
Bachatas a «lo Segura» se convierten en «las de Juan Luis»
Comparte Este Artículo
Como dice aquel popular título de la vieja revista, muy apreciada décadas atrás, Reader Digest «Aunque usted no lo crea», Luis Segura y Juan Luis tienen varias cosas en común. No solo que ambos comparten el nombre de Luis, sino también que los dos sienten una pasión desmedida por las cuerdas, que en sus inicios estos intérpretes daban serenatas a las muchachas y que ambos iniciaron cantando bachata.
No se sorprenda, es literalmente así. Una bachata era la fiesta informal que se tocaba en patios y enramadas por músicos improvisados o aspirantes a músicos profesionales. Distintos tiempos y momentos, ambos estaban haciendo lo mismo, intentando dominar las cuerdas –aunque el resultado fue que ellos se quedaron atrapados en las emociones que transmiten y despiertan al mismo compás de cada rasgado–.
Ambos aprovechaban las noches de su adolescencia para ponerle palabras a la música. Para decir amor debajo de una ventana con versos de bolero adaptados a sus voces y guitarras. En El Barrio se organizaban bachata bailables a guitarra y en los ensanches y sectores como Gazcue, instrumento, sentimientos y canciones serían las mismas, pero tenían otro nombre: veladas.
El transcurrir del tiempo haría coincidir a ambos, desde un viejo y sentido Cariñito de mi vida, pasando por «penas, es lo que siento en mi alma…» a «quisiera ser un pez». Juan Luis no puede guillarse de que no escuchó a Luis Segura cuando buscaba «añoñar» su voz y hacer más creíble que había dejado atrás a la celosa Feliciana para abrazarse con todo a una ahora más domada, aunque altanera, que José Feliciano llamó Señora Bachata.
Tal vez era el encuentro más esperado, que Juan Luis grabara con algún representante real de la bachata, como lo hizo alguna vez con el perico ripiao de Francisco Ulloa, o con el merengue de orquesta del Caballo Mayor, Johnny Ventura y la reina Milly, una diva que hace tiempo no necesita el Quezada, así como ya Juan Luis no necesita el Guerra.
Y, sorprende, porque llega en el momento más inesperado. La noticia despierta emociones, el junte importa porque a los dominicanos nos importan los dos. Hemos aprendido a valorar al grande, al chiquito y al de siempre. Sabemos que todos juegan un papel importante en esta historia de la música dominicana. Y, sobre todo, que sin los que fueron antes, los que se jugaron la piel y apostaron a lo que hacían –soportando la burla y las denostaciones–, los nuevos –llámense como se llame–, no serían posible.

Así que celebramos que nos llegue Las de Juan Luis, un evidente homenaje de la bachata tradicional en la voz de Luis Segura, a la nueva bachata, la de Sonia y Luis, la de Vitico y Manuel, la de Juan Luis que ayudó a romper corozos, tabúes y prejuicios, la que le dio visado mundial a la música que se habían llevado en el corazón a sus nuevas tierras, los migrantes dominicanos.
Muchos han sostenido que Juan Luis debió abrazar la «verdadera bachata» y no la que hizo. Pero no se le puede pedir a nadie que sea lo que no es. Así como los bachateros tradicionales no intentaron hacer la de Juan Luis porque funcionaba.
Nadie puede esperar que el otro sea lo que no es, porque el arte funciona desde la verdad de quien lo crea. Sin embargo en esta hermosa bachata, escrita por El Añoñaíto, se definen aún más las coincidencias de ambos. Las de Juan Luis, que pensamos por el título que sería una especie de mezcla de bachata del grande, terminó siendo una bachatica de amor, de conquista. Una canción en la que ambos destilan ternura, en la que el sonido general de la bachata tradicional se deja besar de aires modernos, sin comprometer su esencia. También la esencia de Juan Luis Guerra garantizada con la participación especial de Janina Rosado. Mientras que Edward Rosado garantizó que está canción sonara como un deja vú. Juraríamos que la conocemos, que la hemos oído antes. Hasta nos acuerda cosas que no vivimos, pero que pudimos haber vivido.
Mientras la canción va tomando categoría de amargue y ternura todo a la vez. Es como si al encontrarnos con el amor de nuestra vida. Dejáramos pasar la oportunidad para no herirle. Ternura en el dolor. Se siente el respeto del uno y del otro. Cada cual da lo que tiene con cierta contención. Ninguno quiere deslucir al otro. Nadie quiere sobresalir o imponerse. Quizás tardó mucho Juan Luis o ningún bachatero se atrevió a pedirle una colaboración. Solo el ganado respeto de Luis Segura hizo posible que Juan Luis se sienta honrado, como publicó en su cuenta de Instagram, de hacer esta colaboración en la que mezclan letras y melodías de dos canciones de Segura que le gustan a Juan Luis: Muchachita de mi vida y No me hagas sufrir tanto.
El estreno de esta canción se realizó por una cadena de radio el pasado domingo 11, en conmemoración de la declaración de patrimonio del género por la UNESCO. El video dirigido por Oliver Mota se estrena este viernes. José Luis Segura, su hijo y productor de esta colaboración junto a Amarilys Germán, lo declara como «una bella historia que encantó a Juan Luis». Después de escuchar Las de Juan Luis estoy «segura» de que esta bachata si los medios y la radio le hacen caso, puede ganar la «Guerra» y convertirse en un nuevo palo del Papá y El Grande. Nada como escuchar a estos dos, cargados de emoción cantar al mismo tiempo «No hay amor puro y sincero/Como el que siento por ti…».