil razones, en los cuales se siente basta influencia armónica de los coros de los merengues de Los Beduinos. 

Entre los éxitos que arrojó este álbum están, en primer plano, Que gobiernen las mujeres, cantado por Miriam Cruz y Sin él y Ya no te vayas, cantados por Verónica Medina. Otros, de resultado más moderado, fueron La media María, El higuerón y Yo sé lo que quiere el negro, un contra canto de El africano, popularizado por Wilfrido Vargas.      

Quinto álbum de Fernando Villalona como titular y, como todo lo que grabó para esa época, fue recibido con algarabía. 

Cuenta con los temas Quijote (pop balada), una versión del tema de Julio Iglesia, tan popular en República Dominicana como el original. Otros son, Aguacero (merengue), Te prometo (balada) y Concavo y convexo (merengue), todos cantados por Fernando. También, Qué quieres que haga, cantado por Angelito Villalona; Olé olé la rumbera, cantado por Raphy Peralta y dos instrumentales, otra versión de Quijote y Alma llanera. 

Además, Fernando canta el corte de mayor trascendencia, Sé que te perdí, un merengue con arreglo innovador, el cual potencializó esa faceta de Ramón Orlando Valoy y lo visibilizó más allá de sus funciones en la orquesta de su padre Cuco Valoy. 

Segundo álbum de esta agrupación, muy parecido al anterior, combinación de temas jocosos: El repollo, El alicate, Te saqué los pie… y románticos: Si la ven, Hello y Querida, todos convertidos en éxitos radiales y de alta exposición en centros de baile. 

Aunque, el álbum cuenta con varios arreglistas, son notables el trabajo del pianista de grupo, Juan Valdez que, en lo adelante, se convertiría en uno de los más solicitados. 

Algunos de los temas presentes en esta producción, marcan una premonición de la aceleración que adoptaría el merengue posteriormente, superior a la implantada por Johnny Ventura en los 60 y Wilfrido Vargas en los 70. 

El auge del merengue durante el decenio de los 80 llevó a algunos intérpretes de baladas a grabar este género. Uno de estos fue Jerry Legrand. Aunque la exposición radial y televisiva dio a conocer más de un corte de este álbum –entre los que se encuentran La meta del vago y No se va a poder– el impacto se da con el tema Todo me gusta de ti, versión merengue de una balada que la cantante mexicana Vikky Carr había grabado en 1982. 

Todo me gusta de ti, se constituyó en un clásico, viva representación del merengue de esa época, hoy en día con alta valoración. Además, su impacto logró una reacción entre los ejecutivos de la multinacional CBS que, en esos años empezaba a mostrar interés por el merengue. El mismo cuenta con arreglos de Dioni Fernández. Los demás temas del álbum, tienen el mismo nivel musical, y cuentan con arreglos de Ramón Orlando Valoy y Manuel Tejada. 

Octavo álbum de la agrupación liderada por Milly y Jocelyn Quezada. Una más de esas que representó la alegría de fin de año que esta orquesta venía regalando a los dominicanos. Contiene temas de la autoría de Yaqui Núñez del Risco, Ramoncito Díaz, y uno, posiblemente el de mayor trascendencia de la agrupación, Volvió Juanita, de la autoría de la colombiana Esther Forero. 

Volvió Juanita fue grabado por Joe Arroyo, acompañado de la orquesta de Pacho Galán en 1978, y está dedicado a los barranquilleros que vivían fuera de Colombia y que en algún momento retornaban a la patria chica. Pero aquella versión, nunca significó para la gente de Barranquilla, lo que representa la interpretada por Milly para los dominicanos: representativa de los dominicanos ausentes que llegan a la República Dominicana a pasar las navidades.   

Para 1984, Fausto Rey ya tenía categoría de estrella pop dominicana. El intérprete también se dejó atrapar por la popularidad del merengue y se atrevió a formar su agrupación. Éste fue su primer álbum, de calidad incuestionable y del cual se desprenden varios éxitos. 

Fausto, que también es un excelente músico, realizó varios de los arreglos, además de ser el director de grabación. Es autor de Mi linda música, además de ser el arreglista; compartió los arreglos de El pájaro herido con Crispín Fernández y con Tony Scalon, autor del tema; también arregló Cómo te puedo olvidar y Cuando el amor Llega a Ti y compuso la música de Brindemos más amor. Además, el álbum cuenta con arreglos de Bienvenido Bustamante y Andrés de Jesús. 

Wilfrido integra sintetizadores y baterías a su formato. Lo había hecho antes, sin embargo, nunca se habían sentido estos instrumentos tan bien integrados como en los merengues que contienen este álbum. 

El tema El Jardinero es ejemplo de lo antes dicho. Además, presenta uno de los primeros performances del rap en el merengue y en la escena dominicana, interpretado por Eddy Herrera. También hay fusiones la música compa y calipso, y una versión de Lo ajeno se deja quieto, canción décima de Chuíto El Bayamón, legendario cantor puertorriqueño de música jíbara.  También cuenta con el tema Mi fanaticada, un vallenato escrito e interpretado Diomendes Díaz, que Wilfrido llevó al merengue y cantó.