
¡Cuidado con los defensores partidarios!
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La imagen es tan delicada, por eso los partidos, candidatos o movimientos no pueden cederle la vocería o defensa de esta a personas que no estén entrenadas. Desde la forma en cómo se expresa y el nivel del debate que le otorgue un vocero o defensor se impacta la imagen de estas marcas políticas.
La decadencia en los niveles de profundización de la discusión es una práctica global, asimismo la forma de ejercer la oposición y de realizar la contraargumentación. Esto apuesta cada vez más a la mediocridad como modelo de las exposiciones antagónicas, rebajando los parámetros conseguidos en el pasado y aniquilando la caracterización del debate político orientado a polemizar con los datos arrojados por las multidisciplinarias áreas del saber.
Para las figuras políticas, partidos pertenecientes al sistema democrático y a los candidatos que tienen una reputación que proteger, resulta muy riesgoso dejar que comunicadores, seudo periodistas o auto titulados representantes hablen para defenderlos en espacios de notoriedad e incidencia.
Aunque la dialéctica cotidiana demuestra que en el ejercicio político la mayor cantidad de personajes no procuran debatir ideas o demoler el planeamiento del contrario en función de un discurso elevado y creíble, estos no entienden que hay personajes que con su altoparlante pueden crearle ruidos a su marca, que bien podrían ser capitalizados en su contra en el momento de la discusión, o, a posterioridad.
En programas de comentarios o en las redes sociales puede verse la escenificación de las controversias más deleznables de parte de gente que ha adquirido notoriedad, o ha hecho una profesión de detractar y descalificar en su actuación de defensa a un partido o candidato, les gusta la práctica de mostrar músculos con la diatriba porque la figura a quien defienden es poderosa u ostenta poder.
El perfil de la marca de un partido o de un político no solo está representado por su persona, interviene en ello la forma en que sus seguidores interactúan en los diferentes escenarios en los que tienen acción; la forma o cultura de llevar a cabo los procesos y hasta el lenguaje que utilizan para expresarse, por lo que los líderes enfocados en proyectar una marca positiva deben tener cuidado con la gente que los defienden, para que en lugar de un favor no les hagan un daño.