
El PLD trata de maniobrar para detener hemorragia
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Desde octubre del 2019, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) sufre una hemorragia interna que, a casi tres años después, no ha podido frenar del todo. Tras su salida del Palacio Nacional su redujeron sus posibilidades de maniobra, capacidad que a cuerpo de rey ahora emplea el Revolucionario Moderno (PRM): el Presidente Luis Abinader mueve con soltura los hilos para el traje de la reelección que hace poco se empezó a confeccionar en el atelier que comandan José Ignacio Paliza y Carolina Mejía.
El sangrado de la militancia peledeísta provocó una segunda entrada a la arena de la campaña de su presidente Danilo Medina, figura central de un acto de juramentaciones celebrado el 22 de mayo en Azua. El pistoletazo de salida de Medina se produjo ante la insistencia de los máximos estamentos del partido, como una necesidad imperante para arengar las tropas, sembrar el entusiasmo de los que quedan e inspirar a potenciales soldados que desde el frente morado deseen participar en la gran guerra del 2024.
Pero en lo inmediato, la estrategia no ha impedido que peledeístas sigan renunciando y, a su vez, el PRM y Fuerza del Pueblo continúen en su buena zafra de juramentaciones. En la tarde del jueves pasado, abandonó el barco Jaimito Santana, hijastro de Sonia Mateo y miembro del Comité Central, a quien menos de 24 horas después Paliza le tomaba el juramento por la bandera perremeísta.
Era de esperarse que el exministro consejero en la embajada de Haití –designación que le otorgó el entonces Presidente Medina en abril del 2019 con el drecreto 147-9– se mudara al partido de la casa de gobierno, como esposo de Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia Montecristi. «Esta decisión ha sido tomada bajo la convicción y esperanza de que solo será una renuncia en lo político, jamás en el ámbito personal. Renuncio al partido no a la amistad ni a los afectos que he construido durante muchos años», escribió Jaimito en su carta de renuncia.
Veinticuatro horas antes de la partida de Jaimito, el 1 de junio se oficializó la salida del PLD de la diputada y también miembro del Comité Central, Sandra Abinader. Mujer con una historia exitosa en las filas de la organización fundada por Juan Bosch, con un arraigo en esta pujante rama femenina, yéndose «con toda la solemnidad que merece la organización a la que tanto respeto». En su escueta carta de renuncia, Abinader se preguntó: «¿Qué dejo? Dejo en la Casa Nacional mis años de actividad y crecimiento político. Dejo mi trayectoria, mi lealtad, mis mejores años, dejo mi vida y la de mi familia».

Golpe de efecto demoledor
Con estas sorpresivas partidas del liderazgo intermedio peledeísta, suponen un desafío para poner en marcha acciones que por lo pronto permitan contener a las tropas unidas. Pero de las filas del PLD, sistemáticamente, se van apartando figuras que jugaron un papel relevante en la administración de Danilo Medina y que sin duda provocan un golpe de efecto demoledor en detrimento de la segunda fuerza política en el sistema de partido, partiendo de los resultados finales de las pasadas elecciones.
Ese es el caso de Leonardo Grisanty, funcionario de primera línea en la estructura de comunicación del Palacio Nacional en la gestión de Medina, que logró ascender al Comité Central en las elecciones de febrero del 2021 y que el 11 de mayo selló su salida del PLD y al día siguiente Leonel Fernández lo recibió con entusiasmo en la Fuerza del Pueblo. «Quiero que me vean como un puente, como el compañero que siempre he sido, fiel, leal y aguerrido», escribió el político en su misiva enviada a la Secretaría General peledeísta.
Abril y mayo no fueron meses muy buenos para el partido morado y todo apunta que junio va en ese mismo camino. Cerrado el capítulo de Grisanty –renuncia y juramentación– al día siguiente saltó del barco Hipólito Polanco que en dos ocasiones intentó aspirar a la candidatura presidencial. Cinco días después, el político fijó nuevo domicilio en la Fuerza del Pueblo, para continuar así succionando la membresía de lo que una vez llamaron «el viejo partido» cuando se selló la división entre Leonel y Danilo en octubre del 2019.

En estos cinco meses que van del 2022, las listas oficiales del Comité Político y el Comité Central peledeísta han tenido que actualizarse con una frecuencia como nunca antes. Sacar de sus libros a los que parten y asentar los nombres de los que asumen. En ese lapso, sin duda una de las más inesperadas renuncias fue la de Rafael Paz, que registró un meteórico ascenso en la cúpula del PLD: en febrero del 2021 fue el cuarto aspirante más votado (9,694) en las elecciones del CC y poco después escaló al poderoso CP, organismos en los que no tuvo tiempo de hacer carrera, tras su abrupta salida y rápida llegada al partido de Leonel Fernández.
Es muy pronto para sacar conclusiones sobre los efectos que a corto plazo tendrá la salida a las calles de Danilo Medina para «juramentar cientos, miles de simpatizantes» que tienen las puertas abiertas en el PLD. No lo es tanto para deducir que el Presidente Luis Abinader intensificará su ofensiva para fortalecer su proyecto reeleccionista y Leonel Fernández afianzar un evidente crecimiento que favorece a la Fuerza del Pueblo. Pero a la hora señalada, la hemorragia peledeísta no termina de parar.