
Armas
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Recientemente, Estados Unidos celebró un nuevo aniversario de su independencia. Aquel famoso 4 de julio que ha inspirado películas, series y mucho merchandise pero esta conmemoración estuvo teñida de sangre, de violencia. De esa inacabable violencia armada en manos de desequilibrados que al parecer no tienen fin. Es un negocio sin fin de millones de dólares en una industria que se resiste a ser regulada.
Un tiroteo la madrugada de ese fin de semana, el domingo, en una fiesta en Baltimore y dos la noche del lunes en Filadelfia (Pensilvania) y Fort Worth (Texas) dejaron un total de 10 muertos y varias decenas de heridos con arma de fuego en Estados Unidos, cuando se cumple un año de otro tiroteo múltiple en las afueras de Chicago. El fin de semana y puente de celebración del 4 de julio llega otra vez cargado de violencia.
Sabía usted que de acuerdo con la plataforma Gun Violence Archive, en lo que va de año y hasta el 3 de julio, se han registrado 21,689 muertes por armas de fuego en Estados Unidos. La base de datos recopila los fallecimientos que involucran un arma por diversas causas, desde disparos accidentales, suicidios, hasta tiroteos masivos. En lo que va de año, se han contabilizado al menos 339 tiroteos masivos en el país. Se trata de un récord trágico: desde el comienzo de 2023, el país ha sido testigo del mayor número de asesinatos en masa y muertes registrado hasta la fecha en cualquier año.
En ese sentido, las ventas de armas de fuego han crecido. Alcanzaron un record histórico de US$22.8 millones en el año 2020, un aumento del 64% con respecto al año anterior. Luego, hubo una disminución gradual a US$19.9 millones en 2021 y un promedio de US$1.5 millones por mes en los primeros cuatro meses del año 2022. Estas cifras están por encima de los niveles previos a la pandemia, según cifras de la firma de investigación Small Arms Analytics and Forecasting.
Según encuestas a minoristas realizadas por la National Shooting Sports Foundation, cerca de 13.8 millones de estadounidenses compraron un arma solo entre los años 2020 y 2021. Sume estas cifras a la gran cantidad de personas que ya poseen un arma en años previos. Por su parte, investigadores del Bookings Instituitons y Wellesley College dijeron que las ventas de armas están vinculadas a un sinnúmero de crisis. Por citar un solo ejemplo, desde marzo 2020 cuando el presidente de turno, Donald Trump, anunció una emergencia nacional por el covid y la pandemia causara temores económicos y de seguridad públicas generalizados.
Pero en cuestiones de cifras 8,8 millones es la cantidad promedio anual de armas de fuego producidas en los EE. UU. de 2014 a 2018, según la Fundación Nacional de Deportes de Tiro. Eso incluye 3,9 millones de pistolas, 3,4 millones de rifles, 774.132 revólveres y 752.954 escopetas. El grupo también estimó que alrededor de 20 millones de «rifles deportivos modernos», su término para AR-15 y otras armas similares, se produjeron o importaron a los EE. UU. entre 1990 y 2018.
Uno lee estas cifras, records, muertes y sentimos un pavor atroz. La violencia desde que el mundo es mundo está siempre al acecho para todos y en cualquier lugar inimaginable, pero Estados Unidos hay que tener cuidado y mirar bien alrededor hasta para ir a comprar el pan en un supermercado, dejar a tus hijos en alguna escuela, universidad o simplemente ir a divertirte. El lobby de las armas no quiere regularizar la venta y tenencia de éstas, les importa obvio, más el dinero que la vida de millones de inocentes. Es ya un tema político en el que los Republicanos se niegan a controlar las armas, y los demócratas desean finalizar de algún modo esta masacre.
El negocio de las armas continuará y la vida de inocentes dependerá de cualquier desquiciado con armas.