
Aníbal Díaz: «El tema de la salud mental es una emergencia sanitaria»
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Aníbal Díaz habla con la madurez que solo se alcanza con la experiencia. Un hombre curtido en la política, con una trayectoria labrada a pulso de la buena gerencia administrativa, que al final es la misma tanto en el sector privado como en el público. Diputado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que ganó la curul en el Distrito Nacional en las pasadas elecciones, y desde la Cámara Baja sigue concentrado en poder dejar un legado que redunde en beneficio de la población. Ese marcado interés lo colocó como líder del proyecto de Ley de acceso, prevención, tratamiento y rehabilitación en materia de salud mental, una pieza que ha ido ganando apoyo tanto de sus compañeros del Congreso Nacional como del Colegio Dominicano de Psicólogos que la semana pasada solicitó que la pieza se declare de urgencia, como parte de la ofensiva para que la misma sea una realidad.
Aníbal es una persona que habla con franqueza, un político que logró una valoración muy favorable en la encuesta RD Elige de julio de este año, consciente de que los de su clase deben volverse a ganar la confianza de la gente, en estos tiempos en que es sumamente difícil mantenerse en una posición pública si no cumple las expectativas de una población cada vez más informada, más exigente y menos tolerante.
Contra los deseos de su familia, incursionó en este oficio en el cual desea continuar para trabajar por el bien común y una sociedad más justa. Es parte de una camada de jóvenes que se han ganado su espacio a pulso de trabajo, dedicación, responsabilidad y tenacidad. Accedió conversar con País Político sobre las bondades de su proyecto de ley, sobre el papel que ha desempeñado la administración que lidera el Presidente Luis Abinader en estos primeros dos años.
¿De dónde le viene a Aníbal Díaz el deseo de involucrarse en la política?
Diría que me viene de la adolescencia, de la admiración que le tuve a quienes protagonizaron el debate público en la República Dominicana en la etapa de los 90. El presidente Balaguer, Peña Gómez, salía del escenario en ese momento el profesor Juan Bosch y entraba el presidente Fernández, Jacinto Peynado y Jacobo Majluta. Esa etapa de hombres que tenían un compromiso social, con sus ideas, con los colectivos políticos que representaban. El presidente Balaguer, una figura muy admirada, de mucha determinación en lo que creía y que le tocó vivir la transición democrática, con muchas luces y sombras. Peña Gómez, con una aspiración liberal-progresista muy amplia, un hombre con una determinación fuerte, con muchas adversidades en su vida, un ejemplo de sacrificio por el país. Ganó unas elecciones y tuvo que entregarla pactando por la democracia, pactando para que la gente no tuviese un daño mayor, en el año 1994. Todos esos procesos sin duda alguna que marcaron mi etapa de joven, desde allí mi admiración a esos grandes líderes marcaron mi deseo por la vida pública.
¿Qué tan difícil es ser congresista, sobre cuando hay tantos temas pendientes por conquistar?
Es bien difícil, sobre todo porque el congreso en su vocación y su naturaleza constitucional debería ser un órgano que se dedique solo a la discusión y la aprobación de las leyes, a la representación en el orden de fiscalizar el Estado, sus actuaciones y demás; pero, en un país tan desigual, un país donde hay tantas brechas de injusticia social que cerrar, evidentemente que, esto hace que uno tenga una función como congresista que va más allá de ese rol de legislador y eso lo hace más difícil. Y también, la fragmentación que tiene la sociedad dominicana desde su origen, que es una sociedad que surge muy dividida, la poca capacidad y tolerancia que tiene para las diferencias en los criterios, todo esto lo hace también más difícil. Eres bueno, eres correcto en la medida en que tu defiendes lo que otro quiere, inmediatamente tú piensas distinto, pasas a ser fusilado moralmente. Es una sociedad, muy con poca madurez en la discusión del debate de contraposición. Y también, en temas neurálgicos muy importantes no hay un común claro en la sociedad y eso hace que sea aún más complejo la aprobación de las leyes, porque muchas veces son hay intereses bien difusos, bien distintos unos de otros.
¿Es cierto o simple fábula lo del hombre del maletín?
En términos concretos nunca he visto nada que pueda llamarse de esa manera, de una acción semejante. Nunca lo he visto, nunca. Sin embargo, hay temas en los que percibo mucha presión de sectores y de intereses económicos empresariales, como por el ejemplo, el tema de la seguridad social, el tema de las AFP, el tema de las ARS…no he visto nunca una acción concreta como esa, pero se siente la presión de los intereses en algunos temas.
¿Qué es lo más irrespetuoso que ha tenido que escuchar en una sesión en la Cámara baja?
[Risas]. Bueno, imagínese… uno escucha de todo. La verdad que se oye de todo.

¿Usted cree que el dominicano está claro en las funciones de un legislador?
Realmente no, el dominicano no lo está. Es una excelente pregunta. El dominicano no entiende eso, la gente entiende que el dirigente, el político, el legislador, el regidor, el representante cual fuera, está para ayudarlo a resolver temas básicos, intrínsecamente dados a la necesidad económica. Y ese nivel de error que tiene la gente en este sentido, evidentemente dificulta más su entendimiento. También va a depender del nivel social y de formación de la persona para entender la función de un legislador. Un legislador que es diputado de Gualey, Guachupita, 27 de Febrero, Capotillo, El Tunel, qué puede pedirle ese legislador a un colectivo sumido en la desigualdad, qué puede pedirle que entienda que el legislador no está para ese tipo de cosas.
¿Qué le dice su madre cuando lo ve en el ejercicio, algún consejo que nunca falta?
La verdad que si fuera por mi mamá yo fuera solo abogado, estuviera en los medios, pero no la actividad política como tal. Recuerdo la primera vez que fui a Cristo Rey, me dijo: «¡Muchacho! Qué tú busca por ahí!». Si fuera por ella y una parte importante de mi familia, no estuviera en política.
Usted es el proponente de la normativa que busca contribuir con la salud mental ¿Por qué ha sido tan difícil su aprobación?
Intereses, sin duda alguna. Los intereses de las Administradoras de Riesgos de Salud o las ARS, viven jugando con la capacidad de muchos legisladores, juegan a la confusión, establecen que es un tema que pudiera estar en la Ley de Seguridad Social como un mecanismo de ralentizar el nivel de conquista social que trae consigo esta ley. Sin duda alguna, no se ha aprobado por la fuerza que tienen esas corporaciones económicas.
¿Qué nos falta para que esta ley sea una realidad?
Mire, estos últimos días ha habido grandes pasos de avance, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pachecho, se ha mostrado en ánimo de impulsarla, de ayudar a que se cree el momento. Es una situación que, aquí lo más determinante es lograr que una parte de los legisladores que tienen algún tipo de diferencias, la puedan asumir y yo creo que estamos cerca, ciertamente yo creo que estamos cerca de la aprobación, me parece que estamos en un gran momento.
La sociedad dominicana está en un momento que es, lamentablemente, una emergencia sanitaria el tema de salud mental y como tal eso tiene que traducirse en una urgencia legislativa. Hay mucha gente buena en el Congreso, que ha despertado, que esta cónsona con la aprobación de la ley y que, sin dudas, pienso yo, harán también causa común en estas próximas semanas para que podamos salir bien. Pudiera ser en esta misma legislatura, o en la próxima, pero espero que en estas circunstancias que estamos viviendo podamos sacarla finalmente.

¿Qué tan importante para la gente es este proyecto de ley?
¡Determinante! Porque de lo que se trata es que esta ley corrija un pasivo social sanitario importante. Durante los últimos 20 años que hemos tenido un sistema de administradoras de riesgos de salud, estas trabajan de la mano de lo que es la salud estructural, la salud desde un punto de vista del hueso, no conciben las patologías de salud mental, no conciben el cerebro en sus diferentes situaciones como un elemento de salud. Esto implica que si en una familia promedio de cinco miembros todos tiene un seguro de salud que le tiene una cobertura, por ejemplo, de 500 mil pesos para internamiento, de 100 mil pesos para medicamentos, sin ese internamiento. Estamos hablando, en sentido general, de miles de millones de pesos, que, aunque usted tiene eso en papel para una cobertura, no le concibe la salud mental como una enfermedad. Inmediatamente esta ley esté aprobada, primero, los 50 mil psicólogos que están habilitados por el Colegio Dominicano de Psicólogos, podrán consultar sin que sea un privilegio o una discreción de las aseguradoras. Segundo, ese medio millón que tiene tu actual seguro médico para un internamiento asociado, por ejemplo, a una apendicitis, a una bronquitis, a cualquier situación que tengas, esa misma bolsa de compensación la vas a tener hábil para el internamiento asociado a alguna situación de salud mental.
¿Cómo nace este ante proyecto de ley, qué tiempo le tomó trabajar en el mismo y cuáles sectores ya se han consensuado?
El proyecto nace desde la inquietud cuando hace muchos años conocí una familia de manera muy particular en el que una madre hizo grandes esfuerzos por su hijo que tenía temas de salud mental. Sin embargo, la realidad es que la salud mental no es un tema simple, ni lo es simple para el que lo padece, y tampoco para la familia. Esta madre, tenía la concienciación del tema, pero el padre no. Este jovencito hizo una crisis y el papá se lo llevó esa noche y al día siguiente ese niño se quitó la vida. Eso te dice a ti el nivel de ignorancia y desconocimiento que se da también de una parte, que se da porque hay un prejuicio con el tema. Creo que de ahí me nació la inquietud. Vi como varias veces tuvieron que internar a ese jovencito y vi esa madre pagar grandes costos de salud y eso el seguro nunca lo cubrió.
¿Qué tiempo le tomo trabajar el mismo?
La verdad que tomamos cerca de seis meses buscando estadísticas, buscando y revisando los contratos con las ARS, viendo las incidencias que se daban en estos, para poco a poco alimentar lo que es la data, etc. Trabajó conmigo un abogado especialista en Derecho Constitucional, el Dr. Reynaldo Guilamo, también junto a una batería de psicólogos, de psiquiatras, y mujeres sobre todo, que se dedican a trabajar la asistencia gratuita que dan mucho apoyo, que tienen diferentes centros. Entre todos fuimos tomando experiencia, conociendo casos y preparamos el proyecto. Los sectores que ya se han consensuado. Básicamente el sector psiquiátrico, psicológico, de hotelería clínica, que son centros espontáneos y no gubernamentales que dan asistencia, como muchas iglesias, parroquias, gente que tiene liderazgo organizado, y una parte importante que hay que reconocer, a los 148 diputadas y diputados que asumieron la propuesta una vez la presentamos.
¿Como político, cómo evalúas el trabajo del actual gobierno?
Debo decirte que me siento sumamente orgulloso del gobierno del Presidente Abinader. Creo que los dominicanos, luego de una parranda importante en términos institucionales, de 16 años consecutivos en los que hubo, sin duda alguna, aportes, pero hubo una parranda en términos de la moral, de la ética, de los valores. Es decir, se olvidó, se colgó el hábito de tener buenos modales, buenas costumbres, de llamarle a las cosas como son, de mirar esa corrupción galopante… de no llamar la atención del gobierno que teníamos, de quienes eran nuestras autoridades, de que se enriquecían ante sus ojos y a nadie le llamaba la atención, le reclamaban los actos de corrupción y es como si fueran sordos, ciegos y mudos. La verdad es que, ese nivel de descomposición durante 16 años engendró en el país, un estereotipo social, en que la gente ve como algo común robar, que una persona llegue a una posición pública y se haga rico con el dinero del pueblo. El Presidente Abinader ha quebrado ese modelo, ha asumido una forma de hacer las cosas de la manera correcta, está peleando con esa cultura y sin dudas algunas, está haciendo un gran esfuerzo por rescatar nuestros valores familiares y sobre todo, poner de moda el ser honestos, el ser serios. El Presidente Abinader está encabezando una revolución institucional y moral en la República Dominicana.
¿Cree que el gabinete de gobierno está ayudando al presidente a hacer el trabajo más eficiente?
Mira, el gobierno tiene gente en el gabinete con mucha capacidad, con mucho nivel de resultado: David Collado, Eduardo Sanz Lovatón, Samuel Pereyra, hay muchos, hay mucha gente buena, la propia vicepresidente de la República, el fallecido Orlando Jorge Mera… la verdad es que hay mucha gente que está haciendo un gran trabajo. Obviamente, hay áreas en la que pienso yo, podemos mejorar, hay áreas en las que hay un nivel de desconexión quizás con el timing social, con el nivel que lleva la sociedad. Creo que pudiéramos hacer algunos ajustes en algunos casos.

¿Qué opinas del rol de Alfredo Pacheco en la Cámara de Diputados?
Alfredo Pacheco ha sido un gran presidente de la Cámara. Tiene mucho nivel de madurez, de conocimiento de la vida legislativa, de las diferencias que se dan en el congreso en el orden de las mayorías democráticas, es decir, de construir consenso. No es tan simple, que el PRM tiene tantos diputados, que el PLD tiene tantos…no es un tema de matemáticas y ya. Es un tema de que tú tienes legisladores de una misma bancada que piensan diferente en temas como el código penal, como leyes especiales. La verdad es que Pacheco tiene un gran liderazgo en este ejercicio de presidente de la cámara. Ha hecho un gran trabajo.
¿Qué es lo más desafiante de ser político y diputado?
El mayor reto en nuestro trabajo es conservar nuestra esencia de gente honesta, de gente de valor, de gente que tenga compromiso. Mantener el compromiso con las buenas costumbres, como la familia. Ciertamente, más como político que como diputado, el mayor reto o el mas difícil, es conservar familia. Quienes más pagan el sacrificio que hacemos nosotros en esta función que es como un sacerdocio, es la familia.
¿Es de los que entiende que no tiene que votar por los proyectos de ley porque el partido les trazó una línea, sino porque son beneficiosos para el pueblo?
Todo por lo que votemos debe ser beneficioso para el pueblo. No creo que haya ningún proyecto de ley que se promueva que no sea beneficioso, incluido con los que no estamos de acuerdo. Los proyectos cuando llegan al Congreso por colectivo o por iniciativa de un legislador, casi siempre son proyectos que procuran algo positivo. El tema está en el alcance, en la forma, casi todos los proyectos que llegan allí son buenos. Ahora bien, cuando usted es parte de un partido político tiene que tener disciplina y tener compromiso con su partido. Entonces, usted no puede ser senador o diputado de un partido y convertirse en un elemento reaccionario a todo lo que su partido promueva, no es correcto. Obviamente, lo fundamental es votar por piezas, por resoluciones, leyes que sean beneficiosas para el país. Eso es innegociable. Pero, tiene que haber obediencia y disciplina a un partido político.
¿Se hace necesario elevar el debate en la Cámara Baja?
Totalmente. Las instituciones son el resultado de cada sociedad y aquí en el país tienen que elevar el nivel de debate y así consecuentemente hay que elevarlo en el congreso nacional.
¿Qué piensa de los outsiders de la política?
Primero, contextualizar que es un outsiders. Es una persona que no viene de la política y que viene a veces, sobre la base de jugar al deterioro de las instituciones. Entonces, nada es enteramente mal ni bueno. Lo ideal es que la política sea para los que se preparan, para los que se forman, para los que tiene compromiso con la actividad, compromiso con el país, compromiso con hacer las cosas bien, y lo fundamental y lo ideal sería, que todo el que esté en esta actividad tenga un real y efectivo compromiso con la nación. Eso debe ser lo más ideal. Claro está, se da de todo, pero lo ideal es que sea gente comprometida con el país. No creo en gente que se aparece de la nada, en gente que viene vendiéndose como Supermán, con una barita mágica. No creo en eso. También el tema está en que muchas veces, estamos hablando de gente que nunca ha tenido la experiencia de dirigir nada, que nunca ha aportado nada y que simplemente hacen críticas a todo, pero no han contribuido en nada. Me gusta cuando uno conoce el origen de la gente, cuando uno tiene experiencias anteriores, no importa que sea pequeña. Por ejemplo, yo fui director de Espacios Públicos para la ciudad de Santo Domingo, me tocó trabajar diferentes áreas, y ahora soy congresista. Usted sabe de donde vengo, tiene un punto de partida, puede evaluarme. No creo en esas personas que resultan como el que salió del sombrero de un mago y al final resulta que no saben de nada.
¿Cree que el pueblo ha perdido la fe en los políticos?
Pienso que en una parte de los políticos. En una parte importante de la sociedad dominicana y de la sociedad en sentido general, se manifiesta como una especie de un mal regional sobre todo. Hay un distanciamiento, hay un quiebre en la política tradicional y las sociedades. En el país nuestro la verdad es que aún se conserva un amplio apoyo en los partidos políticos, pero sin duda que hay alto nivel de desaprobación hacia muchos políticos en la sociedad, eso surge y cada vez es más. Por eso surgen cada vez más elementos diferenciadores de esa política tradicional. Pienso que sí, que hay un alto nivel de hartazgo de esa política tradicional.