Abinader «quiere sus ayuntamientos»
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En los próximos comicios del domingo 18 de febrero, el Gobierno dominicano busca consolidar su poder municipal con determinación. Un plan de conquista se ha desplegado, evidenciado por la incorporación de alcaldes opositores a sus filas. La contienda electoral presenta un amplio abanico de candidaturas: 158 alcaldes, regidores, más de 200 directores distritales y vocales, incluyendo vicealcaldes y vicealcaldesas.
A pesar de la regulación existente para el Distrito Nacional y los ayuntamientos, los problemas persistentes remontan a la década del 70, ahora agravados por nuevas complejidades. A lo largo de los años, he votado fielmente desde obtuve mi primera cédula, siempre acudiendo a cumplir con mi deber en horas de la mañana.
Sin embargo, en esta ocasión, noto una ausencia de candidatos con propuestas tangibles capaces de cautivar a un electorado ansioso por visiones frescas. Antana Mockus, exalcalde colombiano, se erige como referencia al haber propuesto y ejecutado transformaciones vitales en Bogotá. José Francisco Peña Gómez, por su parte, me sedujo con la idea de los «mini cabildos» a través de su tesis de lo que denominó como el «Gobierno compartido».
Para atraer al elector exigente, se necesita más que promesas atractivas, la administración local es cada vez más compleja y plantea desafíos significativos. Los datos indican que los dominicanos no participan con entusiasmo en las elecciones municipales si se realizan por separado de las elecciones para el Poder Ejecutivo.
«Estas elecciones de febrero son tan flojas», comentó un plomero a tan solo 20 días para la fecha crucial. En este contexto, urge la aparición de postulantes a alcaldías con propuestas sustanciales, capaces de afrontar los desafíos contemporáneos. La participación ciudadana y la calidad de los liderazgos municipales son elementos cruciales para forjar un futuro local más próspero y resiliente.