
Abinader resiste en medio de escenario difícil
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Aunque a los nuevos gobiernos es costumbre permitirles un compás de espera de los primeros 100 días de mandato, en realidad la ciudadanía le otorga un poco más de tiempo, para que desarrolle velocidad en su plan general de trabajo.
Es al arribar a los dos años cuando se hace visible el interés en medir, en conocer cuál es la percepción más cercana a la realidad en torno a la popularidad y aceptación del Presidente y del Gobierno.
Al Presidente Luis Abinader le ha tocado un escenario adverso, profundamente marcado por la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, en medio de la cual ganó y asumió el poder.
El incremento en los precios de los alimentos, producto del retraso en los fletes marítimos, que provoca considerables distorsiones en los costos de materia prima y productos de consumo masivo, es uno de los principales retos que encara el mandatario, y uno de los aspectos que le crea mayores problemas en la percepción de la gente.
Otro elemento pernicioso es el desmesurado aumento del barril de petróleo, que en 2021 subió su precio en más de un 50%, llegando a promediar en 2022 unos US$105 el barril del tipo Brent.
Como si la parálisis obligada por la pandemia fuera poco, problemas internos como el tema de la descontrolada inmigración haitiana, así como el empuje de la violencia y la delincuencia común, y sonados casos de escandalosos crímenes cometidos por agentes de la Policía Nacional, han marcado estos dos primeros años del «Gobierno del Cambio».

El Gobierno apuró la construcción de una «verja perimetral inteligente» en la frontera para controlar la inmigración ilegal de ciudadanos haitianos, y ha deportado a miles de indocumentados. Sin embargo, aumentan las quejas y la presión ante la cantidad de haitianos que hay en el país, con estatus irregular, señalando al gobierno ineficacia en su política migratoria.
A pesar de los esfuerzos encaminados por la actual administración para iniciar la reforma de la Policía Nacional, y encarar la inseguridad ciudadana, aún no se perciben cambios importantes, y la percepción es que la delincuencia y la inseguridad siguen siendo un grave problema pendiente de solución.
Otro de los aspectos negativos que ha afectado a la actual gestión de gobierno son los sonados casos de corrupción y escándalos que involucran a ministros y funcionarios de menor rango, obligando al presidente Abinader a destituir a varios ministros y directores, para dar paso a que los órganos de control del Estado y la Justicia investiguen y decidan el rumbo que tomarán, lo que no ha impedido que deba pagar un costo político.
Uno de los puntos débiles señalados por analistas y sectores de la oposición, es el relativo a la agricultura. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo coinciden en que «el Gobierno ha abandonado a su suerte a la agricultura», dando prioridad a las importaciones, en desmedro de la producción agrícola local.

Logros latentes
Sin embargo, al Presidente aún le favorecen acciones de su gestión de gran impacto en la población. La escogencia de un Ministerio Público independiente, que a su vez ha destapado y encausado escandalosos casos de corrupción que involucra a familiares y colaboradores cercanos del expresidente Danilo Medina, así como el manejo de la pandemia de Covid-19, garantizando el acceso de la población a vacunas suficientes, y el reestablecimiento de la productividad del país, son logros de la gestión del presidente Abinader que la mayoría reconoce.
Otro logro a resaltar es la recuperación del turismo. Desde el primer día del gobierno del PRM y Luis Abinader se implementó el Plan de Recuperación Responsable del Turismo ante el COVID-19, que contenía una serie de importantes medidas que de inmediato se tradujeron en resultados positivos para la economía, y en un gran impulso a la creación de nuevas ofertas, como es el caso del proyecto de desarrollo turístico e integral de la zona de Pedernales, o la puesta en marcha del Plan de Desarrollo del Puerto de Manzanillo en Montecristi, entre otras disposiciones de gran impacto para el sector.

La corrupción no se detiene
Luis Abinader y el PRM fueron compromisarios durante la campaña electoral de encarar la lucha contra la corrupción y la impunidad. De hecho, se le vio participar en las manifestaciones de la Marcha Verde, junto a su esposa y altos dirigentes de su partido. Y, coherente con esos compromisos, como primera medida, escogió un Ministerio Público encabezado por las magistradas Miriam Germán y Yeni Berenice, con mandato de actuar con independencia.
Abinader no ha dudado en destituir ministros y funcionarios, como es el caso de dos ministras de la Juventud, un ministro de Salud Pública, el administrador de la Lotería Nacional, el del Instituto Postal Dominicano, directores y gobernadores, vinculados a irregularidades en su gestión o conflictos con la Ley.
Pero parece que esa disposición del Presidente para encarar la corrupción y la impunidad, así como elevar los niveles éticos en su administración, no han sido suficientes, y ya sectores de la población perciben que la corrupción avanza en su gobierno, y se denuncian nuevas irregularidades como el de la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia, que dirige el ministro Neney Cabrera, que habría aceptado a empresas que participaron en el programa Pinta tu Barrio en Navidad una pintura distinta a la contratada en el proceso de licitación.
El más reciente golpe a la imagen del Gobierno ha sido la licencia tomada por el ministro Administrativo de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, abrumado ante la presión por la vinculación de su hijo José Lisandro Macarrulla Martínez en el expediente por corrupción administrativa del caso Medusa, que señala como cabeza del entramado mafioso al ex procurador Jean Alain Rodríguez.
Visto desde la oposición
Consultados diversas personalidades de la vida política y empresarial, todos coinciden en que la popularidad del Presidente ha sufrido una merma. Y señalan razones.
Según una fuente vinculada a la Fuerza del Pueblo, «el nivel de popularidad del Presidente tiene mucho que ver con el manejo que ha dado (al Estado) en los últimos dos años, y hay que diferenciar, por supuesto un presidente Abinader que hace promesas, con un presidente Abinader que cumple esas promesas. Posiblemente este sea el presidente que más haya prometido en menos tiempo, pero a la vez es el gobierno que menos ha realizado ejecuciones en favor de la población. Innegablemente, tanto el Gobierno como sus funcionarios han dado una alta demostración de que tienen iniciativas, lanzan la iniciativa, y ante cualquier cuestionamiento por parte de la población o por los sectores sociales, da marcha atrás. La populadirad del Gobierno, si se lleva de los anuncios que tiene y de los sectores sociales, que todavía una gran parte de ellos están el compromiso de que ayudaron a subir su gobierno, la verdad que podría decirse que está más o menos bien. Pero cuando tú realmente cuestionas la población, la verdad que su popularidad quizás pueda llegar a máximo a un 40%».
Para un representante del sector empresarial, la popularidad del la actual administración «ha disminuido por los efectos de la inflación, la crisis de combustibles y deficiencia en la gerencia del Gobierno, no se ve la ejecución de un plan integral».
Para este empresario, «a dos años de gestión, la popularidad del Gobierno no está en buenas condiciones como se percibió siempre en los gobiernos anteriores. Por otro lado, el subsidio a los combustibles ya supera los presupuestos anuales de 16 ministerios juntos. Con el subsidio extraordinario dado hoy a los precios de los combustibles ya suman RD$27,615 millones en este año 2022, y eso es absolutamente insostenible».
Preocupación oficial
Desde el litoral del propio Gobierno se expresa preocupación ante la baja en la popularidad manifiesta. «Creo que está en un punto de inflexión a la baja. Las últimas designaciones ralentizaron eso. Cambiar la proyección está estrechamente vinculado a un relanzamiento real del gabinete gubernamental. Este 16 de agosto es vital para eso».
Sin embargo, la fuente gubernamental consultada no cree «que la reelección esté en juego porque la ciudadanía está clara que volver al pasado no es una opción, pero augura un proceso electoral mucho más reñido».
Reacomodar la carga
A pesar de las dificultades que le ha tocado enfrentar en estos dos años de gestión, el Presidente Luis Abinader luce como un mandatario con un sentido correcto de la ética, y ha sido coherente con su promesa de luchar contra la corrupción administrativa. Casi dos años después de iniciado su mandato, da muestras de no tolerar los actos contrarios a la ley de cualquier funcionario, y se le reconoce como trabajador y honesto.
Son valores que, junto a su cercanía con la gente, le suman a la construcción y fortelecimiento de un liderazgo político que no tenía antes de asumir la Presidencia, aunque avance con el lastre de las acciones indebidas de algunos de sus funcionarios, o la inacción e incompetencia de otros.
En este punto de su mandato, todo indica que el próximo 16 de agosto el presidente Luis Abinader relanzará su gabinete, removiendo a funcionarios que poco han aportado a la gestión y tomando medidas que puedan impactar en la población, que sufre los embates de una crisis económica que amenaza con empeorar.
Precisamente la tarde de este lunes el Presidente puso en marcha la entrega del bono «Tu Familia va Primero», que busca mitigar los efectos de la crisis pospandémica y el incremento de los precios que se registran a nivel mundial.
Naturalmente, este tipo de medidas que impacta a familias de escasos recursos, no cambia en nada la situación de los sectores de clase media, que ya no aguantan más los embates de los altos precios de los alimentos, los combustibles y los servicios básicos, por lo que se esperaría alguna medida que impacte en este importante segmento.
Aún así, los siguientes dos años deberán ser fundamentales para mantener y recuperar su base de apoyo. Hallar soluciones en los ámbitos de seguridad ciudadana, control de los apagones, precio de los combustibles y estabilidad de la economía, son tareas que van a requerir de una gran maquinaria, bien aceitada y dispuesta a defender su gobierno, porque a las dificultades se sumará la ofensiva de la oposición, tanto del PLD, como de la Fuerza, que irán subiendo de tono las críticas al Gobierno, intentando sacar provecho a cualquier debilidad que manifieste el Gobierno del Cambio.
Las siguientes semanas definirán con claridad hacia cuál horizonte se enrumbará el barco del gobierno perremeísta, y si los motivos que originan el descenso en su popularidad se atenuarán, o por el contrario, crecerán como verdolaga. El escenario internacional no le favorece, pero tiene una oportunidad en la toma de decisiones correctas al momento de escoger nuevas fichas para su gabinete, la implementación de medidas favorables para las mayorías y la conciliación y equilibrio con los sectores productivos de la nación. ¿Podrá Abinader lograr tanto en dos años? El inexorable paso del tiempo nos dejará saber.