
Héctor Acosta: «No vine al Senado a buscar nada; todo lo que yo necesito me lo da la música»
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Héctor Elpidio Acosta Restituyo –El Torito– tiene una larga trayectoria artística que trasciende las poco más de tres décadas, 32 años para ser exactos. Pero el pasado proceso electoral le premió con una senaduría por la provincia que siempre ha trabajado: Monseñor Nouel. Él entiende que también la manos del Señor tuvieron incidencia para lograr una curul en la Cámara Alta y obviamente el pueblo, que se empoderó para sacar del poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que según el artista, ya tenía suficiente tiempo «ordeñando a su gente».
De igual manera piensa de su predecesor, el exsenador Félix Nova, a quien el pueblo le concedió el honor de representarlos nada menos que por 16 años.
«En mi provincia había un senador que tenía 16 años en la posición y yo escuchaba a la gente al grito, un día me dije voy a levantar mi mano a ver si podemos sacar la cara por la provincia. El pueblo se empoderó y ganamos. La candidatura mía yo la sentí como si fuera una candidatura apoyada por el país, había gente que me decían soy de Higüey, pero si pudiera cambiar la cédula lo haría por ti», comenta el artista en una entrevista con País Político, mientras recibe visitas en su oficina senatorial del Congreso Nacional.
Un cambio positivo
El crossover de la música a la política lo ha asimilado bien, entiende que para nada le ha afectado su militancia política como parte del Partido Revolucionario Moderno (PRM), contrario a la experiencia que han tenido algunos de sus colegas como el merenguero de Villa Altagracia, Sergio Vargas, cuando decidió representar a Villa Altagracia en la Cámara de Diputados.
¿No has perdido seguidores por la política? Se le pregunta y no titubea en responder: «No, para nada. La muestra está que yo voy a Jet Set cada cierto tiempo y se llena completo y van seguidores de todos los partidos a disfrutar mi música… peledeístas, reformistas, perremeístas y perredeístas.
Y justamente ese ingrediente de provenir de un sector totalmente alejado a la política, como es el arte, es lo que a su entender le ha hecho el trabajo más fácil. No ha sentido animadversión alguna de sus colegas, ni del público y mucho menos en la Cámara Alta, por el contrario, ha recibido apoyo hasta de sus homólogos de la oposición.
«En el Senado somos 32, y en el caso mío me han tratado con mucha altura y respeto. Son mis admiradores, inclusive los de la oposición, y han posibilitado que para mí el camino sea más ligero», confiesa el merenguero que va a todas las sesiones para las que le convocan, a excepción de cuando tiene un compromiso mayor que lo obliga a salir fuera del país, como por ejemplo cuando debe cumplir con fechas que fueron pospuestas por la pandemia, sino cumple, se ve expuesto a que lo demanden.
«Ahora lo que yo no voy a hacer es dejar de venir al Senado para quedarme acostado en mi casa», enfatiza el político.
Vocación de servicio
La política para Héctor Acosta ha sido ese brazo que le ha permitido seguir ayudando a su pueblo, gestión que genuinamente lo hacía ya desde el arte. «Como a mí me gusta ayudar y servir, creo que es un gran escenario que me ha ofrecido la vida y el pueblo que se empoderó para que estuviéramos aquí [en el Congreso]. Y lo que trato cada vez que estoy aquí, es de aprender algo nuevo».
Y aunque su incursión en la política ha sido más fácil de lo que pensó, no todo ha sido color de rosas. El artista recuerda con tristeza que estando en plena campaña política iba a lugares donde le vociferaban «tú lo que eres es músico, tú no eres político, tú no das para eso», pero eso nunca lo desvió de sus propósitos.
En lugar de darse por vencido, el carismático artista ganador de el Gran Soberano (2013) que otorga la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) en los Premios Soberano, como hombre de retos, siguió adelante para demostrarle que también él es un ciudadano que tiene preocupaciones válidas, por las que puede luchar desde esta posición.

Aunque reconoció que esos que le decían que él no tendría éxito en la política, tienen razón a medias, porque él no tiene una carrera consagrada como otros senadores con quien comparte curul.
Y para quienes quieren saber si él es más político que cantante o viceversa, El Torito tiene claro que el traje que más le gustavestir es el de cantante, porque eso es lo real, «lo de la política es un regalo de Dios y del pueblo y me lo propuse para ayudar a mi gente y lo he asumido con respeto y dignidad».
Al Senado llegó para aprender y no le da temor a decirlo, reconoce que hay otros compañeros de los que puede aprender y mucho, más está claro en que la idiosincracia del dominicano es muy particular, pues de política y deportes todos creen saber.
Ser un funcionario de un gobierno determinado es exponerse a críticas que bien pueden estar justificadas y otras no, es por esta razón que el senador de Monseñor Nouel afirma que ser político para él «es un poco complicado, porque la gente nunca va a estar conforme y te va a exigir más».
Las críticas
Al asumir sus funciones como senador el intérprete de «Si tú supieras» vivió momentos de tensión cuando se atrevió a denunciar en sus perfiles de redes sociales que otros funcionarios de su gobierno no le tomaban la llamada y amenazó con publicar los nombres si seguían esa práctica. De igual manera, acusó al ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Franklin García Fermín, de «hacer perder el tiempo» a estudiantes de esa provincia, al no recibir respuesta con relación a unas gestiones de becas para un grupo de estudiantes. En varias ocasiones El Torito fue tendencia por hacer denuncias como estas.
Pero ya eso es cosa del pasado, según confesó a País Político el cantante, «ya yo me quité de eso, de tanto quejarme y estar de ‘respondón’, pero yo lo hacía con todo mi derecho porque las redes son para eso. De todas maneras, admito que me dejaba llevar de la gente que está para eso, para provocar y buscar reacciones. Me dejé llevar de eso, pero ya me quité».
Aunque lleva casi dos años en el puesto, el legislador del PRM considera que es muy temprano todavía para hablar de una posible reelección en la posición, –aunque todo apunta a que hay una gran posibilidad de que así sea–, pero él prefiere esperar para dar una seguridad en torno a esta pregunta, de manera que en el tiempo prudente él dé la respuesta con mayor seguridad. «No quiero decir una cosa ahora y luego decir otra, para noviembre pienso que puedo tener algo más definido».

El hecho de que una persona como Héctor Acosta, calificado en la política como un outsiders, haya ganado y que en el pasado proceso se repitiera este «fenómeno» con fuerza no sólo con candidatos del partido de gobierno, se debe, según su opinión, a que la gente quiere caras nuevas e ideas nuevas dejando de lado «esa política obsoleta».
Relevo en la política
«Así como en la música hay que cambiar de colores, en la política hay que cambiar de ideas, se necesitan caras nuevas y propuestas interesantes, que vayan en beneficio de la mayoría, no para beneficiar un partido sino el pueblo en general. Hay que pensar que somos representantes de todos. Me gusta siempre pensar que soy el senador de todos, no sólo de los perremeístas», sostiene convencido de que Luis Abinader no es el presidente de un grupo, sino de todos los dominicanos.
Su satisfacción mayor será cuando pase balance al cabo de los cuatro años en la curul, y saber que pudo servir a mucho más gente y sobre todo concretar conquistas para su provincia, como por ejemplo, pensiones para ancianos aolvidados del sistema y una oficina de pasaportes con la que no contaban y está siendo construida en este momento.
«Nosotros teníamos que ir a La Vega, San Francisco o Santiago a hacer los trámites y con Dios delante, ahora ya estamos en el proceso de montaje de la oficina de Pasaportes para la provincia. Mi satisfacción es que la gente vea que uno trabaja para ellos».
Uno de los aportes en términos legislativo fue el sometimiento de la ley que buscaba eliminar el costo de reinscripción en colegios privados en el año escolar 2021-2022.
Un político con muchos amigos en todos los partidos
Mucho antes de involucrarse directamente en el proselitismo partidario, Héctor Acosta logró forjar estrechas relaciones con el liderazgo nacional. Con la ex vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, mantiene un vínculo cercano ya que ella es una fiel seguidora y amante de su música. En muchas ocasiones a ella se le ha visto bailar los merengues candentes de este talentoso intérprete dominicano.
Ni qué decir de sus afectos por el expresidente Hipólito Mejía, con quien cultóiv una amistad que trasciende los asuntos políticos. A Mejía, de hecho, se le ha visto disfrutar de algunos de los conciertos de El Torito, en ocasiones muy especiales.
Pero así también con Leonel Fernández, a quien ha visitado en sus oficinas de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, y llegó a participar en la tertulia «Música entre libros», que el último jueves de cada mes organizaba el periodista Máximo Jiménez en el centro cultural.
«Soy amigo de todos ellos, tengo amistades en todos los partidos», reitera con satisfacción el intérprete de éxitos como Si tú estuvieras, El anillo, El mujerón y Paz en la tormenta.