Democracia y equilibrio de poderes
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Uno de los aspectos claves de funcionamiento de la democracia es que se mantenga el equilibrio entre los poderes que conforman una nación. Cuando se pierde ese equilibrio, se debilita la democracia y se asoman los aires del autoritarismo. Si un solo partido domina los principales poderes de una nación, el rumbo de la estabilidad y el progreso encontrará muchos escollos.
En el caso de la República Dominicana al ver los resultados de las elecciones municipales de febrero y lo que prevén la mayor parte de las encuestas, podríamos estar frente a un fenómeno muy especial donde el Poder Ejecutivo dominaría los tres poderes principales del Estado. El presidente Luis Abinader controla de manera total el Ejecutivo y, aunque quiera negarlo, domina de manera indirecta el Poder Judicial. El único de los poderes que no controla de forma total es el Legislativo, pues, aunque tiene mayoría absoluta en el Senado, no es así en la Cámara de Diputados y debe negociar con los partidos de oposición cuando se trata de leyes o decisiones que afectan a las grandes mayorías nacionales.
Ante la posibilidad de que el partido de gobierno pueda retener el poder ejecutivo y ganar el poder legislativo en sus dos cámaras, el único espacio donde tiene que negociar con la oposición, los partidos que componen la denominada Alianza Rescate RD y la sociedad en general, deben reflexionar profundamente sobre el impacto negativo que provocaría a la democracia que esa posibilidad se convierta en realidad.
En el caso de los partidos de oposición deben jugar un papel crucial en este momento histórico. Deben trazar estrategias muy claras para que sus aspirantes a los cargos congresuales puedan salir favorecidos en una proporción mayor que la del partido de gobierno, para así mantener el equilibrio democrático entre los tres poderes de Estado. Eso es lo que más conviene a todos. Los tres principales partidos de la oposición, PLD, FP y PRD, tienen muy buenos candidatos a los cargos de diputados y senadores, y deben multiplicar su apoyo a los mismos.
En 25 de las 32 provincias llevan candidato a senadores comunes y esa es una buena señal. Aunque en el caso de los diputados cada quien lleva sus candidatos particulares, ellos deben entender que su lucha principal no es contra sí mismos, sino contra el adversario común a ellos, que es el gobierno. Y deben hacer todo lo necesario para que la matrícula obtenida por la oposición en cuanto a diputados y senadores, supere en cantidad a los del partido en el gobierno.
La sociedad dominicana también debe saber valorar lo que representa un equilibrio de poderes. Las instituciones de la sociedad civil que valoran objetivamente el valor de la democracia, deben unir sus esfuerzos para que ese equilibrio de poderes se mantenga, se preverse y se fortalezca en este proceso electoral de mayo próximo.
Esas instituciones deben entender que, así como criticaron en el pasado el hecho de que un partido pudiera tener todo el poder para hacer las cosas sin control, también en este momento deben elevar su voz para que el partido que hoy domina el Poder Ejecutivo y el Judicial, no se alce con el dominio absoluto del Legislativo y pueda hacer todo sin tener nadie que lo controle. Si eso se produce, todos seremos afectados y luego será tarde para lamentarnos.