
Un buen gesto de Abinader
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Los grandes problemas requieren soluciones en esa misma proporción. Los daños causados por el huracán Fiona en varias provincias de la región Este del país, todavía sin cuantificar con precisión, generaron el primer desafío del Gobierno de esta naturaleza desde que se instalaron en el Palacio Nacional, pero además, ameritaba la participación de la ciudadanía y todo su liderazgo en el interés de acelerar el ritmo de recuperación. Esto para devolverle, en lo inmediato, un hálito de sosiego y esperanza a las familias que más sufrieron el impacto de este fenómeno.
El Presidente Abinader, consciente de las dificultades y la gravedad de una parte considerable en la región este, convocó el pasado jueves a Palacio a los representantes de todos los partidos, con quienes socializaría la situación generada por el paso del huracán. Un buen gesto del mandatario, desprenderse del velo todopoderoso que casi siempre cubre la figura presidencial, y con humildad, sentarse en la mesa del diálogo para escuchar las posiciones de la oposición, que también se comportó a la altura.
Admirable este desprendimiento de Abinader. Mas, cuando se lanzan en acciones para recaudar ayuda a beneficio de damnificados, organizaciones sin fines de lucro, instituciones, empresas y hasta los mismos partidos, que mueven a su militancia con el interés de poner en marcha una rápida ofensiva que les permita distribuir suministros y alimentos entre esa ciudadanía en situaciones vulnerables. Que todo eso se haga de manera eficiente y coordinada –no sabemos con precisión si cada quien llevó lo recaudado por su propia cuenta–, sin duda, permite una gestión eficaz y lo más equitativa posible.
El Presidente Luis Abinader, en sus poco más de dos años de gestión, ha dado muestras de humildad y desprendimiento. En casos excepcionales, como sucede con el paso por el país de un huracán, no solo desde el Gobierno pueden motorizarse acciones para afrontar los altísimos niveles de destrucción que sufren zonas con infraestructuras débiles, donde la pobreza se manifiesta de manera grandilocuente. Unificar esfuerzos es una filosofía que debe imperar a futuro no importa quién ocupe la Presidencia de la República.
El país, la ciudadanía, necesita de estas dosis de abnegación, de poder reconocer con prontitud cuando los tiempos ameritan la unidad para enfrentar estos desafíos que impone la madre naturaleza. Que los partidos de la oposición aceptaran la invitación del Presidente Abinader también es un acción plausible, porque al final, la República Dominicana es una… y es de todos.