
Bartolomé Pujals: «Defiendo una sociedad de derechos donde nadie sobre»
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Hace unos años, Bartolomé Pujals saltaba a la escena política como activista de Marcha Verde, aquel movimiento social que concitó el apoyo de una gran parte de la sociedad dominicana que se movilizó para luchar contra la corrupción y exigir el fin la impunidad.
El joven abogado y profesor universitario destacó entre los activistas sociales que lideraron las jornadas de lucha, pero no se quedó allí. Dio un paso más allá, y junto a un grupo de compañeros y compañeras fundó la agrupación política local El País que Queremos, con la intención de proponer en el futuro candidaturas alternativas en los procesos electorales.
Así es como en 2019 Pujals es escogido como candidato a alcalde del Distrito Nacional en la boleta de Alianza País para las elecciones de 2020, destacándose por su campaña propositiva de soluciones a los problemas de la ciudad, logrando romper con la invisibilidad en los medios tradicionales y despertando simpatía entre un amplio segmento del mercado electoral metropolitano.
Bien posicionado tras su desempeño electoral y su ascendente carrera, el activista y dirigente político sorprendió una vez más al ser escogido por el Presidente Luis Abinader como director ejecutivo del Gabinete de Innovación, con la responsabilidad de formular y proponer los objetivos y planes de la Política Nacional de Innovación 2030, para luego dar seguimiento a su ejecución y revisión.
País Político conversó con Pujals, abordando diversos temas de interés.

¿Qué implica el concepto Política de Innovación?
Implica ir creando los anticuerpos para encarar el futuro mucho mejor preparados. Esta política busca marcar la hoja de ruta de los próximos 8 años para avanzar en las líneas que nos impone este cambio de época. Por eso esta política tiene como protagonista a la gente. Apostar por el desarrollo del talento humano es la única garantía para dar un salto importante hacia el desarrollo social y económico.
Para eso nos planteamos tres desafíos priorizados y dos transversales que representan el corazón de la Política Nacional de Innovación 2030.
Hablamos de invertir en la formación de 100 mil nuevos talentos en competencias modernas, la construcción de una gobernanza efectiva que ayude a articular, promover y ejecutar acciones en favor del ecosistema de innovación, la importancia de asumir como una causa ciudadana la inversión del 1% del PIB en innovación, investigación y desarrollo. Además, es necesario un cambio de mindset, debemos apostar por una mentalidad innovadora más tolerante al error, pero eso no se decreta e implica un arduo trabajo de toda la ciudadanía.
Por último, pero no menos importante, esta política también representa una respuesta ante los importantes retos medioambientales que nos obliga a adoptar un cambio de paradigma y asumir los temas con un enfoque que abrace la sostenibilidad, transición y eficiencia energética.
¿Qué impacto tiene una política de Innovación para un país como la República Dominicana?
Ante todo nos ofrece la posibilidad de pensar en nuevos imaginarios para la construcción del futuro. Quiere decir, que el país no se quede como un actor pasivo en este cambio de época. Por eso la innovación en el contexto dominicano está orientada a construir conocimiento útil para transformar la sociedad. Hablamos de territorializar los procesos de innovación tomando en cuenta que quienes hacen la innovación son las personas. Donde exista un problema debe construirse un conocimiento útil. En fin, tener una mirada de más largo plazo.
¿Por qué Bartolomé Pujals decide formar parte del Gobierno del presidente Luis Abinader, y apostar al reto de impulsar el proyecto de Política de Innovación?
La lucha social fue una gran escuela que me ayudó a comprender que no bastaba con pelear fuera de las instituciones. Por eso decidí dejar de ser un actor social y convertirme en un actor político. No se trató de una reflexión individual, fue fruto de una discusión colectiva. Por eso en el año 2018 junto a otros compañeros decidimos emprender políticamente y fundamos una agrupación política para la capital con el nombre de El País Que Queremos. La idea era presentar candidaturas ciudadanas donde empezáramos a colocar otras ideas y en la que nos atrevíamos a poner los bríos de la nueva política. Nos sentimos con toda la legitimidad que acumulamos en más de 12 años de lucha social. Por eso construimos otra narrativa y pintamos nuevos horizontes.
Decidí ser parte del gobierno del Cambio no sólo porque estoy convencido de que el Presidente Abinader representa una transición política de un país que ha sido resquebrajado institucionalmente hacia otro que aspira con todas sus fuerzas al triunfo de la transparencia, la rendición de cuentas y la institucionalidad democrática. También porque como candidato presidencial representaba la única opción ciudadana con una verdadera vocación de lucha contra la corrupción y la impunidad. Un punto de coincidencia fundamental que unificaba a una ciudadanía cansada de lo mismo.
Cítanos resultados tangibles a corto y mediano plazos que se obtendrían de implementar una política de innovación y qué indicadores de la Estrategia Nacional de Desarrollo y de la economía impactarán.
Pues comencemos con esto. Es la primera vez en su historia que la República Dominicana cuenta con una política de innovación. Eso en sí mismo constituye un resultado tangible. Gracias a la visión que fue escalando dentro de los agentes del gobierno, tendremos la posibilidad que desde la nueva ley de compras, el Estado dominicano abra espacio a la contratación estratégica o posibilite la innovación abierta para, por ejemplo, mejorar la calidad de los servicios públicos que se les ofrece a los ciudadanos. También con la reforma a la ley de fideicomisos, el Gobierno contará con instrumentos más adecuados para fondear políticas públicas que desde la programación presupuestaria no pueden hacerse de forma eficiente. Estas son cuestiones que tocan indicadores por citar algunos ejemplos, de gobernanza o de competitividad.

La inteligencia artificial y la robotización son una realidad que motoriza el desarrollo del mundo actual, y nuestro Estado está conminado a tomar decisiones radicales para competir y participar en un mundo globalizado que ya no se concibe fuera de ese escenario. En ese sentido, ¿qué aportes en el tiempo contempla el plan de Innovación que diriges?
Esta política dentro de sus acciones tiene precisamente la de abordar una estrategia sobre Inteligencia Artificial. La misma está bastante avanzada. Ahora bien, si algo le aporta esta política es sentido común al debate. La innovación la hacen las personas. No podemos querer ser jugadores de una industria sin antes formar a nuestros talentos. Si algo le aporta la PNI2030 a todos estos procesos disruptivos es una estrategia y sus acciones para que en 10 años República Dominicana se un actor relevante en la región en la generación de conocimiento.
¿Tenemos el potencial para poder ser actores eficientes en el uso y desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación?
La República Dominicana cuenta con todas las opciones para ser un actor relevante en el desarrollo de nuevas industrias, escalables, a partir de las tecnologías de la información. Gozamos de muy buenas infraestructuras físicas y de telecomunicaciones. Somos un lugar geográficamente privilegiado. Además, contamos con altos niveles de confianza de los agentes económicos locales e internacionales. Por eso la economía dominicana no para de crecer. Seremos un destino para que se instalen las compañías de la nueva economía. Pero para eso necesitamos acelerar la formación de nuestro talento humano, y en ese proceso estamos.
¿Cuentas con el poder político y el respaldo del Presidente suficientes para realizar este hito? ¿De qué modo se evidencia ese apoyo?
Nunca con el suficiente, pero el poder se construye con trabajo, con el debate de las ideas, haciendo que tus ideas cada vez más la asuman otros. En eso estamos.
El presidente Abinader es el primero en estar consciente de la necesidad de hacer los ajustes que se necesiten para que la República Dominicana sea un país mucho más próspero y competitivo. Su apoyo ha sido indudable. Una muestra de ello es que nos dio la encomienda de elaborar la Política Nacional de Innovación 2030, un verdadero hito sin precedentes y ya la tenemos. Otra es que se ha comprometido desde ya, no sólo con cuestiones como el 1% del PIB para innovación, investigación y desarrollo, sino que fue en su gobierno donde se lanzó el nuevo Sistema Nacional de Becas y de Crédito de Apoyo Educativo. Un elemento nodal, porque la política tiene un enfoque en el desarrollo del talento humano y este sistema se orientó a través de un informe cero, tomando como referencia las necesidades estratégicas del país. Algo que seguramente marcará un antes y un después.

¿Has hallado resistencia de parte de algún sector, dentro o fuera del Gobierno, para la aplicación de una política de innovación y todo lo que ello representa?
Claro que sí, muchísima, pero es normal. Los cambios siempre encuentran resistencia. Sin embargo, puedo decirte que los niveles de comprensión de los agentes públicos y privados nos llenan de mucho optimismo. La realidad es que hay una gran mayoría de la ciudadanía, sin importar el ámbito, que lo que quiere es que nuestro país avance. Y aunque el tema de innovación no deja de ser muy amplio, el nivel de entendimiento de la gente es abrumador. Nada más poderoso que cuando se va a un proceso donde se construye sentido común. Sinceramente, tengo mucha fe de que avanzaremos.
¿Cómo visualizas el país, desde la perspectiva de la aplicación de Política de Innovación, en los próximos diez años?
Tal cual lo relatamos en la propia política. Diseñamos una narrativa que le habla a la gente desde el futuro para que comprendan el impacto en positivo que tendría para el país hacer los ajustes en el presente. Es difícil proyectarlo, porque al final de lo que se trata es de producir dinámicas en el mercado. Pero indudablemente si construimos una red pública de laboratorios, un buen sistema de incubadoras y aceleradoras, el salto que daremos como sociedad será bien alto. Por eso es tan importante contar con liceos públicos enfocados en formar en STEAM, politécnicos que aborden una formación hacia el desarrollo de softwares, la programación, la robótica. Que el INFOTEP, que es un actor clave de todo este proceso, forme técnicamente para los empleos de la revolución 4.0 tendrá un gran impacto. Ahora, la clave es que desde el Estado podamos tutelar bien estos procesos, para que las oportunidades no se queden en las manos de los de siempre. Si se hace enfocado en los territorios, la República Dominicana de los próximos 10 años será otro país.
¿En qué corriente política te sientes cómodo cuando alguien te ubica?
Mis ideas políticas son abiertamente progresistas. No tengo agendas ocultas. Mi causa siempre ha sido y será la de los derechos de la gente. También soy de los que apuesta por la creación de más empresas enfocadas principalmente en la nueva economía. Este proceso me ha servido para eso. Además, creo mucho en los mercados abiertos, no concentrados. En la que el Estado genere oportunidades para que la gente pueda hacer negocios, para que no se concentre la riqueza en un mismo lado. También reivindico el empleo digno, no precarizado. Que permita que la gente pueda vivir una buena vida. Creo en la justicia social, concretada en los derechos de la gente. En el derecho de la mujer a elegir. En la libertad de cada persona para elegir a quien amar. En fin, defiendo una sociedad de derechos donde nadie sobre.
¿Qué es la #nuevapolítica?
Una forma de relacionarse con la política, una forma de relacionarse con el poder, una forma de vinculación entre los representantes y los representados. Indiscutiblemente es el resultado de profundos cambios sociales y tecnológicos. Hay un choque generacional. La mayor parte de la sociedad es joven o muy joven. Eso hace que el ciudadano de hoy está mejor informado y sea mucho más exigente. Por supuesto esto implica un cambio en las relaciones de poder y porqué no, de representación. A estas generaciones no las mueven los mismos significantes que a la de nuestros padres. Hay mayor consciencia con el medioambiente. Otra relación frente al trabajo y la producción. Este nuevo modelo anda reclamando otros intérpretes. Por eso insisto, la sociedad moderna se encuentra en medio de un cambio de época.
En el plan de marketing político personal, ¿hacia dónde coloca su brújula Bartolomé Pujals?
Mi vida no se rige por un plan mercadológico. Me mueven las causas. En estos momentos sigo luchando, pero desde otro rol. Estoy haciendo que mis ideas se conviertan en realidad. Permitiéndome sondear la potencialidad de las mismas, o conociendo el límite de las otras. Me la paso permanentemente calibrando. Lo que sí sé es que por los próximos 15 o 20 años voy a seguir luchando, siendo un actor político relevante, convocado por las causas. Donde exista una, ahí estaré yo. Ese ha sido siempre mi plan, mi brújula. No hay otro.
Tu participación política, tanto en Marcha Verde como en la candidatura a la Alcaldía del DN te construyeron una imagen política positiva. ¿No temes que la decisión de ser parte del Gobierno y tus roles y tareas en el aparato gubernamental drenan esa imagen positiva?
Mis causas siguen siendo las mismas. Y sé muy bien en lo que me metí. Mis razones no han cambiado. Estas cuestiones siempre surgirán. La política tiene en un lado a los que simpatizan por ti y al otro, a los que te adversan. Cada paso que he dado ha sido consecuente con mis ideas. Me pasó lo mismo cuando decidí apartarme de Marcha Verde y disputarle el poder a la vieja política. La gente siempre encontrará razones para criticar. No lo puedo evitar. Ahora bien, tener la oportunidad de participar en un gobierno, no afecta, todo lo contrario, me ha servido para crecer como político. Además, estoy en el gobierno de un presidente al que le brindé todo mi respaldo en campaña. A mí lo que sí me preocupa es estar en un lugar y no aportar. Mi tránsito político no ha variado mis ideas ni cambiado mis causas. Sinceramente no me preocupa porque todo lo que he hago y he hecho ha sido de cara a la ciudadanía. La respuesta es no. Y no me arrepiento. Duermo tranquilamente.
Aunque estás en el Gobierno, aún no se te sindica con ninguna parcela política. ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué proyectos políticos hay en carpeta?
Siempre tengo la mirada en el futuro pero viviendo un día a la vez. Ahora mismo me encuentro en la misión de convertir la Política Nacional de Innovación en una causa país. Que no se quede en una discusión teórica, ni mucho menos en una sofisticada. La idea es democratizar la discusión. Sobre todo para que la innovación llegue a quienes realmente la necesitan, que son los que menos pueden. Eso sí, no hay 2024 sin 2022; no hay 2028 sin 2022. Lo que pretendo decir es que quiero cumplir esta misión. Tengo mucho trabajo por delante. Retos para lograr implementar esta política. Luego que logre cumplir con este objetivo, veré lo que sigue. Ahora bien, no sólo tengo planes políticos en carpeta. Tengo otros personales. Me gustaría seguir estudiando. De hecho, quisiera volver a vivir un tiempo fuera para seguir estudiando. En fin, que tengo otros planes que no giran necesariamente entorno a la política.
¿Qué opinas del desempeño del diputado José Horacio Rodríguez y del regidor Mario Sosa?
Me parece que la participación de ambos en sus respectivas instituciones ha sido muy positiva. Me siento bien representado tanto en el Congreso como en la Alcaldía. Tanto José Horacio como Mario han dejado una huella en su accionar público. Han tenido que jugar con la casa en contra y han rendido bastante bien. Reivindicando el derecho a la ciudad o defendiendo la agenda de los derechos. Van bien.
El país vive una etapa de relevo político. ¿Qué se puede esperar de la generación que ocupará el sitio del liderazgo en declive?
Que lo haga mejor. Que no se falle a sí mismo, que no le vuelva a fallar a la ciudadanía como lo hicieron las generaciones anteriores. Porque el que no lo haga bien tendrá una carrera mucho más corta. La política de hoy cuenta con unos niveles de escrutinio público que nos obligan a todos a estar más comprometidos por trabajar cada vez mejor. El gran reto es no caer en los vicios del pasado. Porque este no es un tema de edades. Es de actitudes, de sensibilidades, de compromiso. También de ofrecer nuevas visiones. Los retos que tenemos en el mediano plazo son importantes. Tengo fe que estemos a la altura de los que nos han dejado las generaciones precedentes.
¿La nueva política está lista para ocupar el espacio de la vieja política?
Claro que está lista, solo que aún estamos en medio de una transición política y de un proceso de consolidación de un grupo de reformas para que las instituciones democráticas se marquen otros horizontes. Nos falta aún un tramo importante. Y eso incluye el acceso. No es fácil poder participar en los procesos electivos. Todavía hay muchas barreras para que los ciudadanos puedan competir. Eso si, ni contar con los problemas de fiscalización del dinero que se malgasta en las campañas electorales.
¿Serás candidato a la Alcaldía del Distrito Nacional otra vez?
Aún no tengo la respuesta para esa pregunta. Ni siquiera lo digo por el tempo político. La ley electoral marca los tiempos. Sin embargo, estoy muy concentrado en mis responsabilidades y el momento para tomar esa decisión aún no ha llegado.
«El Presidente Abinader me ha dado la oportunidad de expresarme libremente»
¿Cómo es trabajar de cerca con el presidente Abinader?
Ha sido una gran escuela para mi. Trabajar al lado de un Presidente de la República deja grandes aprendizajes. Pero en lo particular, el Presidente Abinader me ha demostrado que escucha, que en los momentos de los disensos, teniendo desacuerdos, siempre está abierto a escuchar y a debatir, he tenido el privilegio de ser testigo de excepción, de ver cómo ha usado el peso de su liderazgo en favor del bien común. También ha hecho lo mismo, pero para detener cuestiones cuando le ha tocado. Son vivencias que en algún momento espero tener la oportunidad de contar.
Igualmente, le he expresado en privado que él es mejor presidente que candidato. Lo ha demostrado en el ejercicio del poder. Soy consciente de que tiene muchos retos por delante y mientras yo pueda seguir jugando el rol de decir las cosas que pienso y creo, aquí seguiré. El presidente Abinader me ha dado la oportunidad de expresarme en libertad, algo difícil, respecto a los círculos del poder, o las mismas sensaciones que produce la propia investidura, en las que muchas veces la gente se limita. En mi caso, no he perdido nunca esa capacidad ante él. Y eso es algo que valoro y agradezco.