Una guerra de uróboros
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El uróboro en la mitología es retratada cómo una serpiente o dragón que muerde su propia cola formando un círculo, su significado es más simbólico y este representa principalmente un ciclo eterno de las cosas, un esfuerzo eterno o el significado que más me ha llamado la atención, una lucha eterna y creo que encaja perfecto para retratar el violento e infinito ciclo de las guerras, que por más que se intenten evadir, siempre acabaremos así, en un inevitable gran conflicto.
De manera más específica quiero referirme a los más recientes conflictos a nivel mundial que nos mantienen en la terrible expectativa de uno mayor, la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones entre Estados Unidos y China, Serbia y Kosovo, el papel de los aliados políticos de cada lado qué son parte importante en estos enfrentamientos que se van haciendo más intensos.
Las declaraciones de las naciones son cada vez más temerarias, cómo por ejemplo las amenazas de China de derribar el avión de la congresista estadounidense Nancy Pelosi si este aterriza en Taiwán en medio de su gira por Asia, o el anuncio de la OTAN de estar lista para actuar si la frontera u otras partes de Kosovo se ven amenazadas por Serbia, Taiwán preparándose cada día para un posible enfrentamiento con China por verse en el espejo de la situación entre Ucrania y Rusia.
Por eso digo que estamos en una guerra de uróboros, sólo que empezamos en un punto diferente de la gran serpiente (o círculo) pero el final es lo mismo, siempre termina en un gran conflicto. Si miramos al pasado, nos daremos cuenta que el proceso de la primera y segunda guerra mundial por ejemplo fue un auge económico años antes de la primera guerra, luego el conflicto, luego una gran pandemia (la gripe española qué mató a más de 100 millones de personas) y la crisis económica posterior, décadas más tarde la segunda guerra mundial y luego de estas tensiones y la guerra fría.
En el momento actual podría decirse que el proceso fue al revés, primero vino la pandemia, luego la crisis económica dejadas por la pandemia, la crisis de la cadena de suministro, los altos precios de los hidrocarburos y ahora la crisis alimentaria por la guerra entre Rusia y Ucrania, luego las tensiones cómo si estuviéramos en una especie de segunda guerra fría y todo indica que el siguiente paso es una tercera guerra mundial o conflicto a gran escala, es decir, en el siglo 20 el proceso fue auge económico, primera guerra, pandemia, crisis económica, segunda guerra y tensiones por la guerra fría.
Ahora en el siglo 21 el proceso actual ha sido en cierto sentido al revés, pandemia, crisis económica, tensiones y luego posible gran guerra, todo esto mientras el mundo pasa por una gran inestabilidad política y social cómo la había a mediados del siglo 20, parece que lamentablemente no aprendimos nada de los errores y tragedias del pasado.
Seguimos en el mismo círculo triste, violento y atroz de la guerra en el tablero mundial, resurgieron con más fuerza los deseos de los líderes mundiales de ganarse un espacio privilegiado en el escenario geopolítico, indudablemente todo lo ocurrido desde el 2020 hasta la fecha, aceleró la rivalidad económica, política y bélica entre las principales potencias que luchan por mantenerse y sobre todo darle espacios de poder también a sus aliados dentro de este contexto internacional (y que es el fin de todo enfrentamiento bélico).
Estamos en una guerra de uróboros, un conflicto que es como un deja vu en la realidad o una pesadilla que se repite, nos hace ver al pasado porque es un camino en círculo que recorremos una y otra vez, un esfuerzo infinito e inútil por salir del inevitable ciclo de las luchas eternas, no importa en qué parte del círculo serpentino estemos, siempre acabaremos así, en un inevitable gran conflicto.