
Camilo Rijo Fulcar: «Quiero que el Estado o alguna institución privada asuma la Escuelita de Música»
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Su historia es una de las más raras transiciones del país. Camilo Rijo Fulcar es tal vez –porque las categorizaciones nunca son buenas– uno de los pocos artistas dominicanos que pasa de metálico y rockero a instrumentista clásico y a maestro.
Esta presentación no le hace honor a la personalidad en que se ha convertido. Por elegir la música clásica y el conservatorio como manera de crecimiento personal, primero y luego por tomar como bandera la educación musical de los niños de la calle. Fundador de la Escuelita Musical del Conde, que es tal vez uno de los proyectos culturales más impactantes del país y encima sobreviviente de un necio cáncer que nunca le quitó ni el buen humor ni la ironía.
¿Cuál es el estado de la Escuelita de Música del Conde en estos momentos?
El estado actual de La Escuelita de Música del Parque Colón es un tanto complicado de explicar. Tenemos alrededor de 200 estudiantes, 15 profesores y decenas de equipos y materiales. Ya somos una fundación, pero aún carecemos de institucionalidad. No tenemos local propio para guardar los instrumentos y por ello se nos están maltratando. Tenemos un presupuesto de 600 dólares, tenemos una banda de rock, un grupo de bachata y varios solistas, pero perdimos nuestra gloriosa orquesta. Lo importante es que seguimos ayudando a varias personas, la gente está aprendiendo, seguimos formando jóvenes para su entrada al Conservatorio Nacional de Música.
La Escuelita sigue impactando poderosamente a la comunidad, pero en menor medida que antes. Estoy tratando de ver el vaso medio lleno y no medio vacío, estamos haciendo la obra y eso es lo que cuenta… Cada domingo de 10:00 am a 2:00 pm., se aprecia una gran cantidad de personas compartiendo sanamente en un ambiente artístico y familiar, donde grandes maestros enseñan a leer música, a tocar batería, guitarra, bajo, canto, piano, percusión, violín y violonchelo. Es algo que nos llena de esperanzas. Las autoridades deben prestarle más atención.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Hemos llegado hasta aquí gracias a 8 años de trabajo ininterrumpido, haciendo acto de presencia para formar musicalmente a la comunidad, sobre todo a los más jóvenes y desposeídos, por puro amor al arte y con el único interés de servirle a la patria. Luego de 5 años trabajando, fuimos patrocinados a finales del 2020. Durante un año y medio estuvimos invirtiendo en La Escuelita alrededor de RD$282,000. Gracias a ello logramos contratar muchos profesores (en su gran mayoría grandes profesionales) para formar músicos de instrumentos como flauta traversa, clarinete, batería, trompeta, piano, bajo eléctrico, contrabajo, guitarra clásica y popular, canto, trompeta, percusión y varias materias teóricas.

Con todos estos estudiantes y profesores formamos varias agrupaciones merengue, salsa, bachata, rock y música clásica, también preparamos varios estudiantes para su entrada al Conservatorio Nacional de Música. Teníamos incluso clases para personas con discapacidad visual, fuimos la primera escuela de música en incluir la «musicografía en Braille» o como le llamo yo «lectura musical para personas con discapacidad visual.
Esto último es muy importante, ya que debemos fomentar la inclusión. Lamentablemente perdimos ese patrocinio y tuvimos un declive en picada. Es algo que para mí ha sido traumático, ha sido muy doloroso que la gente se quede sin sus clases, pero gracias al altruismo y filantropía de nuestros voluntarios nos mantenemos en pie y también gracias al apoyo del estado, el Ministerio de Cultura y Supérate nos subvencionan 8 de nuestras clases, lo cual debe ser reconocido, aplaudido y valorado. El apoyo de la comunidad y el amor que sentimos por esta es otra razón importantísima. Estamos muy agradecidos.
La escuelita es una especie de acontecimiento cultural de la Zona Colonial, ¿qué tanto atrae a los alumnos como los turistas y a la familia? ¿Esperabas algo así?
Les atrae bastante, nos encontramos en un lugar relevante para el sector turístico ofreciendo un entretenimiento sano y educativo. Claro que esperaba algo así, esto fue pensado para involucrar a la familia, los transeúntes y a la familia, por ello estamos en la vía pública, para que este nuevo método de enseñanza motive a las personas a estudiar música de manera profesional o de la manera en la que esta desee aprender. La Escuelita representa la libertad, la espontaneidad, fue creada para unir a las personas, por eso uno de nuestros eslóganes es «unidos por la música», y en la vía pública es que convergen con naturalidad y espontaneidad toda la comunidad.
Un crecimiento vertiginoso, social y cultural, incluyendo la cantidad de alumnos y profesores que recibían clases ¿qué tan clave fue el apoyo público o privado en este logro?
Sumamente clave, de lo cual dependió y depende que tengamos nuevamente un crecimiento acelerado.
Muchos logros, ¿cómo resumir los momentos más impresionantes que has vivido con tus alumnos?
Uno de nuestros alumnos de guitarra popular está becado en Berklee, otro se está casi graduando del conservatorio. La calidad de vida de muchos de nuestros alumnos ha mejorado gracias a las herramientas que le hemos proporcionado y a las ayudas que le hemos brindado, porque queremos acomodarle la vida para que puedan dedicarse plenamente a la música. Uno de los momentos más impresionantes y recientes fue el caso de un joven que vivía en la calle, desahuciado y perdido en la insania. Es esquizofrénico, un día nos agredió durante una crisis y las autoridades lamentablemente no hicieron nada más que arrestarlo y liberarlo al día siguiente, lo cual nos hacía sentir sumamente inseguros y en peligro.

Gracias al apoyo de Mía Vidal y demás seres sensibles, este joven está más estable. Lo hemos reclutado y brindado trabajo, pero lo más importante es que tiene una familia, nosotros somos lo único que tiene, su familia, le damos amor y amistad sincera. Este joven da testimonio de que la soledad ha sido lo que lo ha llevado a descender a la locura y de que nuestra compañía lo ha acercado más a la realidad. Ahora mientras escribo estas palabras sobre él , está de camino a mi casa a almorzar con los demás miembros de La Escuelita y a bañarse, ya que no tiene hogar. Como si fuera un anuncio dice: «Estimado lector, un apartamento para Junior por favor. Gracias».
Dentro de todo, también existen los fracasos, pequeños y grandes, ¿cuáles son los que más recuerdas?
No hemos fracasado. Cuando se trata de ayudar, de regalar y dar amor no se fracasa, pero sí hemos sido víctimas de inescrupulosos, oportunistas, mentirosos y traidores, también de atropellos e injusticias, pero afortunadamente la luz de lo que hacemos ilumina todas las sombras que caigan sobre nosotros. Es preferible encender una luz en lugar de maldecir la oscuridad, por ello siempre nuestras puertas estarán abiertas para todo aquel que se quiera reivindicar, pues este es un proyecto que se trata de rehabilitar y dar oportunidades. Nosotros queremos hacerle entender a los más malvados y abandonados por el mundo que se pueden hacer las cosas bien, sólo debemos abrazar la justicia, la paciencia, la serenidad y la empatía.
En lo personal, ¿qué ha significado este proyecto para ti?
Este proyecto significa todo para mí. Le debo a esto mi vida, pues dos años después de fundar La Escuelita fui diagnosticado con cáncer y por nuestra gestión la humanidad me consideró importante, y me cubrieron mis tratamientos, los cuales ascendieron a más de un millón de dólares. Mi sueño es que la salud sea un derecho y no un privilegio. Quiero ser la voz de los pacientes que no tienen voz y que por ellos no tienen acceso a los mejores tratamientos.
¿Qué te lleva a querer que un organismo del estado o Fundación privada se haga cargo del proyecto?
Quiero que el estado se haga cargo de La Escuelita, porque es deber del Estado promover la cultura, la educación y que se garantice mejores condiciones de vida para la ciudadanía. Cuando me refiero que quiero «regalarle La Escuelita» al Estado dominicano, me refiero a que no quiero que este siga siendo un proyecto independiente y ni una fundación, sino un proyecto del Estado, pues nosotros no poseemos recursos para suplir la inmensa y colosal demanda de la población, la cual está sedienta de conocimiento.

Queremos que La Escuelita crezca y se expanda por todo el país, queremos que llegue a todo el mundo, hoy es RD, pero en el mañana este ha de ser un modelo pedagógico que será replicado en todas partes del mundo por sus muchos beneficios espirituales, culturales, terapéuticos y educativos. Si queremos lograr esto debemos abrazar la institucionalidad y trabajar junto a las autoridades, pero cediéndoles el liderazgo, ya que ellos son quienes tienen todas las herramientas para hacer de La Escuelita algo que trascienda en la historia del mundo y salve la vida de millones de personas.
Explica que otro de los motivos por los cuales requiere apoyo administrativo y operativo es porque «necesito dedicarle tiempo a mi propio crecimiento. Para ayudar a más personas debo estar más preparado y tener recursos que vengan de mi trabajo como músico. Ahora que el cáncer me ha dado una larga tregua, quiero continuar mis estudios de guitarra Clásica en el Conservatorio Nacional de Música. Como apólogo del estudio que soy, debo ser el primero en estudiar y ser el mejor estudiante.
La Escuelita ha sido para mí últimamente motivo de mucho, mucho estrés y dolor, porque fui testigo de su grandeza y testigo y responsable de perderla, por ello creo que para estar en paz, dormir bien y seguir hacia adelante, debo liberarme de la absoluta responsabilidad de esta, porque lamentablemente solos no podemos con tantos problemas, tantos problemas me deprimen a tal punto de buscar ayuda psiquiátrica. La sertralina me ayudó bastante. Lo que hemos hecho ha sido milagroso, nosotros creemos en los milagros, yo personalmente soy un milagro, estar libre de un cáncer de hígado metastásico es un milagro.
Se que este milagro se dará ¿Ve klk Milagros Germán? Acepten nuestro regalo, pues rechazar un regalo es de mala educación, no vaya a ser que Leonel Fernández lea esta entrevista y nos contacte para aceptar él y Funglode reciba nuestro regalo, lo cual estaría bien, pues La Escuelita es menester de todos. La Escuelita no es algo que tenga que ver con partidos políticos, es el deber de todos los partidos, empresarios y la ciudadanía en general de apoyar las buenas causas que funcionan y dan resultados.

Has recorrido muchos trayectos y has atravesado muchas dificultades para llegar aquí ¿qué has aprendido que quieras convertir en conocimiento general?
Que el que se murió se jodió [risas]. No, mentira, bueno, sí… También he aprendido que lo que sembramos cosechamos, sembramos amor y eso estamos cosechando, por eso estoy vivo, por el amor que coseché. También qué hay que dar por gracia, lo que por gracia se recibe. Que el que persevera triunfa y que hay que amar a nuestro prójimo, más que a uno mismo, ya que hay muchos que no se quieren así mismos y a veces me ha pasado, me he dejado de dar amor y he continuado firme, aunque un poco débil y con poca intensidad en mi gestión en La Escuelita.
Ahora eres papá, ¿te ha cambiado tu percepción del mundo y de la vida?
Si no hubiese sido por él, Santiago Andrés Rijo Reyes, hubiese comprado un revólver para darme un tiro en la cabeza. Así de diabólica es la depresión, pero gracias a él me he levantado y he trabajado duro con mi guitarra para brindarle todo lo que él necesita.
¿Qué quieres agregar antes de terminar?
Quiero agregar que de aceptar nuestro regalo, La Escuelita de Música del Parque Colón para el Estado dominicano. Mi trabajo en ella será honorífico, no quiero recibir un peso de La Escuelita, quiero vivir exclusivamente de tocar la guitarra clásica o cualquier otra de mis habilidades de entretenimiento, de lo contrario me deprimiría, porque tener dinero me acomoda tanto que no quiero salir de mi casa, me hace aislarme, pero si tengo que salir a trabajar para mantener mi estilo de vida. También quiero que esto sea así porque no quiero que se malinterpreten mis intenciones, no quiero que se desvíe la atención del verdadero propósito de La Escuelita por temas económicos. Que quede claro que el eslogan de Camilo es: «Una guitarra más, es un arma menos».