¡Tu tía no debe escoger tu foto de campaña!
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Aunque la bondad no se ve en la cara, sino que se prueba, es decir, a fuerza de demostraciones llega a aflorar, ciertamente en una foto política el candidato debe transmitir que es buena persona, sobre todo, que tiene carisma, fuerza, liderazgo, confianza y credibilidad. Sí, apelando a las emociones.
Ese magnetismo positivo se consigue con imágenes representativas y alegóricas, que encierran una idea, un sueño, una necesidad o transformación esperada y que, más allá, transmitan todo lo que los públicos desean saber del aspirante.
La fotografía que estará en todas partes, portadora de una valiosa parte del discurso respecto a la imagen no puede asumirse a la ligera. Su cuidado e importancia permite retratar al candidato, sus intenciones, y no desfigurar su apariencia.
En el mundo de hoy, el peso de la imagen es mayor que tiempo atrás, no gana el de más capacidad analítica, el gerente destacado ni el estratega o estadista, sino el que logra transmitir esa idea, ese anhelo social.
¿Que si garantiza el triunfo electoral una buena fotografía? No, está claro. Sin embargo, si es mala, menoscaba la imagen del candidato y le disminuye apoyos en las urnas pues el mensaje no caló como se quiso transmitir.
Les comparto algunos de los aspectos que tomo en cuenta a la hora de asistir a un candidato para la producción y elección de su foto de campaña:
Evitar que el candidato pose de frente, para que no parezca un recluso acabado de incriminar.
Es preciso posar mirando a los ojos, es decir a la cámara.
Mejor si se muestra más un perfil que otro. Es más empático el izquierdo, o sea, que se apunte el rostro de la derecha hacia la izquierda, ya que la vista entra naturalmente por la derecha.
Cuidar la sonrisa; ha de ser franca, seductora y que irradie confianza.
Es preponderante que la foto mande un mensaje de poder. Por ejemplo, para lograr este objetivo a algunos le resulta que le tomen la foto con la cámara levemente desde abajo, puesto que se percibiría que mira desde arriba y eso le devela poderoso.
Considerar el contexto ayuda mucho. Por citar un caso, si en una determinada provincia hay una problemática de violencia y eso se ha considerado en el mensaje destinado a conquistas votos, no se puede proyectar a un candidato sonriendo y feliz. Hay que balancear la expresión para proyectarlo.
Con regularidad, las fotos de campaña no muestran las manos del candidato, a menos que al hacerlo se difunda una acción o símbolo trascendente para él o su partido. De hecho, tiempo atrás era inconcebible que se mostrara el cuerpo, como por ejemplo lo estamos viendo hoy en la foto de campaña reeleccionista del actual gobernante dominicano.
Cuidar la iluminación es una parte fundamental, tanto desde arriba como de los lados.
Se recomienda que el fondo sea de un color claro o directamente blanco.
La vestimenta debe cuidarse mucho, ya que debe ser de color neutro, para que no llame la atención y se robe las miradas, así mismo los accesorios, en el caso de las mujeres, y las corbatas, en el caso de los hombres.
Por eso es que ni el mejor amigo ni la pareja ni la tía ni la madrina deben ser las personas que escojan la foto de campaña. Se necesita un ojo profesional, que evalúe estratégicamente las opciones.