Cerrando ciclo político
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Las elecciones presidenciales que convocan a las urnas a más de ocho millones de dominicanos el 19 de mayo representan el cierre de un ciclo político en el que van de salida líderes que independientemente de los resultados están conminados a liderar procesos de renovación en sus respectivas formaciones. La Constitución vigente impediría, en el eventual escenario de una reelección del presidente Luis Abinader, que pueda aspirar para el 2028. Y es precisamente en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) donde más se siente la sed de subir en la escalera de poder de una camada de jóvenes políticos que no guardan las formas en sus apetencias personales. Es su derecho, naturalmente.
Prevaleciendo esa Constitución en el 2028, Abinader pasaría a liderar a sus subalternos, pero ya desde una gestión política en el PRM. Abrir las puertas para que bailen todos los que quieran asistir a la fiesta democrática interna, con el objetivo de posibilitar una transición que históricamente se manifiesta traumática en la mayoría de las organizaciones. Los resultados de las elecciones municipales de febrero pasado sirvieron de caldo de cultivo para enfrentamientos de corrientes internas que solo pueden ser fotografiadas en unidad en actos políticos puntuales, para guardar las formas.
Danilo Medina haría bien en facilitar que en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se concluya con el ciclo de renovación que inició en el 2020 tras su salida del poder. En el peledeísmo hay una cuota significativa de jóvenes con talento, profesionales preparados que pueden incidir en un nuevo ciclo en la organización. Un ejemplo contundente: Zoraima Cuello, elegida sorpresivamente como compañera de boleta de Abel Martínez, ha demostrado una capacidad que no es una sorpresa para quienes la conocen. Este proceso servirá para curtise en las lides de la política de fondo, de cara a vara, de la carpintería que le permite a un político con vocación de poder seguir preparándose para el futuro. Habrá que esperar cuál será el plan de Martínez, si no resulta elegido presidente de la República.
Es probable que en el PLD ese ciclo de transición que se reinicie con menores dificultades que en los procesos en los tiempos en que estuvo en el Palacio Nacional. Una generación de jóvenes –que no significa que no tengan ya experiencia en el ejercicio tanto de la administración pública como en el oficio de la política– está a la espera de que se le permita jugar su rol, frente a una sociedad que también quisiera tener una opción más renovada para poder elegir.
Leonel Fernández tiene un claro heredero en la Fuerza del Pueblo. Pero al mismo tiempo, hay protagonistas de primera fila que deben asumir un espíritu de pertenencia en esta organización que sin duda, en apenas su segundo proceso electoral, va a quedar muy bien posicionada en el cuadro nacional del aparato partidario. República Dominicana asiste en esta ocasión al cierre de un ciclo político, con la asunción de un nuevo Gobierno. A partir de agosto de este año, se inicia una contienda interna crítica y competitiva.