Esperanza: justicia
Comparte Este Artículo
Si algo debemos reconocer a este gobierno que inició en el año 2020 y más propiamente al Presidente Luis Abinader fue cumplir con un requerimiento que la ciudadanía exigía a gritos: un Ministerio Público «independiente».
Es innegable, como escribí recientemente en las redes sociales, el avance que experimenta el Ministerio Público con casos y expedientes pesados que años antes, era sencillamente inimaginable que se llamará a capítulo a ciertos personajes, políticos, familiares, amigos de y más aún, que a raíz de un potente caso de corrupción dentro de la misma Procuraduría, como es el caso «Medusa», dio al traste con la renuncia de un Ministro de la Presidencia en activo, empresario y amigo del Presidente de turno. Nunca visto.
Sí, sabemos que aún queda mucho camino por recorrer, escollos y obstáculos que vencer a lo interno y externo de la Procuraduría. Sabemos también que el concepto «independiente» aún está lejos de ejecutarse pero en ese largo sendero para materializar esa posible quimera ya se han dado los primeros pasos de la mano de la procuradora Miriam Germán, y los incansables Wilson Camacho y Yeni Berenice. Estos últimos que a pesar de sus luces y sombras de ciertos casos pasados archivados que llaman a suspicacia, nos han devuelto a muchos la esperanza de un Poder Judicial de garantías y que haga posible que todo aquel funcionario o ministro que se equivoque, devuelva lo robado y pase un buen tiempo en la cárcel. Los tres personifican ese soplo de aire fresco que tanto necesitábamos.
En ese sentido, nuestro deber como ciudadanos, como sociedad es apoyar las acciones del Ministerio Público. Apoyar cada caso de investigación realizado por la institución. No hemos sido nunca un país que se caracterice por una Procuraduría con visos de aplicación de justicia real frente a tantos y tantos casos de corrupción dormidos en cajones que han inundado las páginas de medios de comunicación y que sus autores pasean libremente por las calles del país. Somos una nación con un sistema que permite la corrupción, la fomenta y celebra. Y eso debe acabar de una manera u otra.
Por esto y tantas razones más que exigimos los ciudadanos un Ministerio Público «independiente» es que debemos pensar muy bien el voto para los próximos comicios electorales. No debemos volver atrás. Regresar a un Leonel Fernández quien durante sus años de gobierno amarró la justicia a su antojo, nombrando jueces y fiscales serviles, lacayos. Tampoco debemos volver a un PLD, sea con el candidato que sea, porque éstos perpetuaron esos amarres hechos por Fernández y también nombraron sus jueces. A los demás partidos bisagras tampoco les interesa la Justicia.
Urge que este pequeño avance iniciado por Luis Abinader, sea perpetuado por siempre. Y si para eso hay que reformar la Constitución pues no perdamos tiempo. El nombramiento de procurador/a no debería de ninguna manera estar atado a ningún partido político. Por ende, para la tan anhelada «justicia», el Poder Judicial, sus actores y acciones no deben estar comprometidos políticamente. En adición a lo descrito, y para que haya consecuencias reales el «Código Penal» debe aprobarse incluyendo lo que la sociedad demanda. No podemos seguir con un mamotreto obsoleto.
A pesar de estos avances en materia judicial que presenciamos a través de medios tradicionales y redes, muchos ciudadanos aún están reacios a este «cambio». Etiquetan los casos de corrupción que el Ministerio tiene en desarrollo como mero «circo y show». En realidad, lo sean o no, aquí se está sentando un precedente importante en materia judicial y de corrupción de Estado. ¿Qué hay casos del pasado pendientes de ser aclarados y figuras de expresidentes que deberían ser llamados a un café con Wilson Camacho? Por supuesto que sí.
Mientras, lectores, apoyemos las acciones del Ministerio Público. ¿No era esto lo que exigimos?, pues seamos testigos de hasta dónde llegará el Ministerio Público ¿independiente?