
Leonel Fernández: «La principal debilidad del Gobierno es no reconocer los problemas que afectan al país»
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En el quinto piso del edificio que aloja la Biblioteca Juan Bosch de Funglode hace un frío glacial. Desde la antesala, al otro lado se puede ver entre las rendijas el rostro del expresidente de la República, Leonel Fernández, mientras conversa con una de las dos personas que recibió previo a esta entrevista. Era inevitable escuchar, aunque no del todo, sobre lo conversado.
Cada quien se toma su tiempo, y no es el presidente de la Fuerza del Pueblo quien termina la reunión, sino uno de sus asistentes que con amabilidad se asoma en señal de que otras personas esperan a ser atendidos. Con el expresidente Fernández se puede conversar, literalmente, de todo. Le brillan los ojos cuando recuerda la época dorada de los Boston Celtics, en los 60, equipo de la NBA que todavía hoy sigue con pasión, más cuando en su plantilla está el dominicano Al Horford que en el 2022 estuvo a dos juegos para darle a República Dominicana el primer anillo en el mejor baloncesto del mundo.
Leonel estaba en la Florida cuando se enteró de la primera derrota de República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol. «Lo sentí como algo trágico, de que ¡ese día! de la apertura perdiéramos ese juego. El orgullo nacional se sintió herido. Esa es la verdad, me sentí herido», recordó el ex mandatario con un dejo de tristeza. Habla con dominio académico sobre el deporte, la cultura, la economía, el panorama internacional y, naturalmente, de política.
La conversación pasa de prisa, casi 40 minutos que resultaron escasos para abordar temas que quedaron pendientes. Está confiado en la estructura que soportará su candidatura presidencial en el 2024, esa que cuenta con 1.5 millones de simpatizantes según el padrón que depositó el miércoles pasado en la Junta Central Electoral. Es cauto cuando habla de una eventual alianza con el PLD y ataca al Gobierno sin compasión, mostrando músculos sabiéndose el líder de la oposición.
Imagino que usted se mueve como pez en el agua entre todos estos libros.
[Risas] Bueno, no son solo para mí, recuerde que esta es una biblioteca pública. Acude la gente, antes de la pandemia era una cosa impresionante, llegamos a tener más de cien mil visitantes en un mes. Estamos luchando por recuperar eso, pero todavía no lo hemos logrado. Recibíamos muchos estudiantes de las mismas universidades, que trabajaban en tesis de grado final, licenciatura o grado doctoral. Eso ha mermado. Por tanto, estamos tratando de proyectar un nuevo programa con el objetivo de atraer esos visitantes. Esto estaba lleno siempre.
¿Qué usted está leyendo actualmente?
El libro que hoy estoy recomendando en los Martes de lectura es Estados Unidos: en la intimidad y a la distancia, de Jorge G. Castañeda, excanciller de México. No es un libro de memorias, pero es una obra de su experiencia con Norteamérica, donde él estudió y es profesor y conoce muy bien la sociedad norteamericana. Es la perspectiva de un intelectual mexicano sobre Estados Unidos. Me pareció fabuloso, bien escrito, como todo lo que escribe Castañeda.
¿Cómo selecciona el libro que recomienda cada semana, son relecturas…?
Algunos son relecturas, claro que sí. Otros son libros nuevos. Incluso, trato que sea lo más reciente posible, en el ámbito del ensayo. No hago recomendaciones de libros de ficción porque no estoy leyendo tan abundantemente obras de ficción. Ocasionalmente leo una novela, leo algún clásico, pero básicamente son temas de las ciencias sociales y humanidades, es en lo que más me concentro. También de las ciencias políticas, temas internacionales, geopolítica, economía. Esos son los temas, algunas relecturas y tópicos recientes.

Hace poco, Rep. Dominicana perdió en el Clásico Mundial del Béisbol, usted estaba en la Florida cuando se jugaba el torneo. ¿Cómo recibió esa noticia?.
Me causó un gran malestar. Sobre todo el día de la apertura, porque yo estaba en la Florida aunque no estaba en el estadio. Sentí el entusiasmo de la fanaticada dominicana. Incluso cuando iba en el vuelo la mayoría de las personas en el avión eran dominicanos. Por tanto, me sentí profundamente herido con esa derrota. Lo sentí como algo trágico, de que ¡ese día! de la apertura perdiéramos ese juego. El orgullo nacional se sintió herido. Esa es la verdad, me sentí herido.
Como seguidor de los Celtics, el año pasado el equipo estuvo cerca de la corona cuando llegó a la final. ¿Guarda la esperanza que este año, Boston logre ganar y Al Horford le dé a Dominicana el primer anillo de la NBA?
Ojalá que así sea. Cuando empecé a interesarme por el baloncesto de la NBA mi equipo favorito era el de los Celtics en los años 60.
¿En los 60?
Sí, cuando vivía en los Estados Unidos. Seguía mucho a Bill Russell, que falleció el año pasado; a Sam Jones y K.C. Jones integraban el equipo, pero también John Havlicek. Ese era el equipo de aquella época, ¡ganó trece campeonatos! El equipo más exitoso en la historia de la NBA. Entonces, ver hoy a un dominicano jugando con los Celtics para mí es una cosa espectacular. Yo que seguí ese equipo y sé de las grandes estrellas que desfilaron por la franquicia… el coach de los Celtics, Red Auerbach, cuando ya sabía que iban a ganar, encendía un tabaco como señal de triunfo. Ver a Al Horford, que es un gran amigo, el hijo de Tito –que es de la Fuerza del Pueblo– eso para nosotros es motivo de mucha alegría. He ido a ver a Horford cuando jugaba en Atlanta, el año pasado me invitó a mí y al Jay [Payamo] para asistir a los Playoffs pero no pude estar, tenía otros compromisos. ¡Pero los vi en televisión! Estamos en contacto siempre, con él y con Tito.
Además de los deportes y la lectura, ¿tiene algún otro pasatiempo?
Básicamente, el cine.
¿Vio la última ceremonia de los premios Oscar?
Vi algo. Me pareció una cosa tan bien realizada, que cuando empecé a verlo me pregunté si eso era en vivo o una parodia de los Oscar… [sonríe]. Tenía la duda, por la forma en que eso inició. Recuerde que la ceremonia empieza con el presentador en un vuelo y luego aparece bajando por un cable al escenario. Además, vi a la gente en el auditorio haciendo cosas que no me parecían normales, había como un cierto nerviosismo. Pude ver parte del show, y la película que ganó, Everywhere All At Once [Todo en todas partes al mismo tiempo].
Recién se celebró el Día Internacional del Teatro, en un momento en que el sector cultural se queja del poco respaldo que recibe del Ministerio de Cultura, ¿qué opina al respecto?
En el caso nuestro incluso tenemos una consigna, cuando estuvimos en el Gobierno: «Aspiramos al desarrollo de la mano de la cultura». Siempre hemos entendido que el tema del desarrollo nacional debe tener una dimensión cultural. No es solamente los temas básicos de la alimentación, el medioambiente, el tema cultural debe ser un componente básico y fundamental del desarrollo de un país. Por supuesto, tuvimos un secretario, luego ministro de Cultura [José Rafael Lantigua], que fue ejemplar. Dejó un legado inmenso en todo lo concerniente al ámbito cultural. Primero, internacionalizamos la Feria del Libro. También, en el ministerio hacíamos talleres a nivel nacional: de poesía, de cuento, de novelas… La bienal, nunca se falló con eso, se realizaba cada dos años, eventos culturales permanentes, el desarrollo de la Orquesta Sinfónica que iban a tocar a los barrios, el propio teatro, floreció el teatro en nuestras gestiones, se apoyó a los teatristas independientes. En fin, pienso que fue una época irrepetible. Ni previa ni posteriormente el país tuvo una etapa con ese desarrollo cultural.
¿A qué atribuye que ninguno de los presidentes que le sucedieron se interesaran por el sector cultural como usted sí lo hizo?
Diría que es algo que el Presidente debe sentirlo. Y segundo, contar con un ministro, un funcionario, que sienta la pasión por la cultura, y sean grandes promotores y activistas culturales. No solamente es tener a intelectual al frente, es contar con alguien que sepa organizar la actividad cultural, que entienda de la promoción, tiene que ser un gran organizador, un gerente. Entender la cultura en sus múltiples manifestaciones. Entender el arte. Entonces, con anterioridad a nosotros no hubo nada ni siquiera parecido. Y después tampoco hemos visto nada que se pueda comparar. Claro, debo reconocer, por ejemplo, que en la época del doctor Joaquín Balaguer se dio apoyo a una infraestructura cultural: la Plaza de la Cultura, el Teatro Nacional, la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, y el Gran Teatro del Cibao es un legado de las administraciones de Balaguer. Ahora, en términos de contenido, no. Todo eso sí sucedió en las administraciones nuestras. Aspiramos a mucho más. Por ejemplo, a la Plaza de la Cultura le hace falta contenido, eso tiene que estar lleno todas las noches porque haya una actividad diversa. Cuando voy a la Ciudad de México y asisto a la Plaza Cultural, me impresiona como el lugar se llena de visitantes, precisamente por su agenda: exhiben películas, o hay funciones de teatro o hay danza, siempre hay una actividad que convoca a la gente.

Pasando a los temas políticos, ¿cómo evalúa los primeros años de la Fuerza del Pueblo desde que se fundó en el 2019?
Tenemos tres años como partido y la verdad es que ha sido un fenómeno sin precedentes de la vida política nacional. En tan poco tiempo, haber logrado el posicionamiento que se tiene. Mañana [el pasado martes] vamos a la Junta Central Electoral a depositar nuestro padrón con un millón 500 mil afiliados. Estamos cumpliendo la meta que nos propusimos. Eso nos ubica en una próxima meta es que para agosto-septiembre tener un padrón de dos millones de personas; y estar organizados en direcciones de base, intermedios, circunscripciones y distritos electorales. Es decir, una organización de tipo territorial y ni qué decir sobre lo que estamos viviendo en el exterior, en Europa, Canadá, Estados Unidos, Panamá y las islas del Caribe, estamos en todas partes como Fuerza del Pueblo. Haber logrado eso en tres años. Pero ¿qué importancia tiene haber logrado esas metas? Significa, la reconquista de la base social de apoyo tuvimos en el Partido de la Liberación Dominicana, a partir del 2004. Eso se construyó fue a partir de ese año. Con una base de dos millones de afiliados, nos dará no menos de un 40% en la intención de voto, iniciando una campaña electoral. Lo que significa que el potencialmente de crecimiento que eso tiene nos puede llevar a un triunfo en primera vuelta.
¿Cuál sería el principal reto que afronta el partido?
Los partidos siempre tienen desafíos, lo nuestro es consolidar esa estructura organizativa que tenemos. Lograr una cohesión de todos nuestros miembros, por tanto que esos pequeños conflictos que se manifiestan en distintos lugares lo podamos superar. Una actitud flexible y abierta a todo el que pueda venir hacia la Fuerza del Pueblo, que los compañeros que vinieron desde el primer momento no vean eso como una competencia, que no sientan el temor de que vayan a ser desplazados. Es entender que un partido político es una acumulación permanente de fuerzas, por lo tanto, debemos estar abierto a que sean bien recibidos y puedan integrarse a esa cohesión. Ese es un primer desafío que tenemos. Pero también, tenemos el desafío económico, obviamente en una campaña electoral se requieren recursos, entiendo que la propia dinámica del proceso lo va generando. Mi mejor experiencia es en el 1995, salimos con 15 mil pesos prestados y una yipeta y ganamos las elecciones. Todo eso vemos cómo lo vamos superando, gestionar dinero para la propaganda, para el transporte, tener un partido con dos millones de simpatizantes se debe expresar una dinámica que genere sus propios recursos. Pero ciertamente, eso sigue siendo un gran desafío.
Se aprecia un uso de la tecnología de manera constante en cada uno de los procesos internos de la Fuerza del Pueblo. ¿Se ha integrado la militancia a esa dinámica?
Porque además de una fuerza territorial, también dijimos desde el congreso constitutivo que somos una fuerza digital. Este es un partido digital. Pudimos convocar a este Congreso Extraordinario Domingo Jiménez –en el cual decidimos las modalides que establece la ley para escoger a nuestros candidatos–, porque no hay lugar donde reunir a 70 mil personas, tiene que ser por la vía tecnológica. En efecto, el 95% de los miembros han participado a través de los medios digitales.
¿Se siente cómodo usando la tecnología?
Sin duda. Ha funcionado muy bien para nosotros. El Congreso Constitutivo Juan Bosch se llevó a cabo de manera virtual. Fue un éxito. Se va perfeccionando y cada vez se aplica mejor.
En el tiempo, logró siempre aglutinar coaliciones de partidos en apoyo a sus candidaturas, ¿se siente en la posibilidad de lograr una estructura de sustento de cara al 2024?
Lo que pasa para lograr eso, primero tenemos que consolidarnos. No podemos convocar a una coalición de partidos cuando nosotros todavía no demostramos dónde están nuestras fuerzas. En la medida en que se va viendo la fuerza nuestra como partido, con la marcha de los estudiantes, con la marcha de las mujeres con un evento que vamos a tener el primero de mayo, el Día de los Trabajadores, una gran marcha motorizada nacional contra el alto costo de la vida, contra la inseguridad ciudadana. Así, la Fuerza del Pueblo exhibe sus músculos, entonces los otros dirían: ‘Queremos formar parte de esa coalición’.
Las marchas son un recurso de uso constante del partido…
Son marchas en defensa del interés nacional. La comida está cara, este es un gobierno del hambre, como hemos dicho. Estamos ejerciendo un derecho constitucional, no se nos puede impedir llevar a cabo esta actividad porque no estamos promoviendo candidaturas sino defendiendo un reclamo nacional, de la población. Es un derecho que nos corresponde en período electoral y fuera del período electoral.
¿Cómo evalúa las conclusiones de la pasada Cumbre Iberoamericana que se celebró en Santo Domingo?
Pienso que la declaración final replantea los temas de la seguridad alimentaria, que me parece un aspecto central. Mire que ese es un tópico de interés nacional, el alto costo de la vida. Por tanto, eso nos pareció muy bien. Segundo, el tema ambiental y el cambio climático es existencial para la humanidad. También, la transición digital es parte de la agenda nacional y de desarrollo. Por consiguiente, esos temas abordados por la cumbre son temas básicos. De manera tangencial, se abordó la situación de Haití, y qué bueno que se trató ese tema, de cómo lograr la paz en el vecino país y lograr la estabilidad política me pareció un tema adecuado.
Hay quienes consideran que el ambiente político va enrareciéndose mientras avanza el reloj electoral, ¿piensa que es así?
En realidad este ha sido un país políticamente estable. Nosotros tenemos una democracia que es estable y todos los partidos y los actores políticos tenemos que trabajar para fortalecer las instituciones democráticas. Ahora ha surgido un tema muy específico que es un proceso judicial, hay unas acusaciones que se han hecho por parte del Ministerio Público, se está en la fase de medidas de coerción. El PLD ha reaccionado frente a eso, primero una protesta frente al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, esa protesta fue repelida por parte de las instituciones del orden público. Bueno, ya luego lo que se habla es que habría una manifestación pacífica, se lanzaron bombas lacrimógenas, se ha dicho que algunas de esas bombas cayeron dentro de la Casa Nacional del PLD, si eso es así, nosotros como Fuerza del Pueblo estamos en desacuerdo, cuestionamos la acción policial si fue eso lo que ocurrió. Porque las sedes de los partidos deben ser respetadas. Los partidos son los pilares de un sistema democrático. Eso lo hemos dicho, independientemente de los procesos judiciales. Sobre este particular, solicitamos que se respete el debido proceso, que sean conforme a la Constitución y a los procedimientos establecidos en los códigos. Eso es algo que la Justicia tendrá que ventilar y conocer. No creo que el clima se vaya a enrarecer, porque al final una campaña electoral es convencer al electorado de que tengo la mejor visión de futuro, y en eso tenemos experiencia de llevar procesos electorales sin violencia política. Nosotros superamos la violencia política desde los años 90. Ha habido un nivel de superación por parte de los partidos con relación a eso. Por muchas razones, primero porque los actores políticos se conocen en el Congreso, entablan amistad, tienen relaciones y por tanto hay diferencias políticas pero hay un trato cortés, cordial y afable entre todos. Se conocen en los ayuntamientos.
¿Se siente conforme con el trabajo de la Junta Central Electoral?
Sí, hasta ahora creemos que la Junta ha actuado correctamente. Tenemos nuestros delegados que participan en las distintas actividades, nos informan, y por lo que ellos nos dicen, incluso cualquier cosa que han visto como incorrectas, han informado a los magistrados del organismo y eso se ha corregido. Hay consulta permanente con los partidos, se toma en consideración lo que opinamos y podemos concluir que han trabajado de manera satisfactoria, hasta el momento.

En el aspecto familiar, ¿aspiraba a que Omar Fernández se dedicara la política?
Mire, el involucramiento de Omar a la política es algo relativamente reciente. Él durante su niñez y su adolescencia nunca mostró mucho interés. Diría que una vez en Moca hicimos una actividad y él se impresionó con ese movimiento de masas [risas]… A partir de ahí empezó a interesarse por la actividad política. Y bueno, ciertamente se ha insertado, creo que recibe un gran respaldo de la gente, veo que sienten mucho afecto por Omar. Se ha apasionado con lo que hace, aprende mucho, es curioso. Ayer mismo [el pasado lunes] sostuvimos un encuentro con los diputados, él como vocero actualmente, noto que todos van avanzando. El Congreso les brinda una oportunidad para tratar los temas nacionales y lo van tomando muy en serio.
Dejando a un lado su rol como padre, haciendo de asesor, ¿le recomendaría que busque la reelección o que aspira a la alcaldía del Distrito o la senaduría como trasciende en los círculos políticos?
Omar es muy independiente. Él no está a la sombra de su padre, trilla su propio camino. Por lo tanto, tiene su propio juicio. Claro, me puede consultar, puedo darle alguna opinión, pero él está en la libertad de decidir lo que él entienda. No quiero que se sienta limitado por lo que pienso. Tiene capacidad para tomar la decisión que considere.
¿Se sentiría conforme con cualquier decisión que él tome?
Yo le puedo orientar, decirle ‘mira esto te conviene, esto no te conviene’, en fin. Pero él es quien toma la decisión.
Hay una situación nacional con características parecidas a las del 2004, ¿cree que esto obraría a favor para ganar las próximas elecciones?
Con respecto al tema nacional, diría que la principal debilidad del Gobierno está en no reconocer los problemas que existen. El Gobierno se autoerige como modelo referencial de toda América Latina: que la economía crece, que la inversión extranjera no se detiene, las reservas… se autoproclama, incluso dice que es un modelo referencial del mundo. ‘Nosotros somos la referencia, somos los que mejor hacemos todo’. Por tanto, no admite que los precios están altos, que la gente pasa hambre, que el desempleo. Si no reconozco que eso existe, pues no lo puedo corregir. Entonces, la gente ha observado eso y tiene una actitud de distanciamiento frente al Gobierno. Es que el Gobierno ha entendido que la realidad dominicana actúa a dos velocidades: usted habla de turismo, el cual creció un 24% en el 2022; usted habla de zona franca, que creció mucho porque la demanda de los Estados Unidos, demanda de prendas de vestir, de textiles y de calzados sigue siendo alta. ¿Las remesas? Históricas, esa es una realidad. Pero lo otro es que el sector agropecuario crece el dos por ciento del PIB, que la manufactura local crece 1.5%, que la construcción crece 1.6%, que el año pasado la minería decreció -7.6% y el desempleo es alto, esas son realidades. Resulta que la realidad que usted maneja es el impacto del sector externo y la economía dominicana. Lo que tiene que ver con lo local, la producción de alimentos, la producción industrial local, ese es otro mundo. Esa es la mayoría del país, y la gente lo que siente es que su calidad de vida se va erosionando y que el Gobierno no lo ha entendido porque no asume esos aspectos. Entonces, la Fuerza del Pueblo crece en medio de ese contexto y se perfila como un partido con opción de poder para el año 2024. Con ese fortalecimiento interno, sobre todo, atrae a otras fuerzas políticas.
El PLD y la Fuerza del Pueblo están coincidiendo con frecuencia en sus posiciones políticas, ¿podrían coincidir electoralmente?
Como le digo, en esta etapa nosotros trabajamos para fortalecer la Fuerza del Pueblo, incluso, avanzamos en el proceso para identificar nuestros candidatos a nivel nacional en todos los niveles. Sobre la marcha, cuando se entienda, se comprenda, se aprecie y se valore el significado político de la Fuerza del Pueblo puede surgir la idea de un frente opositor. En ese frente opositor lo integrarían diez o doce partidos.