Deseo
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Nuevo capítulo. Nuevos días. Para estas fechas, lo usual sería escribir todos los deseos, metas y propósitos que nos colocamos cada inicio de año. Relatar y enarbolar todas esas frases de positivismo aún en las caídas. Un mejor país, una sociedad más avanzada y justa para todos sin distinción. De buenas intenciones estamos casi todos llenos, pero hay un largo trecho en esa materialización.
Siempre deseamos lo típico, el cliché de «salud» que solo cuando nos falta entendemos lo vital que es para cada ser humano contar con la salud. Lo demás que lo ejecutamos, deseamos y aspiramos cada uno desde su parcela aportando ese grano de arena tan necesario para hacer avanzar a una sociedad. Esa salud que dábamos por sentado y que aquel año 2020 nos demostró con el Covid cuan equivocados estábamos y la fragilidad de la misma. ¡Imposible de olvidar!
Pasados esos años de angustia y aunque hoy existen variantes del virus que están perjudicando la salud de muchas personas conjuntamente con la influenza, ya en algunos países se habla de llevar mascarillas en hospitales y centros cerrados, obviamente no queremos caer en lo mismo, en esa pesadilla sin fin.
Estamos estrenando un 2024 de grandes retos en todos los órdenes como nación. Con asuntos pendientes que se vuelven eternos en el tiempo y que aún adolecen de solución y la perenne promesa del «fin de la pobreza» que arropa una gran mayoría del pueblo dominicano y otras naciones del hemisferio. Un año electoral en el país y otros países, que marcará la agenda de los próximos meses y las ejecuciones del gobierno actual que ya lleva varios meses en campaña.
Primero en el mes de febrero tenemos las elecciones municipales y luego en mayo las presidenciales. Todo un cóctel de emociones, propagada, problemas, regalos de «muñecas y bicicletas», funditas, besos y abrazos en un mercado político donde esos actores, malos de origen, continúan un quehacer proselitismo político de los años 80 y 90. ¿Cuándo hablaremos de debates entre candidatos presidenciales o de cualquier índole? ¿Cuándo hablaremos de programas e ideas políticas? Elevar el nivel de proselitismo y campaña política.
Sin olvidar por supuesto, que la violencia continúa cobrando vidas de mujeres en manos de sus ex parejas. Cerramos un año terrible con 51 mujeres asesinadas. ¿Hasta cuándo? ¿Qué políticas de protección real se empleará para tratar de una forma u otra de detener esta lacra?
Cerramos un año por demás, en materia judicial bastante movidito. Casos de corrupción que se hicieron muy mediáticos, circos judiciales montados para la entretención del pueblo sin respuestas concretas y de valor. Los imputados de todos esos casos en su mayoría, ya duermen en sus casas. ¿Qué pasará con todos esos expedientes? Igualmente, iniciamos el 2024 con casos duros de comprender y que esperan una pronta solución.
Por otro lado, y a nivel global cerramos y continuamos con dos guerras abiertas y pronunciadas que nos demuestran cada día que la barbarie humana no tiene límites. Medios y redes sociales nos muestran el horror en situ y a fragilidad del ser humano a modo de un clic. Hay otros conflictos en el mundo, pero las guerras de Rusia y Ucrania, Israel y Palestina acaparan la prensa mundial y no se vislumbra un final. Todo lo contrario. Se recrudece por minutos, por horas y las vidas inocentes continúan pagando con sus cuerpos la incomprensión y el salvajismo de fanáticos enardecidos.
Así está el mundo, así iniciamos este 2024. ¡Salud para todos!