Día de la Constitución
Comparte Este Artículo
Nunca es suficiente para recordar y festejar el Día de la Constitución. Ubicarnos en un día cualquiera entre 1930-1961 –la trágica era de la tiranía trujillista– es motivo oportuno para que las nuevas generaciones y las por venir entiendan que este es un documento imprescindible para preservar y defender el clima democrático que requiere toda nación con ambición libertaria. El sucesor más aventajado de Trujillo la describió como «un pedazo de papel». Fue otra era política que muchos no quisieran recordar.
En un año preelectoral no está de mas resaltar el gran significado para la ciudadanía el clima de libertad que prevalece en República Dominicana. La ambición política suele lasceral el espíritu de un régimen democrático, sustentado en las leyes que se desprenden del Estado de derecho, de la Constitución misma. En los actos conmemorativos de ayer lunes, Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional que va despidiéndose de una convincente gestión que concluye en diciembre próximo, sintió la necesidad de recordar lo que nunca debemos olvidar como ciudadanos: que el año que se aproxima será de grandes desafíos, debido al proceso electoral.
Y lo dijo con estas palabras: «El pueblo dominicano merece y quiere unas elecciones libres, diáfanas y transparentes, que se constituyan en la reiteración de la voluntad de nuestro pueblo de decidir, por la vía democrática, quiénes deben ser las autoridades que en el nombre del pueblo ejerzan elevadas prerrogativas constitucionales y legales». La voluntad de nuestro pueblo, una frase con un peso institucional inimaginable.
Ray Guevara apostilló en su discurso en la audiencia solemne celebrada en el Auditorio Menor Profesor Amarabis Suero del Instituto Politécnico Loyola, de la ciudad de San Cristóbal, que en 179 aniversario fundacional de la Carta Magna se recuerda lo que ella establece en su artículo 5: «La Constitución en el respeto a la dignidad humana y en la indisoluble unidad de la nación, todos los dominicanos y dominicanas».
Cada vez que se acerca un proceso electoral, las palabras en boca de actores como el magistrado Ray Guevara no pueden caer en oídos sordos. Aun en tiempos democráticos, no han faltado gobernantes con airecillos de generalísimos con ambiciones insaciables por perpetuarse en el poder. La fuerza del pueblo logró prevalecer, y la Constitución sobrevivió a esos intentos desmesurados por modificar su contenido para posibilitar la reelección, una y otra vez. Érase una vez cuando eso sucedía ante la indiferencia de la ciudadanía. Hoy es un poco más difícil.
El magistrado dirigió la mirada hacia una Latinoamérica donde ejercen presidentes autoritarios que no han respetado las libertades públicas ni el valor de la Constitución, para resaltar qué tan importante es para los dominicanos poder vivir en una sociedad a la que se le respetan sus derechos. Y dijo: «He señalado, fuera y dentro del país, que la República Dominicana es un ejemplo de progresivo fortalecimiento institucional, que contrasta con la realidad que se presenta en otras latitudes. Necesario es que esta alentadora realidad sea fortalecida y garantizada con la participación de todos». Hoy, mañana y siempre, celebremos el Día de la Constitución.