Ideología y transfuguismo
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Llamemos ideología de un partido político al conjunto de ideas fundamentales de ese partido que contribuyen a ubicarlo en alguna parte del espectro político. El neoliberalismo o la socialdemocracia son ideologías. La izquierda y la derecha son grandes contenedores de ideologías políticas.
En Wikipedia se ubica al partido Fuerza del Pueblo entre los de centroizquierda y al Partido Revolucionario Moderno moviéndose entre centroizquierda y centroderecha, aunque los estatutos y otros documentos fundamentales de esos partidos no facilitan la tarea de ubicarlos en alguno de esos cuadrantes.
Por más que en la estratosfera política los politólogos se afanen en explicar –y por más que las élites políticas se afanen en afirmar– que en República Dominicana existen las ideologías políticas, yo creo que no.
O bien no existen tales ideologías, o bien solo existen como un referente, o bien se han edulcorado hasta la difuminación, o bien se les ha restado tanta importancia que la población ignora ese aspecto teórico de los colores de los partidos.
Un aspecto teórico fundamental, por cierto, porque se relaciona con la conciencia de la adhesión a un partido y con la disposición a la fidelidad, a la vez que evita distorsiones como el transfuguismo.
Eso es importante porque cuando son las ideas las que guían la afiliación al partido, entonces hay que suponer que esa afiliación es firme y que de alguna manera forma parte de la personalidad del ciudadano y de su proyecto de vida.
El transfuguismo no tiene nada que ver con el hecho de pasarse de una organización política a otra. Todo el mundo tiene derecho de abandonar un partido para afiliarse a otro.
El transfuguismo tiene que ver con la oportunidad. En qué momento te pasas de una organización a otra. Si te pasas de partido antes de que los ciudadanos te voten para un cargo electivo, no eres un tránsfuga. Si te pasas después que has sido elegido, eres un tránsfuga. En ese caso, excepto si se trata de un cisma inevitable, has traicionado al partido y –lo más importante– a los electores, pues muchos de ellos te eligieron como parte de un paquete que incluía a la organización política que utilizaste para promover tu candidatura.
El tránsfuga se pasa de una organización política a otra, no solamente por conveniencia económica, sino por la ausencia de ideologías o por la incapacidad de explicar tales ideologías.
No creo que el tránsfuga se haya sentido parte de la organización política que traiciona. Nunca tuvo un vínculo moral con la ideología de la organización. No pudo ver esa ideología. Es difícil imaginar a un partido sin ideología, pero es posible que un partido pueda pasar por alto la transmisión de esa ideología.
Los partidos políticos dominicanos fallan a la hora de transmitir su ideología. ¿En qué creen? ¿Por qué creen en lo que creen? ¿Cuál es la visión que tienen del mundo y qué harán para hacerla realidad? Esa carencia deja al ciudadano sumido en la inmediatez y en el practicismo.
Lo que resulta de ese practicismo y de esa inmediatez es que no pueda verse más allá del líder que se tiene delante. Por lo tanto, cuando este líder decide saltar de un partido a otro, no se cuestiona el cambio de ideología que comporta ese salto. Por el contrario, este líder arrastra a un conjunto de seguidores que se ha adherido a él y no al partido. Lo que es más extraño, este líder encuentra las puertas abiertas en la nueva organización política por su capacidad para atraer ese conjunto de votos. Entonces todos ganan y pierde la democracia.