Las tragedias y la política
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POLITIZACIÓN.– Desde hace mucho he sostenido que los temas políticos, o de políticas públicas, no escapan a ser analizados desde esas perspectivas. Sin embargo, una cosa es tratar algo políticamente; otra es tratarlo politiqueramente, y otra muy distinta es carecer de una sensibilidad humana que sepa medir formas y tiempos, sobre todo cuando los enfoques pierden de vista lo esencial, y pareciera que solo importa el daño causado al adversario. Lo anterior se eleva exponencialmente, por ejemplo, cuando se trata de asuntos de seguridad o interés general de la nación, dentro de los que se encuentran las tragedias.
En los últimos meses han ocurrido varias, a las que no me he referido porque más que sometidas a escrutinios políticos quedan envueltas en narrativas politiqueras. ¿Se puede cuestionar políticamente el accionar de las autoridades –presentes o pasadas– al igual que el de la oposición? Claro que sí. Desde una perspectiva responsable y técnica. Lo que resulta contraproducente y revelador es que, no bien rescatados los restos de las víctimas, y ya hay un aparato comunicacional aprovechándose del dolor para endilgar supuestas responsabilidades. Es tiempo de empatía, unión, solidaridad… ¿Qué cuesta esperar a que pasen algunos días para investigar y debatir? Quien antes de ayudar sale a criticar muestra realmente en qué está pensando, y no parecería ser en los afectados o en el país…
GEORGES.– Recuerdo el huracán Georges. En su momento, las autoridades emitieron alertas, pero a último minuto expresaron públicamente que el fenómeno natural no constituía una amenaza real para el país. Que no venía. Y mientras, casi al tiempo, los vientos y la lluvia azotándonos con la vehemencia de quien lo quiere todo. Empero, la gente se unió, y no fue hasta después de que pasaron algunos meses que, al menos quien escribe, «politizó» el tema. Es obvio.
Si usted como gobierno anuncia que un ciclón no va a entrar al país, mientras justamente está entrando, algo falló en las políticas públicas de detección y tratamiento del evento ambiental, pero también de la comunicación estatal. Es lógico y esperable que el electorado le pida rendir cuentas de su acción, pero de una forma sustentada, y en su momento. No en medio de la tragedia misma o de la reconstrucción… Hay tiempo y hay formas. Cháchara no es oposición, y muchas veces habla más de quien la dice que del blanco al que quiere atacar…
VAGUADA.– Me rehúso a entrar de lleno en las lides de quienes juegan a lo insensible, así como en una suerte de oportunismo ¿político? inoportuno –sabiéndolo o no–. Por tal razón, esta columna no se abocará a crear o a desentrañar madejas en honor a la imprudencia. Ciertamente las lluvias anunciadas para el fin de semana pasado causaron estragos. Revelaron un problema estructural, sí, que no viene de ahora, así es…
Los gobiernos, en términos generales, deben tratar de estar a la vanguardia en la prevención de los daños causados por este tipo de sucesos, pero también debemos saber que, aun actuando en tal sentido, hasta ciudades de países desarrollados han sucumbido momentáneamente ante los embates de la atmosfera. Miami con Andrew, por mencionar un ejemplo entre muchos. Si en el caso dominicano queremos buscar responsables políticos, bien. Pero ojo a quien actúe cual cazafortunas. Las críticas alegres, interesadas y baladíes podrían regresar como un búmeran, o, como apunta Borges, lo hacen las «cifras de una fracción periódica». Ahora es tiempo de que pase el dolor y de la reconstrucción. Dejemos lo otro para después…