
Yayo Sanz Lovatón: «Para aprender a ganar elecciones hay que haberlas perdido»
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Un político, un candidato para ser más precisos, como en el baloncesto, necesita de un base armador. Un armador, como bien se explica el término en sí mismo, es quien arma estratégicamente cada jugada. Eduardo Sanz Lovatón, «Yayo» para todo lo demás, fue un playmaker en el equipo que condujo a Luis Abinader a la Presidencia de la República. Y en calidad de ese rol, tuvo a su cargo la apertura el miércoles pasado del seminario «Comunicación de Estado para líderes del futuro», un interesantísimo foro organizado por Cerebros Políticos.
Yayo echó manos a varios términos para referirse a los retos que enfrenta un candidato en campaña. Inspirar, fue el primero. «Hablar del liderazgo de lo que es, a través de la comunicación política, ver cómo nuestras decisiones se traducen en la imagen, el corazón y el ánimo del público al que todos apelamos, que son los electores», reflexionó en sus primeras palabras en el auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional. «Nosotros jugamos un rol en el proceso del 2020 que llevó al Partido Revolucionario Moderno al gobierno. Todavía soy su secretario de finanzas, también fui coordinador de campaña de la actual alcaldesa, Carolina Mejía y del anterior [David Collado]. Al final del día, cuando aspiramos a una posición que queremos lograr en una campaña, se trata de inspirar».
Como todo buen político, Yayo cita a grandes líderes de la historia que, como Winston Churchill, pronunciaron discursos inolvidables en momentos vitales que requerían de frases motivadoras para inspirar a las tropas –en tiempos de guerra– o a la población –en tiempos de crisis–. «Esa gran alocución de Churchill en el que decía ‘vamos a pelear en las playas, vamos a pelear en los pueblos, vamos a pelear en las ciudades’ es uno de mis preferidos», comentó el director general de Aduanas. «Y decía el inolvidable líder inglés que la única decisión que toma un político, o presidente o un estadista (que no toma tres, ni dos) es una: tiene que ver con la gente o el equipo que te rodea».
Y se preguntó: «¿Con quién tú andas? ¿Quién te acompaña? ¿Quién cree en ti?». Las respuestas a esas preguntas se circunscriben al verbo inspirar. «Eso es lo que debemos transmitir al equipo que rodea al político. Quien no inspira no puede, sencillamente, transformar, cambiar o traducir liderazgo. Hay quienes creen que la política se hace con dinero, otros creen que se hace con ideas y están aquellos que apuestan al trabajo y sí, todo eso es necesario. Pero si la política se hace sin inspiración, le podremos llamar de cualquier forma, pero no estamos ejerciendo política de verdad.

Esta es la era de la autenticidad –enfatiza el también miembro de la Dirección Ejecutiva del PRM–, corren tiempos en que el electorado puede dar la espalda con facilidad a quién finje ser lo que no es. Profundiza sobre esta teoría: «En la era de la autenticidad tú puedes ser negro o puedes ser blanco, puedes ser gordo o puedes ser flaco, puedes ser heterosexual o puedes ser homosexual… tienen miedo salirse del cajón. Qué equivocados están», dice gritándole a la audiencia esta última frase. Y continúa: «Mientras más te sales del cajón, más atención te prestan. Y lo primero que necesita un joven que se inicia en la construcción de un liderazgo es que alguien se fije en ustedes. Si son formales, ¿y por qué es que hay que fijarse en ti?. Entonces, hay que perseguir siempre la singularidad».
Pero, ¿cómo se logra esa singularidad en la política? «Se es singular por la fuerza de tus ideas, por la pasión de tus argumentos, por lo singular de tus sacrificios… hay que insistir en ser singular». El dirigente del PRM se declaró un abanderado del discurso para motivar al político que aspira a un cargo electivo: «Busca en lo que eres singular, porque en algo lo eres. Concéntrate en el fondo, en estudiar en lo que crees. Si no crees en nada, si no te apasiona nada será muy difícil triunfar. En la política la verdad de los argumentos convencen».
Yayo Sanz Lovatón estuvo a la altura de la apertura del seminario, con un mensaje sincero, claro y directo que el público aplaudió con entusiasmo. Reconoció que ser político tampoco es una tarea fácil: «Los políticos no estamos de moda», dice con seriedad refiriéndose a un sentimiento arraigado de «la antipolítica, que es un grave error, siempre le digo a la gente que critica a los políticos… mira te voy a mencionar a tres personas que su discurso era sobre lo malo que son los políticos: Hitler, Musolini y más recientemente, para la época, Hugo Chávez». Y recalcó: «Las sociedades necesitan de la profesión del arte de gobernar. Es una profesión que hay que vivirla, hay que estudiarla, hay que sufrirla. Te da paciencia, te da humildad. Para aprender a ganar elecciones hay que haberlas perdido. Hay que haberlas sufrido».
Y el dirigente perremeísta sabe de lo que habla, sobre todo en esa última parte, porque perdió elecciones municipales, congresuales y presidenciales no una, sino dos y hasta tres veces. Cerró su intervención reconociendo que aceptó la invitación para participar en el seminario, porque quería hablar sobre la inspiración… también de la autenticidad y transmitir a las nuevas generaciones un mensaje que considera fundamental: «En la política hay que ser auténticos, debemos priorizar el fondo, no la forma de las cosas. Y que nos decidamos por encima de todo a impactar y ser singulares. Siendo lo mismo que todos los demás no se construyen liderazgos». Yayo dijo que no se puede confundir la singularidad con espectacularidad. «Ser singular no es ser bulloso… no es ser extravagante, ser singular es aferrarse a lo que usted cree y luchar por ello. Es lo más poderoso en un proceso político».