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Roberto Monclús es un periodista que ganó experiencia como reportero meticuloso, que atendía la inmediatez del diarismo con el rigor que se impone un profesional ético y responsable. En 1989 recibe su primera oportunidad como redactor noticioso en una emisora musical que difundía boletines informativos en su programación. En 1993 inicia su recorrido por varios medios impresos de circulación nacional. La primera experiencia fue en El Caribe del doctor Germán Emilio Ornes.
En este medio cubrió importantes fuentes periodísticas como el Palacio de la Policía Nacional, donde desarrolló habilidades para investigar sucesos delictivos. En esa misma época que fue promovido para cubrir las polémicas elecciones de 1994. En ese entonces, sus dos principales fuentes fueron la Junta Central Electoral y las actividades del líder opositor y candidato presidencial José Francisco Peña Gómez. Después de esa enriquecedora experiencia comenzó a trabajar en el periódico El Siglo, cuando era propiedad del recién fallecido empresario, comerciante y banquero José Ureña. En este diario fue designado para cubrir algunos partidos políticos, las iglesias y el sector educativo nacional.
En el año 1995 ingresa como reportero a la televisión, viviendo su primera experiencia en Televida, un canal católico. Además de la radio y televisión, Roberto Monclús se ha desempeñado como relacionador público de varias instituciones del sector público, ha trabajado en CICOM, como editor de resúmenes y ejecutivo de cuentas corporativas. En la actualidad, Monclús acaba de concluir la carrera de derecho, trabaja en una investigación sobre el libre acceso a la información pública.
Monclús es productor de «República Musical», programa de radio y televisión que se preocupa por la memorabilia artística del país. Brinda asesoría para campañas públicas y ciudadanas; es conductor del programa «El matutino del país». Es propietario de la agencia publicitaria Plucity Plus. Se desempeña como voz comercial e institucional. Analista, comunicador, periodista, un melómano de buen gusto, y para completar, fan del seleccionado de voleibol las Reinas del Caribe.
Una película
Filadelfia (1993), de Jonathan Demme.
Siempre he sido un abanderado de la justicia, la equidad, no me gustan las discriminaciones, las etiquetas. Mi madre fue la primera persona a mediados de los ochenta que me habló de una nueva enfermedad que estaba afectando, principalmente, a los homosexuales. Mi madre fue enfermera y trabajó en importantes centros médicos de la clase alta del país y estaba muy bien informada en materia de salud. A través de esa película comenzó mi admiración por Denzel Washington. Y puedo decir que por el derecho.
Una serie
Las casas de los naipes (2013-2018).
Tengo fascinación por la historia política. Me gustan los documentales históricos que hablen de hechos recientes. No puedo olvidar aquel primer capítulo cuando el inefable de Francis Underwood «descocota» a un indefenso perro que fue atropellado y estaba muy adolorido. Otra escena que me gusta mucho es cuando una noche asistió al cementerio donde descansan los restos de los héroes, incluyendo la tumba de su progenitor, y se hace pipi. Brutal esa escena.
Un álbum
La familia André (1981), La Familia André
Soy fan de Fernando Echavarría y la Familia André. El colectivo más auténtico de los últimos 35 años nacido en la República Dominicana. Recuerdo que la primera producción la compré en un diciembre en una de las tiendas de discos de la calle El Conde. Preservé el vinilo original por un largo tiempo. Contenido y las fotos de portada y contraportada nunca se van de mi memoria.
Un libro
Amor en los tiempos del cólera, García Márquez
Escrita por el inmortal colombiano Gabriel García Márquez. Es el único libro que recuerdo a los protagonistas principales: Florentino Ariza y Fermina Daza. Es un libro que habla de un sentimiento en extinción: el amor. No conozco a ninguna dominicana que se lleve ese nombre y eso que en mis inicios como periodista buscaba como referencia la guía telefónica para escribir bien los apellidos «raros».
