Partidos políticos: Todos contra todo
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No se recuerda en la historia reciente que el país estuviera inmerso en un inusitado laborantismo electoral tan anticipado de cara a unas elecciones, para las cuales todavía restan práticamente dos años. Lo que está sucediendo cada fin de semana en torno a los principales partidos es un caso de estudio que nos lleva a preguntarnos cómo será esta agenda en el futuro a mediano plazo. Con leyes que regulan este accionar previo a la precampaña, la Junta Central Electoral poco puede hacer para frenar el frenético entusiasmo que mantiene al militante moviéndose en sus aguas en la vorágine del proselitismo.
Las inagotables actividades que copan la agenda de los partidos Revolucionario Moderno, de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo es tan solo la punta del iceberg de este espectro que tras bambalinas es mucho más intenso. Líderes de los organismos medios de cada parcela, están en constante movimiento, recorriendo los sectores populares como parte de una precampaña extraoficial, a través de la cual buscan mejorar su posicionamiento con miras a la conformación de la boleta electoral.
El nuestro es un país político. Junto al deporte y la farándula –Premio Soberano tiene más de una semana dominando la agenda informativa nacional– representan las tres pasiones que mueven a la ciudadanía. Y en estos tiempos en que se recompone el tablero electoral, mucho pierden las franquicias estáticas, que solo existen porque conservan su reconocimiento oficial, y que a propósito de esa desconección con la gente, casi siempre su desempeño en las urnas se mantiene por debajo del uno por ciento.
Están consciente de eso los líderes máximos de los tres principales partidos, actores que mueven sus fichas, el primero tratando de incrementar sus posibilidades de reelección, y los otros dos en una lucha sin cuartel para lograr resultados que superen con creces el importantísimo segundo lugar en este todos contra todo. Afortunadamente, esta agenda atípica no representan un trastorno en la cotidianidad del ciudadano, como sucedía tiempos atrás. Hay que reconocer madurez en el comportamiento de quienes activamente participan de este laborantismo preelectoral.