
El discurso de odio en la política
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El odio es una de las pasiones más intensas, y a la vez, uno de los instrumentos más utilizados a nivel táctico para mover y concitar la cohesión que muchas veces no pueden lograr por si mismos ciertos actores de la política ni sus propuestas de campaña. En cualquier dimensión del planeta existe la amenaza de que alguien desate la peste, que al parecer es inherente a los humanos, para así integrar en función de este sentimiento.
Una mirada a los continentes y sus países puede recoger múltiples documentaciones de la utilización de este recurso político que han sabido instrumentar estratégicamente personajes influyentes o no, y que tienen el poder como principal objetivo de su actuación. Y si ese recorrido se detiene en el americano muchos son los casos que se pueden citar a través de la historia, desde las actuaciones de comercializadores de los negros esclavos que secuestraban en diferentes confines de África, y que deliberadamente los elegían de tribus diferentes e idiomas diversos para que al llegar a su destino, desde la lengua, costumbres y culturas, confrontaran en lugar de unirse en pos de su libertad.
En República Dominicana durante la férrea dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, mediante la cual gobernó a base de sangre de sus adversarios y secuestrando el erario para disfrute de él, su familia y allegados, el odio contra activistas políticos adversarios fue un arma fundamental para desterrar cualquier intento de unificación de los diferentes sectores nacionales en torno a un sentimiento que los pudiera integrar en una lucha que lo desplazara del Gobierno. Así se escuchaba a cualquier ciudadano expresar mensajes negativos en contra, por ejemplo, de líderes como los que murieron durante la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo sin conocerlos y sin saber nada de sus trayectorias, los movía el mensaje articulado por la satrapía con ese propósito.

Esto siempre ha sucedido, lo gestionó Joaquín Balaguer y su maquinaria ideológica en contra de los de pensamiento revolucionario, esos que los de su gobierno denominaban “comunistas” pero utilizando el término de manera despectiva.
Siempre ha sido utilizado el odio como mecanismo de sugestión o persuasión en torno al miedo que provoca. En la actualidad tanto en el país como en otros lugares se ha notado una proliferación de figuras que aplican el manejo de la psicología de la comunicación para despertar lo que no pueden lograr sus ideologías ni ellos como aspirantes a líderes políticos.
Instrumentos utilizados por los que son carentes de liderazgo, discurso, de las características que innatas o cultivadas mueven a los demás a seguirlos y, a adherirse o colaborar con un proyecto que estén impulsando.
A este recurso se amarran los anti líderes, los conocedores de que sus serias debilidades no debían permitirles alcanzar administración de la “Cosa pública”, sin embargo, la ambición y la carencia de valores éticos los impulsa a la utilización de estas vías para conseguirlo.
Así se teje una parte importante de nuestra historia no tan añeja, por ejemplo, se tiene registro del odio desatado por Ulises Heureaux (Lilis) en contra el héroe nacional Gregorio Luperón, influenciando a compañeros de partido luego de haber sido éste quien lo apadrinó y benefició para llegar a la Presidencia.
En el marco de la gestión de las emociones de la sociedad o del electorado, el Marketing Político maneja múltiples maneras para estimular a las personas. Las emociones son las que determinan su accionar más que su razón, de acuerdo a lo expresado por Isaac Hernández respecto del Neuromarketing. Eso significa que desde los equipos o activistas políticos se gestión la persuasión para obtener el favor de los públicos a los que se dirija. El proceso suele producirse de la siguiente manera: a través de un mensaje motivador se habla a los sentimientos de los votantes, provocando sus emociones para que estas con el influjo del corazón incidan en lo que piensa el cerebro.
Los científicos de la página investigativa Psicopico.com aportan una serie de elementos interesantes con la finalidad de generar una comprensión técnica de cómo y a través de cuáles argumentos se genera el odio en la política.
“En psicología política siempre se ha utilizado el discurso del odio o del miedo como estrategia para alcanzar el poder. Más que un discurso de odio, podemos hablar de una incitación emocional al miedo que genera una respuesta de odio. El miedo es la reacción emocional más utilizada para conseguir persuadir e influir socialmente. El miedo es el que genera el odio a ese posible estímulo externo que nos dice que nos hará daño, que nos perjudica; lo cual generará una respuesta de defensa lógica ante un ataque”.
Haciendo una símil entre esta reflexión y la táctica desplegada por ciertos grupos en República Dominicana se puede evidenciar que se gestiona a ciertos grupos con esta lógica, para así ganarse a unos seguidores en función del supuesto nacionalismo, del antihaitianismo y de corrientes ideológicas como los denominados Pro-vida o los radicales que actúan utilizando al Cristianismo como bandera de su comportamiento intolerante y anti progresista.
El activismo en torno a temas como el antihaitianismo, el nacionalismo y en contra del aborto mediante las Tres Causales más intenso se puede evidenciar en las redes sociales, canal utilizado por algunos dirigentes políticos como los de la Fuerza Nacional Progresista, con Pelegrín Castillo Semán, Marino Vinicio Castillo Semán (Vinicito) liderando; el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano, que preside Elías Wessin Chávez; Movimiento Institucional Democrático, encabezado por César Mota; Marcha Patriótica RD donde confluyen estos como actividad.
Los seguidores o acompañantes de estos son de los más agresivos en las redes sociales, caracterizados por colocarse la bandera nacional como ícono para identificarse como nacionalista y manejando los mismos mensajes clave que expresan sus guías. El discurso está matizado por la descalificación o estigmatización como antinacionalistas y enemigos de la patria de aquellos que tienen expresiones de tolerancia, respeto a la diversidad o pensamiento progresista.
La situación alcanza tal magnitud que se ataca a personas con tendencias diferentes, muchos de los usuarios de supuestos nacionalistas llegando a agredir con la palabra y prometiendo amenazas físicas y morales. Una de las prácticas para alertar a los supuestos nacionalistas de parte de algunos de sus estimuladores es tomar el tweet de la persona que desean atacar y visibilizarlo colocándole un comentario o retuiteando. De este modo se produce la visualización de parte de los radicales reunidos en torno a estos temas, y al instante se provoca la arremetida, llegando a alcanzar niveles de alta exposición o viralización.
El discurso del odio va creciendo entre personas que por diferentes razones no se han sumado a otras causas pero que confluyen en estas, y el peligro pudo advertirse en el país cuando un grupo de los autocalificados como nacionalistas intentó agredir a un grupo de turistas norteamericanos alojados en el residencial Ciudad Juan Boch, solo por el hecho de entender que por ser negros estos eran haitianos. Otro suceso ocurrió cuando trataron incidentar actividades oficiales en la pasada Feria Internacional del Libro con el objetivo de que no pudieran tener participación o ponencias personas vinculadas con las causas sociales que ellos confrontan.
“El odio y el grito de guerra a largo plazo llevará a la humanidad a su final”.
En la práctica política la gestión del discurso del odio suele tener varias aplicaciones estratégicas, muchas veces en torno a mensajes falsos, o a contenidos construidos al amparo de medias verdades o creación de una percepción irreal. Un elemento fundamental para que funcione la receta del odio es la desinformación o el desconocimiento de contenido generar el contrapeso y el análisis de parte de ciertos grupos de ciudadanos.
Desde la antigüedad los dirigentes han gestionado el odio para integrar a los colectivos. Un caso que cita el portal El Club del Ensayo argumentando que “el odio es el desencadenador de la guerra entre Troya y Grecia. Es el sentir del pueblo y persona contra alguien, que puede hacerte valiente, feroz y agresivo”. Esta pieza explica que dentro de la narración y en la historia de la humanidad este sentimiento es el causante de la destrucción del hombre y de la sociedad”. Para el autor del texto que lo firma con el nombre de Rayito “el odio y el grito de guerra a largo plazo llevará a la humanidad a su final”.

Los manejadores de esta estrategia política para buscar el favor en torno al odio no son originales, visto está la aplicación desde los antiguos griegos. Haciendo un pare en los resultados catastróficos e inigualables de la implementación de este medio por Adolfo Hitler y su estratega primordial, Joseph Goebbels, se nota la articulación beligerante para realizar la persecución y ejecución de judíos con el apoyo de muchos ciudadanos alemanes y de otros países como Italia. En ese sentido, la Enciclopedia del Museo Memorial del Holocausto, de Estados Unidos, afirma que “la persecución de los judíos por parte de la Alemania nazi evolucionó y se volvió cada vez mas radical entre 1933 y 1945”, y que este fortalecimiento dejó como saldo el asesinato de seis millones de judíos.
Bush gana apoyo e invade a Irak con evidencias nunca comprobadas
Uno de los más emblemáticos en la instrumentación de un discurso para establecer sus interés lo escenificó el republicano George W. Busch (2003), cuando orquestó junto a su equipo de gobierno todo un relato en torno a la supuesta existencia de armamentismo nuclear en Irak de “destrucción masiva” y con ello la intención de Saddam Hussein de atacar, lo cual-decía- representaba un peligro para el resto del planeta, moviendo a los organismos internacionales y a muchos ciudadanos hacia un sentimiento negativo contra este país y lo que representaba. Esto produjo que hasta instituciones como la Organización de Naciones Unidas interviniera.
Al pasar el tiempo y una serie de hechos funestos como la reacción de grupos radicales que no representan a Irak como nación, se evidenció que Busch diseñó la narrativa para justificar la guerra contra este país e intervenir en sus territorios. Hasta el retiro de las tropas en el gobierno de Barack Obama nunca se pudo comprobar su argumento.
Trump, aventajado practicante de unificar en torno al odio
El suceso más reciente es el materializado el seis de enero del año 2021 con el ataque al Capitolio, palacio de congreso norteamericano. Un grupo de hombres y mujeres armados, seguidores del saliente presidente Donald Trump penetraron violentando la seguridad, atacando físicamente a los representantes de esta, e intentando interrumpir una sesión conjunta del poder legislativo para legitimar la victoria de Joe Biden en las elecciones del 2020. Todavía existe el debate de si el empresario, expresidente debe ser juzgado por unos mensajes que se interpretan como incitadores de la revuelta en la que se violentó uno de los principales emblemas de la cultura democrática de los Estados Unidos.
La agudización del sentimiento persecutor irracional combinado con una dosis de falta de información es peligrosa, lo mismo el escenario creado cuando se conjuga este tipo de motivación con algún nivel de resentimiento contra alguna raza, color, condición social o religiosa.
Esto se ha gestionado este fin de semana en la nación fundada por Juan Pablo Duarte, durante los días ( 17 y 18 de julio 2022), manejado por muchos de los protagonistas de este táctica contra los atletas dominicanos que han ganado medallas olímpicas en el Campeonato Mundial de Atletismo (World Athletics Championships). Han materializado la promoción del desafecto cuestionando, insultando y desmeritando a estos por ascendencia, color de piel u origen racial paterno. Los insultos transitan todos los colores intentando que, en lugar de orgullo y reconocimiento como dominicanos, estos deportistas reciban rechazo y burlas. Al hacer un levantamiento de información en Twitter se ve a gente que gravita en la política nacional así como otros sin un pensamiento político perfilado.
Es importante para las sociedades democráticas estudiar los acontecimientos que han sido provocados por esta visión política, por ello viene a bien citar el estudio de la Evolución del odio en Estados Unidos, realizado por Southerm Poverty Low Center (SPLC) y compartido por el periódico La Vanguardia. Este levantamiento de información refleja que para el año 2018 en ese país existían 1020 grupos de odio y que se multiplican durante los gobiernos republicanos.

“Los Tutsi no merecen vivir”, así un locutor inició una narrativa de odio y horror
El genocidio de Ruanda, que se llevó la vida de más de un millón de personas inició con un simple comentario en la radio, cita que se toma prestada a la organización de lucha por los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, quien identifica que este fue el impulso de una lucha dantesca: “Los tutsi no merecen vivir. Hay que matarlos. Incluso a las mujeres preñadas hay que cortarlas en pedazos y abrirles el vientre para arrancarles el bebé. Este es tan solo uno de los mensajes que se transmitieron entonces a través de la Radio Televisión Libre” y que se hizo realidad.
Conforme al relato de Amnistía Internacional el discurso de odio fue utilizado por las autoridades de Ruanda, quienes en lugar de actuar y detener la persecución contra el 15 por ciento de la población, como táctica para desviar la atención respecto de la malversación y la corrupción que protagonizaban “culpaban de todo a los Tutsi, sembrando así más odio”. Esto concluye en la matanza más triste de la historia contemporánea.
Este acontecimiento debe llevar a las naciones más noveles a un proceso de reflexión, sobre todo a las sociedades que apuestan al fortalecimiento de su democracia, ya que estos extremistas, radicales o simplemente oportunistas sin ideologías pueden atentar contra esta estabilidad y contra el sistema establecido.