
Bésame mucho
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La vida republicana dominicana registra varias parejas presidenciales, excluyendo al inefable Joaquín Balaguer que nunca contrajo nupcias porque se había «casado con el bienestar del pueblo». Damas hasta el momento de muy bajo perfil hasta la llegada de Raquel Arbaje que no escatima escenarios para expresar sus afectos a su esposo, el primer ciudadano de la nación.
El país registra una importante cantidad de mujeres que han ostentado el título de Primera dama y cada una de ellas ha dejado su impronta como compañeras del mandatario de la nación. Antes y después de la férrea dictadura del siglo pasado, la historia registra importantes nombres: María de los Ángeles Trinidad de Moya Pérez (Horacio Vásquez), Aminta Ledesma, Bienvenida Ricardo, María Martínez Alba (Rafael Trujillo Molina), Carmen Quidiello (Juan Bosch), René Klang (Antonio Guzmán), Asela Altagracia Mera Checo (Salvador Jorge Blanco), Hipólito Mejía (Rosa Gómez), Ana Elisa Villanueva (Jacobo Majluta), Margarita Cedeño (Leonel Fernández), Cándida Montilla (Danilo Medina) y Raquel Arbaje, actual Primera Dama, esposa del Presidente Luis Abinader.
Hay que destacar que la actual primera dama goza de una naturalidad muy singular, que provoca y genera un torrente de opiniones. Este fin de semana se ha convertido en tema de discusión.
La Primera Dama Raquel Arbaje ha logrado convertirse en tema de discusión, justamente, durante la primera jornada reeleccionista del Presidente Luis Abinader, que busca continuar en el poder más allá del próximo año. ¿Qué importancia política tiene ese beso? ¿Fue planificado o espontáneo? ¿Cuál es el mensaje?
El comentarista Julio Martínez Pozo nos recuerda una frase que se atribuye al profesor Juan Bosch: en política ocurren cosas que son visibles y otras no tantas. La importancia de un beso a un mandatario que busca desesperadamente la reelección debe tener justificación política. Ese beso estaba libreteado. Qué mensaje quiere dejar plasmado: amor verdadero, unidad familiar, solidaridad y un largo etcétera. ¿La oposición política puede exhibir ese tangible creíble?
Como dice Pozo, en política nada ocurre por casualidad. Todo está planificado y más cuando se busca la reelección presidencial. Al admirado y siempre recordado Dorín Cabrera, un crack del marketing político aplicado, se atribuía el éxito de la candidatura de Salvador Jorge Blanco. Fue Dorín Cabrera que llevó a SJB a una carrera de caballos en el antiguo Hipódromo Perla Antillana del Ensanche La Fe, fue Dorín Cabrera que puso a Jorge Blanco a detener la caravana presidencial para «tomarse un agua de coco», fue Dorín Cabrera que abrió las puertas del Palacio Nacional para que el pueblo conociera la casa de gobierno… En su momento, una dosis de mercadeo es viable, es posible, es aceptable.
Ahora bien, lo preocupante es cuando el pueblo comienza a decir que «no tamo’ pa’ besos». Que con besos no se paga la energía eléctrica cara, la matrícula del colegio o la universidad y que la comida no baja.
«Bésame, bésame mucho. Como si fuera esta noche la última vez…», dice la primera estrofa del popular bolero escrito hace mucho tiempo por Consuelo (Chelo) Velázquez, importante compositora mexicana, cuyo tema ha sido interpretado por importantes celebridades del canto mundial.