John Hinckley era un fanático demente de la célebre actriz Jodie Foster, en ese momento con 18 años, que poseído por la idea de impresionarla, echó manos a un revólver calibre 22 y el 30 de marzo de 1981 salió a la calle con una intención no menos perturbadora: asesinar a Ronald Reagan, entonces presidente…
