
Cuco Valoy escribió páginas gloriosas contra la represión política
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Cuco Valoy nació el 6 de enero de 1937 y creció bajo el clima de represión de la dictadura de Trujillo, régimen del que también fue víctima su padre. En el 2018, cuando fue reconocido por la Cámara de Diputados, recordó con pesar esos tiempos: «Se maltrató a mi padre y eso a mí me hizo mucho daño». Tenía 24 años cuando ajusticiaron al tirano, y era un joven consciente del terrible daño causado por sus esbirros y, como fiel admirador de Marthin Luther King, se comprometió con las causas de la justicia social, se sumó al movimiento en defensa de los derechos civiles y, con sus canciones, enfrentó desde el escenario puso cara a la política dura durante los doce años de Balaguer (1966-1978).
Con frecuencia, Cuco recuerda que la represión durante la tiranía marcó sus canciones. En diciembre de 1962, el sello Discolandia daba a conocer el nuevo hit del dúo Los Ahijados –al que también pertenecía su hermano Martín–, la canción Fuera los traidores, de la cual no pudimos encontrar ninguna referencia, pero que por su título probablemente debe tener referencias políticas. Para ese mes se celebraron las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Trujillo, y en el país todavía existía un clima de incertidumbre, inseguridad e inestabilidad.
Influenciado por la música cubana, Cuco y su hermano Martín conformaron un dúo que se presentó por primera vez en público en junio del 1958 en la reapertura del teatro Arelis, enclavado en el ensanche nombrado en ese entonces como Benefactor. Los Ahijados, que ya habían grabado un disco sencillo en 45rpm que incluía No compay y Quiéreme a mí.
Un artista comprometido con el país se forjó desde la juventud. Que lamentaba cuando las cosas no marchaban bien. En 1965 en el elepé El enterrador incluye la canción Pobre Quisqueya, en el que repasa los pesares de la ciudadanía: «Tan rica que era Qusqueya/ y hoy está tan destruida/ pobrecita Patria mía/ sufro tanto tus pesares». ¿Cuándo viviremos mejor? Es la Patria que lo pide, se pregunta Cuco con tristeza.
Pero son esas Páginas gloriosas que compuso el legendario artista en el 1965 para alzar su voz por su admirado país: «Mientras haya hombres machos y patriotas habrá patria/ en ellos vive el porvenir de su pueblo/ en ellos está la esperanza.. En los pueblos gloriosos como el nuestro/ la libertad se marchita pero no muere/ es un árbol que en la seca se entristece/ pero vuelve y retoñece en primavera».
Dolito por la opresión que reinó durante los doce años de Balaguer, Cuco rememora cuando «la política me hizo salir del país, el peligro, los riesgos. No soy político, solo que no me gustaban los abusos que se estaban cometiendo en los gobiernos de Balaguer, mis canciones eran de protestas en la revolución del 65, hae más de 50 años. Todavía en la televisión la gente llora con temas como Maldito sea el soldado», declaró en entrevista con El Caribe en junio del 2018.

El dolor de la partida, aunque sus letras aluden a una relación que termina, se puede apreciar en su canción No volveré, incluido en el disco Vol.6 (Mate-002): «Te lo juro que no volveré/ aunque me hagas pedazos la vida/ si una vez con locura te amé/ ya de mi alma estarás despedida.. No volveré/ te lo juro por Dios que me mira/ te lo digo llorando de rabia/ no volveré».
Cuco Valoy no daba tregua en su ofensiva artística contra el sistema. En 1973 pega el grito con fuerza por los altos precios en el costo de la vida. El son Los santos y los precios dice así: «Sube que sube el arroz/ como cosa desastroza/ pobre del pueblo mi hermano/ si no se arregla la cosa/ antes comía con dos pesos/ filete con postre y todo/ ahora cinco no dan/ ni para tirarse un moro/ vamo’ a pedirle a los santos/ porque no hay otro camino/ y si ellos no nos ayudan/ demósno ya por perdidos».
Deborah Pacini Hernández, en su maravilloso libro Bachata: A social history of Dominican Popular Music (1995), destaca que a mediados de los 70 la música popular tenía en Cuco y Johnny Ventura a dos de los principales exponentes de la música, el primero con su son con un alto contenido político, incluyendo un gran éxito prohibido por las autoridades. La autora se refiere al merengue No me empujes (1975), una protesta directa contra la conducta de los agentes de la Policía que tenían a la ciudadanía en ascuas.
En 1976 en su elepé El Brujo –como también le llaman cariñosamente al artista– vuelve al tema con la grabación de Corre, policía corre, en la que satiriza con el maltrato de una mujer que por poco lo mata: «Estoy secuestrado en este aposento/ ven con el fiscal y has un allanamiento». Aquí el agente hace de policía bueno.
Un artista con un carisma único, auténtico, talentoso y admirado dentro y fuera de República Dominicana. En Colombia es un ídolo de masas y con el tiempo, Cuco Valoy forjó un legado envidiable que quedará para que las nuevas generaciones nunca olviden el valor de defender el honor, la patria y la dominicanidad.